Revista En Femenino

Ha ganado Ostern...

Por Mamaenalemania
Supongo que es parte del proceso, pero cuando lo pienso en frío me da pena.
Este año no pasamos la Semana Santa en Madrid. Pasamos Ostern en mierdapueblo.
Ha sido decisión mía (mi marido no hubiese podido viajar a España de todas formas porque tiene que trabajar). Ir a Madrid me apetece mucho, claro que sí (de hecho voy la semana anterior), lo que no me apetece nada es: el viaje (con 2 enanos cada vez menos), los compromisos (TODO el mundo tiene que vernos YA, ahora mismo y todos los días y la gente cambia las citas como a ellos les viene en gana, dando por supuesto que, total, tú estás de vacaciones y tienes todo el tiempo del mundo. Pues no señor, no lo tengo, también quiero disfrutar y relajarme, que para eso he venido, no para andar corriendo de un lado para otro), mucha gente no estará (así que no habrá muchos niños en el parque y el mío se aburrirá como una ostra, para variar).
Además, me apetece mucho celebrar Ostern. Supongo que es lo que tiene estar casada con un autóctono y llevar aquí algún tiempo, que acabas cogiéndole más gusto a determinadas celebraciones de aquí que a las de allí. Semana Santa en Madrid para mí no es nada especial. Ni vamos a misa, ni a procesiones, ni hacemos nada fuera de lo que incluye una visita a mis padres normal y corriente. Aquí en cambio, el domingo de Pascua es el día de los niños: Se esconden huevos y chocolatinas varias por el jardín y, por supuesto, regalos!! Este año al mayor le cae, como es tradición aquí, una bicicleta. Y estoy deseando ver su cara cuando se la encuentre detrás del arbusto (no sospecha NADA) y, además, poder pasar un día especial en familia “de verdad” (o sea, sólo nosotros en nuestra casa).
Esto me ha hecho pensar seriamente en el resto de celebraciones familiares: Navidad, Año Nuevo, Reyes…etc. Si vives cerca de tus padres y tus suegros, toca comida o cena, claro, pero el momento regalos-debajo-del-árbol-por-la-mañana es tuyo. Sólo para ti.
Viviendo fuera, en cambio, se da por hecho que irás a pasar esas fechas con tu familia. Me resultaría raro no hacerlo, claro, y triste también. Pero estas Navidades, por ejemplo, me ha dado una pena horrible no poner árbol aquí en casa (total, nos fuimos a Madrid el 22 de diciembre y volvimos el 9 de enero), no despertarme con mis niños y mi marido y pasarnos toda la mañana en pijama abriendo regalos y desayunando tranquilamente, que los regalos no fuesen sólo míos y pensados por mí (que ya sabéis que las abuelas a veces se pasan o pasan de ti olímpicamente) para ellos, llegar a MI casa después de una comida familiar y quedarme a gustito con mi marido en el sofá (sin mi padre al lado viendo la tele)…etc. Esas cosas que se hacen en y que hacen la Navidad, vamos.
El problema, además, es que mi expatriamiento no es temporal. No tiene ninguna pinta de que vayamos a vivir en España algún día. Así que alguna solución tendremos que encontrar, digo yo, porque así no se puede estar infinitamente. Yo tengo esperanzas de que mi madre, en algún momento, deje de odiar Alemania (no por nada, que llego a vivir en China y odiaría China) y de tomarse como algo personal contra ella que quiera pasar tiempo con mi familia en mi casa que, por suerte o por desgracia, está en Alemania. Lo que me preocupa es que en algún momento tendré que elegir, inclinar la balanza, y eso me hará perder mucho contacto con España, cosa que no quiero. Pero no se puede tener todo ¿o sí?

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog