Yo pienso, tú hablas, él escucha, nosotros entendemos…

Por Lasnuevemusas @semanario9musas

¿Nos hemos preguntado alguna vez, por qué los verbos españoles de la 1ª conjugación, como "honrar ", tienen estas terminaciones en número singular del tiempo presente del modo indicativo?

Los lingüistas afirman que en este caso existe una afinidad con la lengua griega clásica, en la que los verbos tienen terminaciones similares:

Pensemos, ahora, en un asunto lingüístico con perspectivas geográficas e históricas: la dificultad que enfrentamos al referirnos al continente americano; ¿cómo llamarlo? ¿América Latina, Hispanoamérica o Sudamérica -como algunos lo llaman de un modo demasiado simplificado? Tengamos cuidado en este caso, porque corremos el peligro de excluir a los holandeses del Caribe, a los anglosajones de Estados Unidos, o incluso a los portugueses del Brasil y muchos otros pueblos de Centroamérica.

¿Entonces qué debemos hacer? Quizás sería mejor escuchar a los dueños originales de esta tierra, los indígenas, que con sabiduría le dieron nombres de la Naturaleza a su tierra natal: "Nolpopokayan", es decir, "Tierra donde las montañas humean", es el nombre en lengua náhuatl de los aztecas, que explica el origen volcánico de Centroamérica. " Tawantinsuyu" significa en runasimi quechua -la lengua de los Incas- "la integración de los cuatro territorios andinos". " Yvy mara'eỹ ", "la tierra sin mal", es el lugar donde los aborígenes mby´a tupí-guaraní buscaban constantemente su eterno camino del Amazonas al Chaco paraguayo. Latinoamérica o Indoamérica, la decisión es subjetiva...

Viajemos, ahora, a la época de Cristóbal Colón, quien, para poder comunicarse con el "nuevo" mundo, llevaba consigo 2 intérpretes que hablaban hebreo, caldeo y un poco de árabe, pero... "allí sus manos servían de lengua", como nos dicen los cronistas de aquella época: "¡Qué sorpresa tan terrible! Cada pueblo de esos habla su propia lengua y, de este modo, no se comunican entre sí, como es el caso entre nosotros y los árabes", decían los españoles, y ni siquiera podían imaginar que hubiera un total de 2.800 idiomas en ese continente.

Colón pronto aprendió las palabras del taíno, que significan "oro", o al menos aquellas que él pensó que expresaban este significado: " tuob, caona, noçay", e inmediatamente agregó otras a su vocabulario: canoa -que reemplazó la española "almadía", que significa: barca (aunque en realidad, esta palabra no es española, sino árabe, como lo demuestra el artículo definido al- (ﻞﺃ), que forma la primera sílaba). Otra palabra prestada del mundo indígena es el "cacique", que reemplazó a la española "reyezuelo"; esta palabra, sin embargo, tomaría más tarde un significado peyorativo, para caracterizar al dictador Franco de España. El maíz -uno de los productos que fundó la cultura centroamericana- llegó con las carabelas a Europa, enriqueciendo así el primer diccionario de la lengua española de Elio Antonio de Nebrija (1441-1522).

Por otro lado, las palabras españolas que aparecen por primera vez como préstamos lingüísticos en los idiomas indígenas, son las expresiones religiosas, traducidas: "Ñandeyará pueblo", que significa: "el pueblo o el rebaño del Señor", y " angaipá ", que literalmente, en el idioma guaraní significa: "mancha del alma", es decir: pecado. Es interesante notar que la expresión más común de los argentinos, la palabra "che", que usan como "¡hombre!", es en realidad el pronombre posesivo "mío" en guaraní.

Cabe señalar también que desde aquel primer encuentro, las lenguas de los aborígenes americanos han sido una de las inevitables fuentes de influencia del castellano moderno. Es una fuente que colorea con matices exóticos el idioma español de América Latina, en el contexto de la integración del Nuevo Mundo a la mentalidad ibérica, y al mismo tiempo en el contexto de la integración de los españoles, que viven ahí, a la vida indígena.

Como todo lo que nace de la colisión de dos mundos diferentes, no solo culturalmente, sino también en términos del entorno natural, el proceso fue complicado, precisamente porque ese choque fue uno de los más violentos de la historia.

En el siglo XVI, el II Congreso Eclesiástico se vio obligado a anunciar: " Nullus audiat confesionen per interpretem", que en español significa: "Nadie confesará mediante un intérprete". Afortunadamente para la clerecía, en muchas áreas se impuso o se desarrolló una lengua franca, un vehículo de lenguaje generalizado para comunicarse entre las vastas áreas del continente recién descubierto: el náhuatl de los aztecas en México, el quechua de los incas en los Andes y el guaraní en Paraguay y en Brasil. Los métodos alternativos de catecismo en lenguas amerindias o ibéricas han dado lugar a fenómenos de monolingüismo, bilingüismo e hibridismo lingüístico.

El uso exclusivo de una sola lengua indígena ha hecho que los aborígenes, por un lado, mantengan su identidad cultural, y por otro, sean marginados por el desarrollo social. El conocimiento unilateral del español o del portugués ha llevado a las comunidades indígenas a renunciar a su núcleo cultural. El bilingüismo es -en parte- una solución, pero no la mejor.

Se ha demostrado que la supuesta panacea del hibridismo causa daños irreparables, hecho que lleva a los pueblos a perder sus raíces.

Al investigar las referencias históricas, observamos que los indígenas tenían una mayor habilidad para aprender el español de la que tenían los españoles para los idiomas de los aborígenes. Sin embargo, siempre ha habido problemas de comunicación. En el Perú, el primer mestizo biológico y espiritual de América, el historiador y autor Gómez Suárez de Figueroa Inca Garcilaso de la Vega, (1539-1616), nos cuenta la célebre anécdota (en el mundo latinoamericano) según la cual, el intérprete indígena Felipillo había aprendido el español solo escuchando hablar a los conquistadores, y cuando rezaba, en lugar de recitar: "Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad Consubstancial e Indivisible", decía: "Dios, tres más uno son cuatro"!... En México los indígenas contaban las palabras incomprensibles en español con semillas de maíz.

El mestizaje entre la "raza del cobre" y la "raza pálida" dio lugar a una mezcla lingüística y a un caleidoscopio de comunicación. "Che esperanza porãité - Mi esperanza bendita / linda", canta Emiliano Re en el idioma mestizo jo porá, donde se mezcla el guaraní con el español de Paraguay.

Al otro lado del continente, en Cuba, los himnos de la santería -los rituales mágicos dedicados al panteón de Orisha- se cantan en el lenguaje ritual lucumí de los Yoruba ( èdè Yorùbá) de África occidental y se transmiten de manera oral de generación en generación, resultando así en su asimilación incorrecta:

"Bara loyuro sokeboda
omoni Alawana komamakeña irawo e.
Bara suayu
omoni Alawana komamakeña irawo e.
Obara wayu eké Eshu odara
omoni Alawana komamakeña irawo e."

La traducción al español de estos versos sigue incorrectamente la sintaxis africana de aquellos primeros chamanes que elogiaban a Elegba-Eleguá, el espíritu trinitario:

"Rogar,
permítanos para que este ebó
sea bueno para los hijos hoy,
que no sigan los problemas
que nos mandan
las estrellas."

No muy lejos, en Puerto Rico, el español no tiene matices africanos, sino que se disfraza de "borinquen, spanglish":

"Se había casado con un drunken bastard de billar, de esos que nacen con la caneca incrustada en la mano y encierran a la fat, ugly housewife en la casa con diez screaming kids entre los cellulitic muslos, mientras ellos hacen pretty-body y le aplanan la calle a cualquier shameless bitch."

(Ana Lydia Vega, Pollito chicken, Puerto Rico, 1977)

drunken = borracho

fat = gorda

ugly = fea

housewife = ama de casa, esposa

screaming = que chillan

kids = niños

pretty-body = cuerpo bonito // ligar

shameless = sin vergüenza

bitch = zorra (peyorativo)

El entrelazamiento lingüístico, sin embargo, no conoce límites, ni sigue las reglas del dualismo. Tres, hasta cuatro idiomas juntos pueden dar a luz nuevos híbridos, como el nicaragüense, que tiene voz miskitu, acento español y palabras de piratas caribeños de habla inglesa:

"... tuktan wal duri kum waki kan. Nina nani ba Basilio bara Prendilicia. Basilio matawalsip mani bri kan bara Prendilicia ba matlalkahbi pura yumphpa baman alcan kan."

"...los dos niños conducían una piragua. Sus nombres eran Basilio y Predilicia. El niño tenía diez años de edad, mientras que la niña acababa de cumplir nueve".

Así comenzaba el libro de lecturas de la escuela primaria en Nicaragua de los sandinistas, en la década de los ochenta.

Cuando se trata de escribir idiomas indígenas, es un error pensar que no existe ninguna escritura. El profesor Andreas Lommel -de la Universidad de Munich, en Alemania- nos dice que si queremos comprender las sociedades modernas no industriales, debemos estudiar la vida del hombre prehistórico.

Las pinturas rupestres y los tatuajes siempre han sido artes narrativas. Los símbolos esculpidos en piedra se encuentran en todas las coordenadas geográficas del continente americano. La escritura con pictogramas estuvo más desarrollada en la cultura de los mixtecas oaxaqueños en México y en la de los aztecas. Los símbolos representaban la realidad, o funcionaban como ideogramas que la simbolizaban, o incluso como fonogramas derivados de la sílabas iniciales de ciertas palabras: para expresar el nombre de la ciudad de Coatlán, en México, las personas que hablaban el idioma náhuatl dibujaban una serpiente, que en su idioma se llamaba cóatl, y dos dientes con encías, llamados tlan-tli.

La raíz "tlan" coincide con la locución local "en". Así, Coatlan, en el idioma azteca, significaba: "Tierra de serpientes".

Los jeroglíficos de los mayas muestran un mayor grado de sistematización, pero dejemos la maravillosa obra de Tatiana Proskouriakoff -quien los descifró- para analizarla más en otra ocasión:

Desde el siglo XIV d.C., hay informes sobre el sistema de escritura Inca, en formas geométricas cuadradas, que se encuentran en tejidos o utensilios rituales de madera, llamados keros.

El Catecismo fue llevado a cabo por los conquistadores católicos con lienzos que tenían imágenes pintadas, pero incomprensibles para los indígenas: el adverbio "ahora" estaba simbolizado por una mano tocando una campana, y señalando así la hora. De esta manera, la palabra, el logos, dejó de funcionar como soporte del pensamiento, dado que los indígenas no conocían ni lo que era una campana, ni lo que significaba una hora.

Hasta el momento hemos visto la mezcla del español con modismos caribeños. Pero, ¿qué es exactamente este idioma melódico y a la vez imponente y vertiginoso que nos da la libertad de expresarnos de tantas formas diferentes?

Cuando hablamos desprevenidos, usando palabras cotidianas como: cerveza, izquierda, piedra, falda, aceite, embajada, catre, sastre y carnaval, que todos entendemos su significado, deberíamos sentirnos conmovidos por la pronunciación de sonidos tan antiguos, que provienen de castillos celtas y vascos, germánicos y gallegos, italianos, lusitanos y catalanes, pero sobre todo, nos conmueven las 10.000 palabras griegas y otras tantas árabes, que embellecen la poesía de la península ibérica:

"¿Qué fareyo, o qué serad de mibi?
¡Habibi, non te tuelgas de mibi!"

llora la última estrofa ("jarcha" - [jarŷa] خرجة) de una "moaxaja" (موشح), un poema medieval árabe-andaluz en lengua mozárabe romance, en el que el artista ruega a su amada que no lo deje. Y su escritura: el exótico "aljamiado" (العجَميَّة) [= extranjera], es decir, textos en español con letras árabes. Así, esa misma lengua con predisposición al exotismo, se ha transformado en un dialecto multifacético, que nos hace distinguir de inmediato a un pueblo de otro, a una cultura de otra.

Las raíces de las lenguas aborígenes americanas se consideran independientes de los grupos étnicos de Oceanía, y también de los pueblos chino-tibetanos, el urálico y el altaico, y las caracteriza una amplia variedad de dialectos. Desde el siglo XIX, la Biblia del cristianismo se ha traducido a varios idiomas de los aborígenes americanos y se han escrito gramáticas y diccionarios sobre ellos, pero la educación primaria en estos países sigue siendo problemática, tanto para los indígenas como para los mestizos. Sin embargo, en algunas comunidades indígenas de México, se organiza un concurso anual de narración, con cuyos premios se financia la educación local.

Dado que una lengua expresa una mentalidad, es lamentable el hecho de que existan idiomas en peligro de extinción, u otros que ya están muertos, como el taíno mencionado anteriormente, del que hoy solamente quedan unas pocas palabras melódicas: Cubagua, Habaguanex, Guanajatebey, Camagüey, Siboney, Guanajay, Demajagua, Yaguajay, bohío, Cabaiguán, Jiguani, Guantánamo. Entre ellos podemos distinguir topónimos y canciones de Cuba...

En muchas sociedades existen lenguajes secretos, es decir, modismos lingüísticos utilizados por ciertas clases sociales o gremios, como los qholla, los curanderos-practicantes de hierbas de las tierras altas de los Andes bolivianos.

Otro ejemplo de lenguaje secreto es el vocabulario sagrado de ñe'e porã de los guaraníes paraguayos, para la propagación de tradiciones religiosas, o para que los espíritus que protegen a los animales no puedan darse cuenta de que los hombres iban a cazarlos. Esto podría compararse con el fenómeno japonés denominado kei-go ( 敬語), en el que llamamos a alguien o algo de manera diferente, dependiendo de su estatus socioeconómico. Veamos, por ejemplo, el pronombre personal "yo" - en japonés: (wata [ku] shi) [en el tipo de cortesía], que también se puede decir: (boku) en forma masculina, o incluso: あたし(atashi) entre mujeres, mientras que en plural cambia a: 私たち (wata [ku] shitachi), u (oré), palabra que coincide con el pronombre "nosotros" en la lengua guaraní de Paraguay, y es un indicio (no prueba) del origen malayo-polinesio común de estas lenguas. En este punto también vale la pena señalar que el idioma andino runasimi quechua de los incas tiene, como el japonés, dos pronombres para el concepto de "nosotros": noqanchis, como inclusivo (refiriéndose a todas las personas) y noqayku, como exclusivo o selectivo, es decir, que se refiere solo a los miembros del ayllu -el núcleo familiar de vivienda, en otras palabras, la aldea o el barrio de habitantes indígenas.

Es importante que los interesados ​​en lenguas indígenas sepan cómo funcionan estos idiomas que pertenecen al grupo de los aglutinantes, porque forman significados silábicos que se escriben al principio, en medio o al final de la raíz de cada palabra.

Según Dimitris Sotiriou, la lingüística moderna ha descubierto que la palabra no constituye con absoluta coherencia la unidad mínima de la lengua y además presenta dificultades de clasificación. [...] Una nueva unidad, el morfema, es el elemento más pequeño del nivel morfológico, es decir, el nivel de articulación de primer grado, que tiene un significado y una forma fonética. [...] Artículos, raíces, terminaciones, prefijos, afijos y sufijos etc., son morfemas. El morfema muestra la función y participación de la palabra en la integración frástica, mientras que desde el punto de vista del sintagma es la unidad mínima del análisis sintáctico. Ayuda en el análisis morfológico y en la comparación de su tipología (aislantes, sintéticas, aglutinantes, fusionantes, polisintéticas, analíticas o flexivas), al mismo tiempo que ofrece modelos más sencillos para la lengua.

En general, es una unidad con tres aspectos: 1) forma fonética, 2) significado, 3) función sintáctica- y desarrolla el análisis morfológico en tres dimensiones: 1) identificación, 2) clasificación, 3) distribución de los morfemas. Los morfemas se dividen en: 1) lοs que tienen valor lexicográfico, constituyen la raíz de la palabra y se encuentran en el diccionario, 2) los que tienen valor gramatical e identifican categorías gramaticales y de producción. Otra división es: (1) morfemas dependientes e (2) independientes. [...]

Además, para cada idioma, la lista de morfemas está abierta y el idioma puede producir cualquiera. [...] Hay diferencias entre los morfemas y los lexemas. Los primeros son limitados en número, mientras que los lexemas son ilimitados. Las palabras formadas por combinaciones de estos dos son igualmente ilimitadas. [...] Los morfemas gramaticales constituyen un nivel intermedio de organización. [...] La unidad más pequeña de significantes en el nivel de articulación de segundo grado, es decir, el elemento fonético más pequeño de la lengua se llama fonema. El fonema en sí no es portador de significado, pero su cambio provoca una modificación de significado: "mano" / "malo". Es una unidad de análisis de código digital y se estudia mediante la fonología. [...] Los morfemas principalmente, junto con el sistema fonético cerrado, ofrecen la coherencia estructural-sistemática en la lengua. [...] En turco, los lexemas y los morfemas gramaticales pueden cambiar de lugar entre sí, mientras que en chino son palabras separadas. [...] Según Bloomfield, los morfemas dependientes nunca se encuentran solos y se caracterizan como morfemas de palabras, a diferencia de los independientes, que se caracterizan como morfemas de oraciones. [...]

Cuando los primeros navegadores españoles llegaron al Cabo Navarino, esa remota parte de la Patagonia en "Finisterra" -como se le llamaba, conocieron a los nativos Wulla, quienes en su lengua yagha tenían la expresión más lacónica jamás creada a lo largo de la historia de la lingüística, con una sola palabra: " Mamihlapinatapai", que significa: "Una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra comience una acción que ambas desean pero que ninguna se anima a iniciar". Esta palabra relativamente pequeña con el enorme significado, verbal y psicosocial, ha sido registrada en el Libro Guinness de los Récords Mundiales, porque contiene al mismo tiempo: un prefijo ma(m)- de corte reflexivo pasivo (marcado por la segunda m antes de una partícula iniciada por vocal); la raíz ihlapi, que significa "estar confundido sobre lo que hacer después"; seguida por el sufijo condicionante -n y por el sufijo -at(a), que implica "logro"; y coronada por -apai, que al ser compuesto con ma(m) adquiere un significado de reciprocidad. Este concepto de "silencio significativo" también se encuentra en japonés, como: ishin denshin ( 心伝心) cuyo segundo -y también el ultimo- ideograma significa: "corazón". ¡En fin, es conocido el origen mongol y malayo-polinesio -en común- de los japoneses y los indígenas americanos!...

En la civilización preincaica de los aymara, en Bolivia, existe un verbo impresionante: " awatkipasipxañanakasataq ", que significa: "procuremos mantener nuestra unidad, es decir, preservar los valores de nuestros antepasados ​​en nuestra mentalidad y transmitirlos a las generaciones más jóvenes de la civilización aymara".

Las lenguas indígenas han ocupado poco espacio en la educación, la política y los medios de comunicación. Sin embargo, son lenguas socialmente infravaloradas. La clase minoritaria y económicamente fuerte de los blancos solo usa el español. Así, los nativos alfabetizados, que constituyen solo el 30% de su comunidad, saben escribir en español. Las lenguas indígenas americanas todavía se escriben con símbolos fonéticos internacionales. En la década de 1980, era difícil convencer a un latinoamericano de que también tenía sangre aborigen. Hoy en día, hay dos tendencias de nacionalismo:

  1. la ultranacionalista
  2. la explotación turística.

La primera dicta una conciencia nacional pura, mientras que la segunda busca apoyar económicamente a las comunidades indígenas. Sin embargo, ambas se basan en personalidades como los Guaykaypuro (siglo XVI d.C.) de los Caracas - la tribu que dio nombre a la capital venezolana- el revolucionario Tupac Amaru (José Gabriel Kunturkanki Tupaq Amaru II, 1742-1781) del Perú, o la ganadora del Premio Nobel de la Paz (1998) Rigoberta Menchú de Guatemala.

Según algunos investigadores, la civilización de los incas no fue muy agresiva (como su contraparte azteca en México central), y se caracterizó como la "socialista" de su tiempo por los beneficios sociales que disfrutaban sus súbditos.

Esta teoría, sin embargo, es refutada si consideramos que dichos beneficios se deben a la solidaridad entre los miembros de los asentamientos ayllu -que también son núcleos familiares- y no al cuidado estatal (Favre, 1972: 42). Por supuesto, había almacenes públicos, donde se recolectaban diversos productos, que se distribuían a fin de lograr la nutrición correcta de los recursos humanos, y ampliar el sistema de redistribución entre las áreas conquistadas. Por este motivo, se realizaban censos e inventarios detallados, basados ​​en un sistema decimal; se registraban en forma de nudos en cuerdas, y se denominaban "qhipu".

Un sistema de impresionante inteligencia es el conocido " quipu" -que hemos referido anteriormente-, un conjunto de cuerdas de lana del camélido andino "llama", con nudos de diversos tipos, tamaños, colores y densidades, que los sabios qipukamayoq sabían descifrar de modo oral y registrar así datos estadísticos del imperio.

Estos "ábacos de contabilidad" funcionaban mediante un método silábico en la lengua aglutinante quechua runasimi (= boca humana de los cultivadores de la tierra), que ha producido una importante poesía en diversas formas. Se estima que aproximadamente diez millones de personas hablan hoy en día el idioma de los incas como su lengua materna en seis países y regiones de América del Sur: el suroeste de Colombia, en Ecuador, principalmente en el Perú, en partes de Bolivia y en el norte de la Argentina y Chile, mientras que un gran número de personas en estos los países la hablan como segunda lengua además del español.

Aunque ya no se acepta la asociación filogenética del quechua con el aymara, hablado por unos 2.500.000 indígenas bolivianos, los lingüistas coinciden en que, por hechos históricos, ha habido una influencia mutua entre las protolenguas de ese grupo. Por lo general, tienen similitudes obvias: ambas son aglutinantes, es decir, los sustantivos y los adjetivos no se declinan y los verbos no se conjugan, sino que alternan sus funciones con prefijos, afijos y sufijos. También se caracterizan por la sintaxis SOV, es decir, "Sujeto - Objeto - Verbo" y colocan los morfemas, que expresan las preposiciones, después de los sustantivos y adjetivos (NP). Además, hay un 20% de similitudes semánticas, lo que puede indicar un fuerte bilingüismo. Sin embargo, no sabemos de cuál de los dos idiomas proviene este vocabulario. El quechua arcaico apareció probablemente en el primer milenio antes de nuestra era. Se divide en dos dialectos principales: kichwa shimi I waywash y qhechwa II wampu. También se distingue en tres variedades: A, B y C. Entre ellos, el quechua wampu chínchay sureño II C cusqueño-boliviano, es el idioma imperial oficial del Cusco, en el sur del Perú, desde el siglo XII hasta el XV n.e., en el que se creó la poesía inca clásica (no podemos decir "se escribió", dado que su tradición cultural era oral). Hoy en día, los lingüistas han adaptado los símbolos internacionales de la fonética a los sonidos de esta lengua, con el fin de facilitar el estudio de su literatura.

Esto debería hacernos pensar en nuestra capacidad, como pueblos de la cultura escrita, para almacenar, comprender y recordar un vasto cuerpo de conocimientos, en comparación con las culturas de la tradición oral. Por otro lado, sin embargo, también debemos tener en cuenta el hecho de que una lengua sin un sistema de escritura corre el peligro de desaparecer sin dejar huella de su literatura clásica.

La fonética quechua se basa en sonidos guturales: tiene, por ejemplo, seis tipos de sonido "k": k, k ', kh, q, q', qh, según el volumen y el punto de la parte posterior del tracto vocal que lo crea.

Los morfemas, es decir las unidades mínimas aislables, adheridos a los lexemas (por oposición a los antes referidos), completan su significado en términos de modo y voz activa o partícula apasivante, tiempo, evolución y velocidad, lugar y distancia, (en movimiento o no), sujeto, objeto directo e indirecto, atributo, número o cantidad, posesión, negación u oposición, afirmación o aceptación, interrogación y solicitud de autorización, certeza o inseguridad, totalidad o división, declinación, manera, medio, experiencia y conciencia, obligación, honor y sentimiento, finalidad o incluso sinergia y causa del acto o del concepto -específico o abstracto- que se enuncia, o está en relación con otros vínculos gramaticales y sintácticos. Incluso los verbos auxiliares son sílabas o fonemas en medio de palabras.

La principal preocupación de este lenguaje, entonces, es la precisión de la declaración. Por eso su traducción es difícil, y en ocasiones es imposible relacionarla hasta con el griego clásico. Además, la traducción, y especialmente de la poesía, siempre quita el encanto de los significados. Una obra traducida ya no pertenece a la literatura de la lengua fuente -en la que fue escrita originalmente-, sino que pasa, de alguna manera, a la literatura de la lengua anfitriona (meta), a la que fue traducida.

No hace falta decir que cada idioma expresa una mentalidad. Entonces hablamos como pensamos. En los idiomas europeos la sintaxis Sujeto-Verbo-Objeto es válida, mientras que en algunos idiomas asiáticos, como el turco y el japonés, los elementos se escriben al revés, como si se vieran en un espejo: Sujeto-Objeto-Verbo.

Lo mismo ocurre con la lengua de los Incas. Demetrio Tupac Yupanqui, en su libro Runasimiq Yachaywasi (Perú, 1950), nos da un elemento de la cultura indígena a través de la gramática. Dice que en el idioma quechua -que se internacionalizó en la región andina, porque puede expresar hasta los pensamientos más sutiles, como pocos idiomas pueden hacerlo- los verbos tienen un tipo instantáneo y otro continuo, solo en su forma afirmativa, mientras que en la negativa se limitan al instantáneo. Ejemplo: takini = yo canto en general, I sing (en inglés). Takishani = estoy cantando ahora, I am singing (en inglés). Manan takinichu = no canto, no estoy cantando // I don´t sing, I am not singing (en inglés). Todo junto en un tipo verbal negativo. No existe el tipo "manan takishanichu". Y esto se basa en la mentalidad de este pueblo (cada lengua, al fin y al cabo, es la expresión de una mentalidad cultural), en su filosofía, podríamos decir, que es (por casualidad) paralela en este asunto con la aristotélica, y dicta que el "no ser" no existe, ni en el espacio ni en el tiempo; es la ausencia de propiedad o acción. Si hay negación, entonces la realidad o la verdad deja de existir. Por lo tanto, el verbo griego antiguo "estí" (εστί = ser, existir, estar presente, hacerse), "to be" en inglés, y "kay" o "-sha-" en quechua, que forma el presente continuo, desaparece en la negación. Es impresionante considerar también la formación de algunos tipos verbales:

tapu = lexema del concepto "preguntar"

tapuy = infinitivo del verbo preguntar

tapuni = presente del indicativo en primera persona del singular (yo pregunto)

tapuykuni = pregunto conscientemente y teniendo el honor

tapu(y)kushani = ahora tengo el honor de preguntar conscientemente

tapu(y)kuspa kani = ahora estoy en posición honoraria para preguntarte conscientemente

tapuyuni = pregunto de manera ritual

tapuyki = yo te pregunto a ti

tapuyukusayki = tengo el honor ritual de preguntarte

tapuyuykimanchu = ¿puedo preguntarte una vez?

(Los dos últimos tipos se utilizan en el lenguaje de cortesía.)

Además, es interesante la sintaxis de la lengua clásica de los incas que, al igual que el japonés y el turco, coloca el verbo al final de la oración. En otras palabras, se crea un fenómeno análogo al alemán llamado "Endstellung":

-Noqa wayñuta Qosqopi páywan tusushani.

-Yo "huayño" el, Cusco en, ella con, bailo estoy.

Es decir: ahora estoy bailando con ella al ritmo de huayño en el Cusco.

Hoy, el quechua híbrido sigue la sintaxis española: sujeto-verbo-objeto.

Antiguas o modernas, las lenguas son vehículos de culturas. Hay quien diga que el griego es el idioma más rico del mundo; pero tenemos que ser cuidadosos al expresar esas falsedades, puesto que nos pueden conducir hacia unos caminos peligrosos del ultranacionalismo. Puede ser que el griego -el antiguo y el moderno juntos- tenga 17 millones de acepciones (calculando también todas las conjugaciones y declinaciones), pero según la lingüística moderna, no hay sentido, sensación, emoción o necesidad del género humano que no se pueda expresar en todas las lenguas del mundo.

Hay que subrayar que todas las civilizaciones y culturas -subconjuntos las segundas de las primeras- tienen igual valor dentro de sus diferencias.

Al entender eso, se podrá combatir el racismo.