No ha mucho que terminé la última pagina de un libro cuya expectación por mi parte, no fue del todo satisfecha en su lectura, aunque supongo que , como bien me comentaron amigos mas leídos que yo, ¿ qué podía esperar? El libro , un best seller por cierto, era La Piramide Inmortal (2014) , de Javier Sierra ; la historia de la noche que pasó Napoleón Bonaparte en la gran piramide de Keops me hizo recordar lo mucho que me apasionó un libro que ahora mismo reléo, y este si, recomiendo vivamente a los apasionados del Egipto ptolemaico , como es La Camara Secreta (2001) de Robert Bauval ; cuanto mas uno lee sobre Rostau, sobre la pedregosa planicie de Gizet , más preguntas le asaltan a uno, sin duda como le pasó a Napoleón , o a otros grandes de la Historia,Julio Cesar, Alejandro Magno o Jesús de Nazareth , que se supone pasaron por el mismo trance , todos grandes personajes llamados a enfrentarse a la inmortalidad , cuando pasaron una noche en la Cámara del Rey de la Gran Pirámide ; quizás todos nos enfrentamos, como el cuadro bajo estas lineas, a los misterios de la muerte en soledad, sabiendo que nada de lo que ahora construyamos , con toda nuestra tecnología y saber , será mas eterno que las piedras de las pirámides de Giza, y que sólo la palabra escrita, puede ayudarnos a rozar levemente la inmortalidad.
Bonaparte ante la Esfinge , Jean-Léon Gérôme (1867)