Revista Maternidad

Esperanto

Por Mamaenalemania
Destroyer habla. Un huevo.
Desde hace unos días ha recuperado la lengua perdida (que ya era hora, por otro lado) y ahora voy por la casa como si tuviese eco.
¡Destroyer, ven al baño!.... ¡oyer!¡eng ¡anio!
¡Destroyer, la crema no se come!... oyer ussta mema, mema lica.
Ahora que el niño consigue expresarse, a esa edad en la que sólo le entienden sus padres (y no siempre, todo sea dicho, Esperanto familiar), la gran preocupación mierdapueblil es si el niño habla o no habla alemán. Porque, claro, con la excusa de que el Gormiti en cuestión tiene una madre Ausländerin, a la mínima que no se le entiende, se achaca automáticamente el defecto a la Muttersprache y no a que todavía no ha celebrado su segundo cumpleaños.
Para tranquilizar al personal, diré que en el mierdapueblo tienen una obsesión enfermiza con el lenguaje de mis hijos. Tanto, que el otro día me preguntaron si el Monstruo del Rizo (8 meses recién cumplidos) habla alemán… ¿Wie bitte? Tanto, que me miran condescendientemente y me corrigen mi alemán por pedir Brötchen y no Brötle o decir Nein en vez de Noi. Aquí cuando dicen Deutsch, quieren decir Schwäbisch (a.k.a. dialecto más feo del país).
Para tranquilizar más aún al personal diré que el niño habla alemán. Al contrario que el Mayor, que tiene acento (de Jerez de la Frontera, cosa curiosa, pero real) cuando habla español, Destroyer parlotea alemán. Como Paco Martínez Soria,vale, pero normal, por otro lado, si tenemos en cuenta que se ha tirado su corta vida casi íntegramente colgado de la Ausländerin. Pero hablarlo lo habla.
En España, lugar soleado y deliciosamente ruidoso en el que hemos aterrizado este fin de semana, la preocupación contraria – es decir, si los niños hablan español – se disuelve instantáneamente en cuanto a la pregunta formulada el Mayor contesta “¿y tú hablas alemán?” y Destroyer pide galletas.
En 2 días, además, Destroyer ha ampliado su vocabulario de manera vertiginosa: seitunas (aceitunas), orones (boquerones), pis-si (piscina) y alor (calor) son una pequeña muestra de las armas de salivación masiva que el rubio tiene a su disposición.
Y una, que es blanda e inocente, se relajó y pensó que durante unas semanas iba a tener tregua con la persecución lingüística, que aquí aprenden solos y no hace falta corregir seres y estares, rompidos o spaidermens varios…
Y ahí estaba una ayer, untando de crema al Gormiti en la pis-si, hinchada cual pavo según iba enumerando cabesa, pies, mano, ti-pa, culo… y jonsillos.
¿jonsillos? Me preguntó la madredeallado.
Emmmmm… pues… emmm… (saliendo del paso)… es que eso es alemán.
Y tuvo que venir Don Perfecto el Mayor, consciente y sufriente del españolismo de su madre, a no dejarla en mal lugar: “Que no, mamá, que eso no es alemán. Destroyer está diciendo cohoncillos (Jerez de la Frontera, lo dije).”

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