Revista En Femenino

Más vale Raben en mano...

Por Mamaenalemania
… que ciento planeándolo.
Me llama el viernes por la noche mi amiga alemana del mierdapueblo: que si le puedo cuidar a sus dos niños (4 y 2 años) el sábado por la tarde, que a su marido le han ingresado (y operado) hoy de apendicitis. Una urgencia, me dice, lo siente mucho pero no tiene con quién dejarlos un rato.
Claro, claro. Y el domingo si quieres todo el día, que ya viene mi marido y no estoy sola.
El domingo no hace falta, me aclara, que ya le ha cambiado a su madre un día de Dienst (servicio) de la semana siguiente y se los queda ella. Le va a pagar un euro más la hora (por ser domingo), pero bueno (¿es resignación o indignación lo que percibo en su voz?).
Aclaro que la madre vive en el piso de arriba, trabaja de Tagesmutter para ellos entre semana (conste en acta que no me parece mal que esté contratada) y que el sábado se fue a mirar estanterías para su salón a IKEA. Urgentísimo, vamos, lo de las estanterías. Y lo de cobrarle el domingo a precio de domingo para poder estar con su marido en el hospital (su propia madre), tiene delito.
¿Y tus suegros (que viven a 25 km.)? Uy no, es que este fin de semana tienen un cumpleaños y no pueden. No pueden ¿qué? ¿Venir a ver a su hijo al hospital, ayudaros con sus nietos? ¿Han llamado, por cierto? Sí, bueno no, han mandado un sms.
La madre y los suegros de mi amiga no son una excepción. Los que sí lo lo son, a Gott gracias, son los míos. A pesar de todas sus alemanadas y particularidades, tengo que decir que se portan más que bien con sus nietos, conmigo y con su hijo.
Es algo que no agradecía al principio, porque a mí me parece lo normal. No me hubiese sorprendido si no me donan un riñón, pero sí que me hubiese indignado si ingresan a mi marido o a mis hijos y lo único que sé de ellos es un “Gute Besserung” por sms.
Indignadas por esto conozco a muchas españolas por aquí. Las teutonas, en cambio, no conocen otra cosa y lo aceptan. Mal de muchos, consuelo de tontos, que se dice. ¿no?
Pero es una lógica que no acabo de entender.
O sea, mucho parto natural, lactancia prolongada, mucho apego y mucho estar en casa, pero aquí en Alemania a los 18 años los que se independizan no son los hijos. Son los padres. De los hijos. Si te he visto no me acuerdo y si me acuerdo es porque alguien tiene que pagar el asilo. O una lavadora nueva.
Y a mí me preguntan con rintintín las Übermütter del lugar si der verdad voy a mandar al mediano tan chiquitín a la guardería (¡cuando cumpla 3 años!) o si tanto me costaba sacrificarme como es debido (sic.) y darles pecho hasta pasado el año.
¿y por qué no va tu hija a la guardería? Sí, esa que tiene 4 años y a la que tienes que, literalmente, arrastrar a la calle gritando que se quiere quedar cada vez que traes a su hermano mayor. Que le da pena, me suelta, todavía la quiero tener un poco más bei mir.
Alles klar.
Menos mal que mi hijo mayor está en la fase bocazas e impertinente y va preguntando por doquier “¿por qué tienes un bebé?” a toda madre que se encuentra, porque a cada “para no aburrirme” que ha recibido por respuesta, he podido contestar que para jugar un rato hay Nenucos, no se vayan a aburrir de los hijos cuando crezcan y recuperar su Rabenismo perdido.

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