Revista En Femenino

El tamaño sí que importa

Por Mamaenalemania
A esas mentes calenturientas que lleguen aquí por alguna combinación desafortunada a través de google lamento decepcionarlas: El tamaño al que me refiero es, por supuesto, el de la tripa.
La razón principal (aunque no la única) por la que estamos en Madrid ahora es que el viernes se casa un primo mío.
Es la primera boda a la que voy embarazada.
El año pasado se casaba una amiga a finales de julio pero me marearon tantísimo con la fecha de parto (que si a mediados de agosto, que si a finales, que si a mediados otra vez…) que decidí no moverme de Alemania desde mediados de julio. Me la perdí. Otra que tenía en septiembre por tierras gallegas también (por lo reciente del parto) y, aunque no tenga nada que ver con el post de hoy, aprovecho un huequito para felicitar a mi amiga (otra vez) por su futura maternidad y decirle que sé que va a ser una de las mejores madres que conozco.
Volviendo al quid de la cuestión yo, que para algunas cosas soy muy germánica, tenía todo planeado al dedillo para la boda del viernes:
- Semana en Alicante = moreno estupendo y uniforme de playa y menos ojeras.
- Semana en Madrid = mantener moreno en la piscina, puesta a punto en la peluquería (pelo, pedicura, manicura), compritas en general y específicas para la boda, que me faltan una sandalias decentes y algo para tapar los hombros.
¿Qué he conseguido hacer hasta ahora? Pues absolutamente NADA de mi lista: El moreno de playa no ha podido ser (por la mierda de tiempo que nos ha hecho), la reducción de ojeras tampoco (niños ligeramente acatarrados por el tiempo estupendo que hemos tenido, dolor de dientes…etc. = noches toledanas), el moreno de la piscina pues está claro que no va a poder ser, peluquería de momento tampoco (resulta que mi marido tiene 1000 citas con clientes potenciales y distribuidores en Madrid y necesita una intérprete (y además gratis, que de la empresa comemos todos, hay que jode***))…
¿Y las compras? Pues esta mañana hemos hecho amago (con los niños) de ver tiendas y tal, pero yo ya llevaba la depre del segundo trimestre acentuada (que ayer me probé el traje otra vez) y no tenía ganas de comprarme nada.
El primer trimestre de embarazo no se suele notar. Otra cosa es que la embarazada lo quiera hacer notar (cara de felicidad completa, rechazo de jamón orgullosa y demás). Para algunas además es el trimestre del horror (nauseas, mareos, acidez, cansancio repentino).
El tercer trimestre se nota, vaya que sí. Además del tripón, está la cara de estoyhastalasnarices que se va haciendo más evidente según avancen las semanas, la manera de andar, de sentarse…
El segundo trimestre se supone que es el mejor: Se acaban los primeros síntomas pero conservando una “movilidad” normal, teniendo en cuenta lo que se va a reducir después.
Físicamente puede que sí que lo sea, pero estéticamente el segundo trimestre es, para mí, el peor de todos. Por el tamaño de la tripa. Se empieza a notar una protuberancia, pero no se sabe todavía muy bien si se trata de un embarazo o de un exceso de tapitas primaverales. La tripa ha crecido pero no está tersa, se nota el ombligo (o más bien una especie de ola carnosa que lo anuncia) y, sentadas, la flexibilidad que todavía conserva la carne hace que esta se expanda hacia los lados en vez de quedarse “tiesa” y rellena hacia delante, provocando un indeseable efecto flotador-madalena.
Será todo lo incómodo que queráis, pero yo no me empiezo a sentir guapa embarazada, hasta que el tamaño de la tripa ha superado notablemente el del culo. Y la época en la que más fea me siento es la de ahora, la época pera: por delante exactamente lo mismo que por detrás. Como un conguito.
Y además blanca, ojerosa, con las manos y los pies que dan pena, el pelo sin forma, los hombros al aire (y congelados) y, para colmo, 2 ex en la boda del viernes.

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