Título original: Saphirblau
Segundo tomo de la saga Gwendolyn Sheperd: Rubí (accede aquí a su crítica), Zafiro, Esmeralda
Clasificación: Novela fantástica
Edición: Montena, 2011, 17’95 €
Valoración: 3’5 sobre 5
Gwendolyn Sheperd es la última viajera en el tiempo, pero los miembros del Círculo Interno siguen sin confiar en ella y no dudan en airear sus suspicacias delante de todos. Gwen empieza a estar cansada de no saber de qué va el asunto, aunque no le queda otro remedio que hacerles caso en todo y viajar al pasado cuando ellos creen conveniente. Su nueva misión la llevará de nuevo junto al conde de Saint Germain, ese caballero misterioso (y peligroso) que tan desconcertada la dejó en su último encuentro. Pero antes del salto debe prepararse, dominar los modales de la época y aprender a bailar el minué… de la mano de un odioso profesor italiano y su no menos repelente prima Charlotte. Suerte que tiene a Gideon a su lado… ¿O no? Aquel beso en la iglesia ha marcado un antes y un después en su relación, aunque el chico todavía se mantiene reacio a mostrar sus verdaderos sentimientos. Y mientras en el presente Gwen nada en un mar de dudas, en el pasado Lucy y Paul se empeñan en luchar por evitar que se cierre el Círculo de los viajeros… ¿Conseguirán su propósito?
Si Rubí pecaba de ser una primera parte demasiado introductoria, Zafiro se podría definir como un coitus interruptus literario. El libro tiene ideas buenas, muy buenas; lástima que las más interesantes se concentren al final y (de nuevo) la autora corte la acción de golpe, sin molestarse en escribir una novela que valga la pena por sí misma y no únicamente por lo que vendrá en el siguiente volumen. Y es que Zafiro está repleto de paja: hay escenas que se comprenden dentro del contexto, como las clases de Gwen o las escenas familiares; no obstante, a la hora de la verdad carecen de valor para el hilo central del misterio del Círculo y el conde de Saint Germain. De todos modos, tengo que reconocerle un mérito a Kerstin Gier: escribe muy bien, con un estilo desenfadado y cargado de sentido del humor, gracias a lo que consigue que incluso los tramos de relleno puro y duro enganchen. En las cuestiones amorosas no se hace empalagosa, aunque alguna escena manida de qué-hará-la-bruja-de-Charlotte y me-enamoro-a-primera-vista sí que hay. A pesar de sus fallos, esta trilogía supone un soplo de aire fresco en el panorama juvenil actual, al tratar un tema poco visto hasta el momento y emplear unos protagonistas cercanos y carismáticos con los que el lector empatiza desde el principio.
Hablando de los personajes, en Zafiro hay una incorporación de lo más simpática (y no, no es un tercero en discordia), un detalle que aporta un aire distinto a la primera parte. En general, la considero una lectura agradable, sin más pretensiones que entretener y hacernos pasar un buen rato.
Es ésta una trilogía que por su sencillez global no marcará un antes y un después en el mundo de la literatura juvenil; sin embargo, su tono simpático y la facilidad de palabra de la autora han conquistado al público y logran que le perdonemos sus carencias a la hora de abordar la trama de intriga. El epílogo nos deja con muchas ganas de saber qué pasará… Veremos si en Esmeralda Gier es capaz de resolverlo todo en condiciones.