Revista Cultura y Ocio

¿Quieres que las cosas cambien? Vota a otros

Publicado el 13 mayo 2014 por Benjamín Recacha García @brecacha

Viñeta Forges

El 25 de mayo hay elecciones al Parlamento Europeo, y aunque la impresión general es que no van a servir para gran cosa y que no va a votar ni el tato, se me hace muy difícil comprender que en España las vayan a ganar PSOE o PP. Aunque las encuestas así lo indiquen, y además con una gran diferencia respecto a la tercera fuerza, se me hace verdaderamente duro asimilar que la mayoría de votantes españoles esté tan aborregada.

Asumo que los partidos hegemónicos tienen asegurados un par de millones de votos cada uno hagan lo que hagan, prometan lo que prometan, roben lo que roben y mientan lo que mientan. Asumo que cuatro millones de ciudadanos son cómplices de esa manera de actuar y que jamás se les pasará por la cabeza traicionar a sus “principios”. Pero más de eso (que no es poco) resulta inconcebible.

¿Es que somos gilipollas hasta el punto de que se burlan de nosotros en nuestras narices y les seguimos apoyando? Es como si tu pareja te pone los cuernos a diario y le perdonas una y otra vez porque “un error lo comete cualquiera”.

PSOE y PP y los PSOEs y PPs del resto de Europa son los culpables de que estemos como estamos, de que se hayan borrado de un plumazo todos los avances sociales y laborales que considerábamos sagrados y que ahora, sin embargo, no son más que molestos caprichos que hay que supeditar al supremo bien común: el crecimiento. No el tuyo, ni el mío, ni el de nuestras familias, ni el de nuestros amigos y conocidos; ni el de esa abuela que vivía sola hasta que ha tenido que acoger a la familia de su hija, lastrada por el paro, y alimentarla con su ridícula pensión; ni el de esa madre separada con dos hijos a su cargo cuyo “bienestar” depende de la pensión que le pasa el ex marido, ése al que acaban de despedir por un ERE; ni el de… En fin, creo sobran más ejemplos.

Montaje Verbarte

Un Consejo de Ministros muy paritario. El montaje es de Verónica Barcina (Verbarte).

El crecimiento que les importa es el de los que el otro día se fotografiaban sonrientes con su presidente, ese ser cínico y mezquino que responde al nombre de Mariano. Les importa el crecimiento de los empresarios y banqueros corruptos, el de los evasores fiscales, los explotadores laborales, el de los que hacen fortuna con la miseria de los demás, el de los que consideran que debemos dar las gracias por estar esclavizados. Así lo pienso, y nadie me va a hacer cambiar de opinión. Las grandes empresas “españolas” y el poder político van a poner todo su empeño en perpetuar el sistema corrupto oligárquico cuyo origen se encuentra en el franquismo y que medio siglo después continúa plenamente vigente.

Las personas les importamos una mierda. Y el que no lo vea tiene un grave problema mental o simplemente es cómplice. Enhorabuena, se encuentra usted entre esos cuatro millones.

Desde algunos sectores del PSOE se empeñan en asegurar que no son lo mismo que el PP. Claro que no, hay detalles que los diferencian: la postura sobre el aborto o los derechos de los homosexuales, por ejemplo. Dos detalles llamativos, claro que sí, pero la realidad es que el modelo económico que defienden es prácticamente calcado. Con el PSOE las mujeres pueden abortar y los gays casarse. Que sigan sin trabajo o con uno indigno, sin casa, en la misma miseria que ahora, no es significativo.

Para el PSOE es tan importante como para el PP que todo continúe igual. Hay que garantizar que el sistema de puertas giratorias siga funcionando tan bien como hasta ahora. Ya ni siquiera sus pesos pesados se molestan en disimularlo. Primero fue el ex presidente Rodríguez Zapatero, y ayer mismo otro ex presidente, Felipe González, icono del socialismo español, en la entrevista que mantuvo en La Sexta con Ana Pastor apostaba sin tapujos por una coalición de gobierno con el PP “si el país lo necesita”. ¿Quién lo necesita? ¿Quién? Ay, Felipe, el socialismo te lo dejaste en la chaqueta de pana.

Dejemos las cosas claras: el actual PSOE no es socialista. Por mucho que sus dirigentes insistan, por mucho que se autodenominen “la izquierda”, no lo son. La socialdemocracia europea en buena parte ya no es izquierda, incluido, desde luego, su representante español.

¿Eres del PSOE? ¿Te indigna lo que lees? Te invito a que reflexiones. Deja a un lado los colores, que no estamos hablando de fútbol, y pregúntate si eres socialista o si eres del PSOE. Si la respuesta es la segunda opción, enhorabuena, estás en el grupo de los cuatro millones. Si, en cambio, te identificas con una ideología antes que con unas siglas, estás a salvo: hay otras opciones. Muchas (desgraciadamente, la izquierda de verdad continúa tan disgregada como siempre). Te invito a que leas, escuches, y escojas la que más te convenza. No pasa nada, de verdad, no eres tú quien traiciona al socialismo, es el PSOE quien lo hace, y encima te quiere hacer sentir culpable.

Del PP no voy a hablar. Ya lo he hecho sobradamente en este blog y, además, me pone de muy mala leche. Sólo diré que es un insulto a la democracia que una organización delictiva gobierne, y con mayoría absoluta, en este país.


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