Revista Cultura y Ocio

Cinco y... ¡acción!

Por Orlando Tunnermann

CINCO Y ACCIÓN TEATRO REINA VICTORIAWWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
CINCO Y... ¡ACCIÓN!
(Muy divertida, una de las grandes comedias del año, Marta Hazas deslumbra)
Existen personajes de carne y hueso, aunque cueste creerlo, que se me antojan analogías vivientes del sobresaliente y disparatado personaje que Marta Hazas (Marisol) encarna en la divertidísima comedia “5 y... Acción”. Personajes de carne y hueso, decía, que si cierro los ojos casi puedo visualizar en compañía de dos caniches muy coquetos llamados Frufrú y Brubrú, acuciados por cuitas tan inanes como qué vestido ponerse en una fiesta privada en una discoteca de moda; personajes de carne y hueso que no sabrían ubicar en un mapa geográfico Albania o Bulgaria y que incluso dudarían entre el Duero y el Guadalquivir como posibles ríos más caudalosos de España. Personajes de carne y hueso bendecidos con la gracia de la genética pero abandonados por las corrientes sinápticas de la inteligencia. Casos verídicos como los que relato me causan más tedio que interés, amén de un asombro titánico que me hace calibrar la variedad humana que el Creador tuvo a bien poner sobre la faz de la Tierra. Pero cuando se trata de ejercitar la mandíbula y el espíritu, la experiencia no puede resultar más sanadora y catártica. Es precisamente este fenómeno el que acaece como una bendita lluvia de risas en el teatro Reina Victoria de Madrid, de la mano de unos paladines de la comedia tan excelsos como Javier Veiga, Marta Hazas y Carlos Sobera principalmente. El triunvirato de actores nos regala con sus dislates concatenados una de las comedias más hilarantes del año; hecho justamente avalado por el aluvión de espectadores que puebla el patio de butacas con cada nueva función. Marta Hazas se mete en la piel de Marisol, la peculiar chica del tiempo y aspirante a actriz cuyo talento para las artes escénicas es una marea incesante de bochorno y disgustos. El director de un proyecto cinematográfico abocado al fracaso y al estropicio, Javier Veiga, (Max) vive una experiencia surrealista junto a la singular presentadora de las noticias meteorológicas y aspiraciones a lo Meryl Streep. Marisol es como  una preciosa muñeca Barbie, coqueta, proclive a los mohines de princesa consentida, una cara bonita y un embalaje anatómico seductor como únicos acicates, pero incapaz de pronunciar dos frases seguidas sin equivocarse. Luego está el desafío de pronunciar palabras como “solidaridad”, que se le atoran (atascan) en el gaznate a la pobre Marisol como si fuesen huesos de aceituna. Marta personifica a la típica actriz negada, uno de tantos casos vergonzantes en los que la soflama nos enrojece el rostro cuando imaginamos cómo es posible que con tan paupérrima condición artística interpretativa la chica pueda haber pasado el casting. La función en sí misma parece concebida para enmarcar las charcas profundas donde la chica del tiempo con aires de Greta Garbo desdibujada se ahoga una y otra vez. “5 y acción” parece pues planificada al detalle para veneración de la curvilínea Marta Hazas, una actriz polifacética y magistral en todo lo que hace y que lleva impreso en ese rostro suyo inmaculado una luz de eterna juventud y alegría que se me antoja como un virus contagioso de felicidad. Su faz resplandece tanto como su capacidad para enfundarse pieles y almas, que lo mismo te sorprende de bandolera que de secretaria de una agencia de confección con modistas y sastres de vanguardia. Javier Veiga y Carlos Sobera, forman un tándem, palabra que suena en la obra una y otra vez casi a modo de mantra o eco compulsivo, un tándem perfecto decía. Veiga es el director de un fiasco estrafalario, un film infumable que se desmorona sin remedio por demasía de actores que parecen sacados de un mercadillo de saldo de segunda mano. Con semejantes piezas a ensamblar y Marisol, la chica del tiempo como mejor baza del elenco interpretativo, al desdichado Max (Javier Veiga) sólo le queda cortarse las venas o poner a prueba su paciencia de Santo Job. Sobera está formidable y espectacular en todo momento. No hay que perder ripio del momento “practicante”, probablemente uno de los ejes cómicos más inolvidables de “5 y acción”. Acompañan las payasadas de Sobera, Hazas y Veiga dos fantásticas actrices como lo son Ana Rayo y Marta Belenguer, (Antonia y Pilar respectívamente). Ambas representan la robustez confiable de las actrices de largo recorrido profesional que jamás decepcionan y que siempre brillan con luz propia, aunque lo hagan habitualmente en papeles subalternos pero a la par, imprescindibles y memorables.

Volver a la Portada de Logo Paperblog