Revista Infancia

¿Los niños dan la felicidad?

Por Jmburson @jmburson


¿Los niños hacen felices a los padres?
Siempre habíamos pensado que los hijos nos hacían felices, se añadía a las tres conquistas más relevantes de la madurez humana: tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol. Sin embargo, a propósito del Primer Informe sobre la Felicidad Mundial advertimos que no siempre es así. 

El informe al analizar los elementos que nos aportan felicidad, se pregunta, pero, ¿los niños hacen felices a sus padres? Sorprendentemente, la presencia de niños en el hogar no parece estar asociado con la satisfacción o una vida superior. Éste se refiere en la Encuesta Mundial de Valores y en el panel de datos para el Reino Unido y Alemania. Varias encuestas y estudios reconocen esta sorprendente ausencia de relación y, en particular las familias monoparentales con más hijos son menos felices que aquellos con menos hijos.

Pesan, obviamente, las responsabilidades y las presiones del tiempo del cuidado de los niños, especialmente para aquellos que enfrentan mucho estrés y poco tiempo disponible para los niños. Los estudios sobre uso del tiempo y la experiencia muestra que la aparición de aspectos positivos y los sentimientos negativos (feliz, relajada, frustrado, deprimido, enojado, triste, etc) durante las actividades diarias habituales, revelan que el cuidado de los niños ocupa un lugar muy bajo en la jerarquía de las actividades diarias, en términos de sentimiento positivos netos. El informe reflexiona, 'La experiencia diaria con los niños puede no ser inmediatamente gratificante, pero "un hombre que tiene hijos vive como un perro, un hombre sin hijos muere como un perro", dice el proverbio.'

Los niños pequeños menores de 3 años y adolescentes están asociados a un nivel más bajo de felicidad que los padres, mientras que los niños de 3-12 años se asocian con mayor dosis de felicidad. Los más ricos son en promedio más feliz con ser padres, y la paternidad también es menos problemática en los países socialdemócratas del norte de Europa, donde hay apoyo del estado para el cuidado de los niños.

El informe indica que 'En resumen, tener hijos no es garantía de mayor felicidad. El placer de la crianza de los hijos depende de la edad de los niños, sobre la calidad de la crianza de los hijos de la pareja y en el contexto social, incluyendo el tener suficiente tiempo para disfrutar de la vida familiar.'

Esta reflexión casa con el artículo de José Antonio Marina que se publicó hace días en un periódico nacional sobre los derechos de los niños, en el cual reflexionaba sobre el difícil papel de los padres en una sociedad abierta, compleja e incierta. Realmente, los padres se sienten, en ocasiones, acorralados en su proceso de educación de sus hijos, y se muestran impotentes y solos. La sociedad está organizada de espaldas a las necesidades de los niños, y los padres son los primeros que lo pagan. Están sometidos a estrés, escasez de tiempo y mucho abandono. El estudio refleja el estado de felicidad del Bután y comprende entre unas de las características básicas de felicidad la estabilidad y permanencia familiar para el desarrollo de los hijos.

Por otra parte, aporto un breve resumen de las conclusiones. Los países más felices del mundo están en el norte de Europa (Dinamarca, Noruega, Finlandia, Países Bajos). Su puntaje promedio de evaluación es de 7.6 en una escala de 0 a 10. Los países menos felices son todos los países pobres en el África subsahariana (Togo, Benín, República Centroafricana, Sierra Leona) con promedio de vida de las puntuaciones de evaluación de 3,4. Pero no es sólo la riqueza lo que hace feliz a la gente: la libertad política, redes sociales fuertes y la ausencia de corrupción son en conjunto más importantes que el ingreso en la explicación de las diferencias de bienestar entre los países que ocupan puestos superiores o inferiores en la lista.

A nivel individual, la buena salud física y mental, tener personas de confianza, contar con estabilidad en el empleo y las familias estables son cruciales. Éstas son algunas de las conclusiones del primer Informe Mundial de la Felicidad, encargado de la edición de abril 2 ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Felicidad (el mandato de la Asamblea General de la ONU). El informe, publicado por el Instituto de la Tierra y co-editado por el director del instituto, Jeffrey Sachs, refleja una nueva demanda en todo el mundo una mayor atención a la felicidad y la ausencia de la miseria como los criterios de la política del gobierno. Se revisa el estado de felicidad en el mundo de hoy y muestra cómo la nueva ciencia de la felicidad explica las variaciones personales y nacionales en la felicidad.
Informe Mundial de la Felicidad


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