Astenia primaveral, alergia al polen, descuido gastronómico y levantamiento de vidrio sobre barra fija de manera profusa y prolífica. Añadido a falta de kilómetros, falta de tiempo en general y estrés como para una boda.Todos estos mimbres son los que componen mi equipamiento para enfrentarme a la media maratón del 10 de mayo de 2015.Voy a sufrir, lo veo venirrrr.Pero ¿Quién dijo miedo? Si no es con un tiempo será con otro. La pena que era una carrera para disfrutar, y por mi mala cabeza y mala planificación, tiempo y ... (lo que usted quiera poner en los puntos suspensivos), voy a sufrir como una canalla, como un caniche tirando de un trineo o un Husky Siberiano corriendo después de comer por el desierto del Sahara.Y yo que estoy más perro que Niebla (ya sabéis el perro de Heidi). Los que no sabéis quién es Heidi, pues esa suerte tenéis, mas que nada por el tema de la edad.Me salva que mañana me voy de viaje. Me voy del mundo y me voy de muchos de esos mimbres que enumeraba antes.Si es que no me dan las horas. Los fines de semana sigo tan estresado o más que entre semana, y si queda algún hueco por ahí, pumba, o dibujo o clases de escritura o doble tirabuzón con salto mortal hacia atrás. Así quién se prepara una media maratón, de la entera, ya ni hablamos.El cartel es ocurrente, "...esta media maratón, la correrás entera".A ver si es verdad y entro de una pieza y sin llevar la cara muy desencajada, en la línea de meta. Hoy he acabado el libro de "Música para feos " de Lorenzo Silva, un libro que va de más a menos, aunque es interesante y con un enfoque algo novedoso, aunque no para Lorenzo, que ya sabemos de qué pie cojea. Bendita cojera por cierto, pero lo cortés no quita lo valiente. El libro resbala en los últimos capítulos, como narración, no por el tema, por otro lado final bastante previsible y forzado en algunos puntos. Pero hasta aquí puedo leer por no reventároslo. Se lee muy bien, eso sí. Yo lo he hecho en apenas día y medio, saltándome el orden de mi cola de lectura.