Revista En Femenino

La indirecta

Por Mamaenalemania
Hace casi siete primaveras, hallándome en estado gestacional prorrogado - exactamente dos semanas y hasta los huevos ya, como supongo comprenderán - un jovencísimo y todavía melenudo Maromen, haciendo gala de su previsión congénita, tuvo a bien consultarme qué querría yo por mi próximo cumpleaños. Para el que faltaba (mucho) más de un mes.
Esmerada por entonces en el frustrado arte de desencadenar partos - ya saben: paseos, picante y acicalamiento de ventanas -, y rezumando rencor y una pelusa insalubre hacia el germano, su hombría, su abdomen chato y su movilidad, quise castigarle con aspereza y mala baba.
No quiero nada, cariño, ya soy muy feliz.
Cualquier fémina hubiese entendido la treta. Es más, díganle eso a algún ibérico, que hasta el más bobo se echará a temblar.
Sin embargo el Maromen, cuyo españolizamiento en ciernes yo había infravalorado, juzgó mi aserto de lo más razonable y, llegado el día de mi aniversario, me despertó con un beso pelín más apretao. Y ya.
Nos dieron las diez y las once, las doce y la una y las dos y las tres... y de mi regalo ni rastro, oigan.
De natural intranquila y poco amiga de las sopresas, a media tarde se me ocurrió preguntar con discreción por la (maravillosa) dádiva que (seguro) se estaría reservando para el momento álgido del día. Ahora, pensé justo antes del cólico.
- Mi regalo.
- ¿Qué pasa con tu rrregalo?
- Que lo quiero ya.
- Perrro no habías dicho que...
Mi jeta por sí sola debió bastar para revelarle el equívoco, porque en ese momento huyó a por tabaco y, unos minutos después, apareció con unas medias.
Medias, sí.
Y sí, acabaron en su germano culen.
Los años han pasado y, por suerte para él, no ha vuelto a presentarse sin obsequio. El problema es que, en su intento por arreglar aquel desaguisado, ha procurado ser romántico e impresionarme; y ya no pregunta.
Ropa interior térmica, un puzle o incluso un libro de manualidades, es lo que entiende su prusiana cocorota por regalo.
Pero a Gott pongo por testigo que este año cae mi breva y no tengo que falsear alboroto al desliar paquete: Hoy mismo he empezado una sutil campaña por mis futuras botas de invierno, consistente, por ahora, en dejar el catálogo de Manufactum abierto sobre su mesa y enmarcar mi objetivo con permanente rojo.
Lo que de toda la vida se conoce como una indirecta a la teutona, vaya. Deseénme suerte.

Volver a la Portada de Logo Paperblog