Cósimo di Rondó, el protagonista de "El barón rampante" de Ítalo Calvino, sería feliz en este templo, que se esconde tras una fachada de bambú, como podéis ver, literalmente, para dar privacidad a las estancias, disminuir la polución, y fomentar el zen y tranquilidad de los monjes.El bambú va acompañado, de unas "lianas" de 108 piezas de cristal de Svarowski, cada una, ¿por qué?, están hechas así a modo de recordatorio de un gran rosario budista y además, el 108 es un número significativo para el Budimo, ya que representa, la tentación material para ellos. Y qué mayor tentación, que las que puede ofrecer una de las ciudades más cosmopolitas?
Mil besos y feliz finde.Mónica t.
***fuente: Yellow Trace