3 consejos obvios para mejorar tu independencia financiera

Hace tiempo que sigo a otros autores que hablan sobre independencia financiera, no sólo españoles sino también norteamericanos, y he de decir que hay muy buen material por ahí. Hay corrientes diversas, y entre ellas están los frugalistas, aquellos que centran sus acciones en eliminar gastos superfluos que no aportan valor a su vida cotidiana y que por tanto necesitan generar menos efectivo a partir de sus activos para disfrutar plácidamente de la ansiada libertad.

Entre ellos está el señor Mr. Money Mustache, un simpático canadiense afincado en Estados Unidos que ya ha conseguido vivir una vida financieramente libre. En un artículo reciente, nos recordaba algunos consejos “obvios” sobre la riqueza personal y el duro camino hacia la independencia financiera. Aunque son perogrulladas financieras conviene reflexionar sobre ellas y me han sorprendido tanto que me gustaría comentar algunas de ellas con vosotros.

La lotería no te hará rico

Incluso yo he jugado a la lotería muchas veces con la vana esperanza de conseguir un importante premio. Hace muchos años ese premio hubiera ayudado a cumplir muchos de mis “sueños”, o más recientemente, hubiera servido para conseguir de golpe la tan ansiada libertad financiera, eliminando todas mis deudas en un abrir y cerrar de ojos, y proporcionándome como por arte de magia una cartera de activos que me mantendría por el resto de mi vida.

La dura realidad es que no, la lotería ni ningún otro juego de azar te hará rico. Las probabilidades están en tu contra, y a favor del organizador del juego. Es una verdad matemática.

La mejor forma de ganar es no jugar.

La mejor forma de ser afortunado es poner tus fichas donde las probabilidades están a tu favor.

La mejor forma de hacerte rico es ganar todo lo que puedas, gastar tan poco como te sea posible e invertir la diferencia.

Coge el dinero que dedicas a loterías y juegos de azar, empieza a ahorrarlo y cuando tengas suficiente comienza a invertirlo en activos, las probabilidades de que esto te haga más rico son mucho más altas y certeras que las de ganar el Gordo de Navidad o el Cuponazo de la Once.

Y lo mejor de todo, verás que el camino lo controlas tú, lo haces tú, tu tienes las riendas de tu destino financiero.

Esperar que la diosa Fortuna pose sus ojos sobre ti y decida que eres el elegido te denigra como persona, te debilita mentalmente creándote la ilusión de que todo es externo a tu voluntad y que no puedes hacer nada salvo esperar que la ruleta del azar te seleccione como ganador.

En mi caso, hace tiempo que he dejado de jugar a la lotería y desde luego no me arrepiento. Como dice el refranero español, la mejor lotería es el trabajo y la economía.

Un golpe de suerte es para comprar libertad no lujos

A lo largo de nuestra vida, puede que recibamos beneficios inesperados, un golpe de suerte. Un aumento salarial o un bonus por un trabajo bien hecho. Una sustanciosa indemnización del seguro o una herencia familiar.

En estos casos, la gente sale disparada a gastar ese regalo del destino: una cena en un lujoso restaurante, ese vestido carísimo que siempre has querido, el último dispositivo tecnológico exclusivo del momento o el más lujoso de los coches de alta gama.

Si eso es lo que tu harías, lamento decirte que estas muy equivocado. Ese dinero tendría que ir directamente a reducir tu préstamo con el interés mas alto o usarse para amortizar la hipoteca de tu casa. ¿No tienes nada de eso? ¿En serio? Buen chico. Entonces puedes dedicarlo a adquirir tu próximo paquete de acciones, participaciones de un fondo o tu próximo piso para ponerlo en alquiler.

Un beneficio inesperado, es un atajo hacia la independencia financiera caído del cielo, no lo malgastes en inflar tu modo de vida.

Si acaso y como regla general, puedes permitirte un buen café gourmet si recibes más de 5000 € de forma inesperada.

Para mi es una forma de actuar afianzada. Cada bonus, devolución de hacienda, actualización de sueldo o alquiler tiene una misión directa: reducir deuda o aumentar las inversiones.

No compres basura …

… que no puedas permitirte

¿Cuantas veces has oído la frase “Puedo permitírmelo y además me lo merezco”? Es una frase muy típica, sobre todo entre los asalariados con buen sueldo y, normalmente, ahorros nulos.

Una regla básica:

• Si tienes algún tipo de deuda “peligrosa” (altos intereses, tarjeta de crédito, etc), no te lo puedes permitir
• Si aún tienes que trabajar para vivir, y quieres dejar de hacerlo, tampoco te lo puedes permitir

Es una regla muy estricta, y probablemente te la saltes ocasionalmente, pero si la sigues te evitará muchos disgustos.

Si tienes deudas o aún no has alcanzado la libertad financiera (y quieres hacerlo) no te lo  puedes permitir, sea lo que sea.

… que no necesites

En general, la mayoría de la gente compra una cantidad inmensa de cosas que no necesita realmente. Debe de ser inherente al ser humano, y lo más sorprendente, usamos las excusas más elaboradas e intrincadas para ello.

Sólo tienes que echar un vistazo por tu casa, ¿a que eres capaz de encontrar al menos 5 objetos que no tendrías que haber comprado?

Todos encontramos cosas constantemente, que irremediablemente tenemos que comprar. Párate a pensarlo, si hasta ahora has podido vivir sin ello, ¿realmente lo necesitas?

No vayas de compras, es la mejor forma de evitar estas malas jugadas de nuestra mente.

Acude al supermercado para comprar lo necesario. Haz una lista para el resto de cosas y cuando se convierta en urgente, ve directamente, compra lo que necesites y vuelve a casa tan pronto como puedas.

Esto te evitará tentaciones y acabar pensando en medio del pasillo de un centro comercial si esa figurita quedaría bien sobre tu mesa de escritorio.

Es difícil, lo sé, pero funciona. Aunque aún no domino la técnica al 100% puedo prometerte que funciona.

Si dejas de ir de compras para pasear, verás que sorprendentemente necesitas muchas menos cosas, y por otro lado te aseguro que en tu ciudad hay muchos mejores sitios para pasear, sólo tienes que descubrirlos.