Revista En Femenino

Al parque con lluvia

Por Mamaenalemania
Aquí el mal tiempo es algo normal.
En invierno porque hace un frío que pela y hay nieve suficiente como para llevar al niño en trineo a la guardería, y en primavera y otoño porque llueve día sí día también. En verano se supone que sale el sol y hace calor. Depende del día porque en agosto te puedes tirar una semana a 30º achicharrándote y acto seguido otra a 10º con lluvias torrenciales.
Para los padres esto supone un gasto importante, porque en verano necesitas también ropa de abrigo y ya sabéis cómo crecen los niños, así que igual le compraste un jersey en junio pero en agosto ya no le vale y resulta que necesita ropa abrigada otra vez.
Aquí tienden a sacar a los niños a tomar el aire haga el tiempo que haga. Claro, si hace malo casi todo el año, no puedes estar haciendo excepciones todos los días y dejar al niño en casa esa tarde, porque al final resulta que no se desfoga nunca y un niño de 3 años en casa todas las tardes puede acabar volviéndote loca.
En invierno no hay tanto problema: les disfrazas de astronauta, con sus monos de nieve, bufanda, pasamontañas, guantes, botas (horrorosas y carísimas) de nieve…etc. le das un trineo o una pala y les tienes entretenidos con la nieve.
El problema es cuando llueve o ha llovido el día anterior, que está todo mojado y embarrado y los trajes de nieve no valen, primero porque se asan ahí dentro, y segundo porque calan, así que el niño se moja igual.
Para mí los Regenhose fueron todo un descubrimiento cuando llegué aquí. Son una gozada: se los pones encima de la ropa normal, con botas de agua y un chubasquero, y el niño se puede rebozar por el barro, tirarse 20 veces por el tobogán empapado, que no se moja. Al llegar a casa se los quitas en la puerta y tachán! El niño sigue limpio y seco.
No los he visto en España (lo cual no quiere decir que no existan) y al principio tampoco me los llevaba. Hasta que ha resultado que llevamos un par de inviernos horribles allí y el niño estaba que trinaba encerrado todo el día. Así que un día los metí en la maleta. En el parque donde llevo a mi hijo en Madrid fueron un éxito rotundo… Vamos, que llego a traerme unos cuantos y montar un chiringuito a 50 euros pantalón después de la demostración que les hizo el niño, y me hubiese forrado.
No cuestan tanto, conste, como unos 20 euros. Y, como tampoco hace falta que les estén perfectos, siempre puedes comprar una talla más y que le valga un par de años. Si los encontráis por España, los recomiendo totalmente, sobre todo para esta época del año.

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