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Reseñas 2x1: “LOS INGRATOS” de Pedro Simón y “EL BAILE DE LAS LOCAS” de Victoria Mas

Publicado el 10 enero 2022 por Marianleemaslibros
Reseñas 2x1: “LOS INGRATOS” de Pedro Simón y “EL BAILE DE LAS LOCAS” de Victoria Mas
“Lo mismo que un día quitas para siempre los peluches de la cama, crecer también significaba quitar de en medio otras gentes que ocuparon un espacio importante en tu infancia. Vas olvidando poco a poco sus voces, sus rostros, los juegos compartidos, los descubrimientos conjuntos, esos fogonazos que te iluminaron en medio de la oscuridad, los secretos primeros.
Y da igual que a aquellas personas les jurases amistad eterna o amor de por vida siendo un niño. En la edad del instituto solo existe el futuro. Eres todo lo que te queda por delante.”.


Reseñas 2x1: “LOS INGRATOS” de Pedro Simón y “EL BAILE DE LAS LOCAS” de Victoria Mas
“Se produjeron avances clínicos, y la Salpêtrière se transformó en un centro de tratamiento e investigación neurológicos. Una categoría totalmente nueva de pacientes empezó a recibir atención en diversas unidades del complejo: se las denominaba «histéricas», «epilépticas», «melancólicas», «maníacas» o «dementes».
Las cadenas y los andrajos dieron paso a la experimentación con sus cuerpos enfermos: los compresores ováricos conseguían calmar los ataques de histeria; la introducción de un hierro caliente en la vagina y el útero reducía los síntomas clínicos; los psicotrópicos —nitrito de amilo, éter o cloroformo— pacificaban los nervios de las más jóvenes; la aplicación de diversos metales —zinc e imanes—”Reseñas 2x1: “LOS INGRATOS” de Pedro Simón y “EL BAILE DE LAS LOCAS” de Victoria Mas
"LOS INGRATOS"
Últimamente se habla mucho de este libro, en los blogs, entre los usuarios de la biblioteca, lo veo por todas partes. El tema me atraía como la miel a las moscas y al final, no he podido resistirme. ¡Qué acierto!
La trama sin spoiler"Los ingratos" es la historia del matrimonio formado por Natalio y Mercedes, y sus tres hijos, Vero la mayor, Isa, la mediana y David el benjamín. La madre es maestra y la han destinado a un pequeño pueblo de Extremadura, donde llega la familia al completo para tomar posesión de la casa que les ha cedido el ayuntamiento. En el Simca 1200 llevan también al Fliqui, el perro y a los dos canarios. Corren los años 70, 1975 en concreto, y los cinco se instalan e intentan adaptarse lo mejor que pueden a su nueva vida. El padre trabaja en Madrid, solo está con ellos los fines de semana y en vacaciones, así que Mercedes necesita a alguien que la ayude con las tareas de la casa, porque ella no da abasto, sobre todo con el cuidado del pequeño David. 
Criaba sola a tres hijos: dos chicas imbéciles y un niño miedica. Daba clases a treinta niños de entre seis y catorce años. Fumaba un poco. Había viajado por París y Portugal. Llevaba pantalones de campana y gafas como las del Un, dos, tres. Tenía carné de conducir, aunque no conducía. Se peinaba a lo garçon. Arreglaba enchufes. Cocinaba fatal. Cosía. Sembraba un pequeño huerto. Cuidaba a dos canarios. Nos obligaba a fregar, a secar y a colocar la vajilla. Nos explicaba la lección. Trabajaba hasta bien entrada la noche.

La elegida es Emérita, una mujer sorda a la que hace un año que se le ahogó el marido en un pozo y que acaba de perder a su bebé. Entre David y Emérita, el niño y su cuidadora, surge una relación muy especial, la mujer se vuelca en cuerpo y alma en el hijo de la maestra, casi como si fuera su propio hijo y el niño llega a quererla tanto como a su propia madre, Eme es la que siempre está ahí cuando lo necesita. 
No sabe lo que disfruto haciendo los bocadillos de los niños. Eligiendo qué cosa le pongo a cada uno. Envolviéndolos después. Saliendo luego de casa como si nos fuésemos a Filipinas. Que si una pelota. Que si unos chicles. Que si el tirachinas. Porque lo malo no es el silencio que lleva dentro una, señorita, como si fuese un luto que no tiene remedio. Lo malo son los silencios de fuera. Cuando no tienes a nadie que te ponga el brazo. Y no hay un chico en bici que te abra el camino. Esos son los silencios malos.
Los puntos fuertes de la novela
Pedro Simón escribe muy bien y la historia que nos regala es preciosa, entrañable, una historia que me ha llevado de vuelta a la España de los viajes familiares en un Simca 1200, un 850 o un Seat 127 ranchera como en mi caso, con el ¿cuánto queda? a todas horas y el ¡tengo ganas de vomitar! perpetuo. De vuelta a la época de la recién estrenada democracia y las primeras votaciones, a aquellos veranos asalvajados en el pueblo donde los padres casi no te controlaban y podías entrar y salir a tu antojo, con los amigos, todo el día con las bicis. A mi infancia en la España del "Un, dos, tres", de las bebidas Mirinda, de Pippi Calzaslargas, de las TDK de 60. 
Nos llevábamos mal como en las familias de bien. Si eras el hijo pequeño y te llevabas bien con tus hermanas, si jugabas con ellas y querías ir con ellas y tratabas de parecerte a ellas, es que eras un esclavo sin cerebro o un mariquita. Que a pesar de acabar en -ita era como ser un marica muy grande muy grande. 

Este libro resultó ser el ganador del Premio Primavera de Novela 2021, y el jurado dijo sobre él: “Los ingratos es un relato con imágenes poderosas e inolvidables sobre la pérdida de la inocencia y el paso de la infancia a la edad adulta, a la vez que un homenaje a la ternura y la culpabilidad, a los que nos trajeron hasta aquí sin pedir nada a cambio. Una auténtica historia de amor en toda la extensión de la palabra”.
Cierto, hay mucho amor entre sus páginas, todo tipo de amor, pero también hay oscuridad, soledad, silencios y mucho olvido. Me he pasado toda la lectura preguntándome el porqué del titulo, donde estaban los ingratos, quienes serían, buscando la ingratitud y al final la encontré, vaya si la encontré, porque hay muchos tipos de ingratitudes.

Resumiendo: "Los ingratos" es una novela maravillosa que está contada con mucha frescura, cierto humor y tono melancólico. Con una prosa cuidada, impecable, bonita, Pedro Simón narra una historia impregnada de añoranzas, rememoranzas, de nostalgia de aromas, de sabores, de aquellos maravillosos años 70 vividos. Una novela que, cuando la acabas, te deja reflexionando sobre lo que has leído, sobre las emociones que has sentido.




"EL BAILE DE LAS LOCAS"
La trama sin spoilerParís, 1885. Nuestra protagonista es Eugénie, bueno, una de ellas. La otra es Geneviève. Eugénie es una mujer bastante independiente y liberal que lee a escondidas libros como el "Libro de los Espíritus", de Allan Kardec, repudiado y prohibido por introducir conceptos de un avanzado feminismo para los tiempos que corren. Además, tiene un don, ella puede ver a los muertos, se comunica con ellos, pero eso es algo que no le cuenta a nadie, porque si algún varón de la familia se llegase a enterar, la tomarían por loca y acabaría encerrada en el Hospital de moda para enfermas mentales, La Salpêtrière.
A nadie, excepto a su abuela, que sí conoce su secreto. Pero esta la traiciona, lo larga todo a la familia, y el padre, cuando se entera, decide quitarla de en medio e internarla, ante la mirada pasiva y permisiva del hermano y la madre. Encerrada y rodeada de otras consideradas locas, tachadas de “histéricas” que llevan años y años allí, se muere de rabia pensando en la vida que le espera, obligada a participar en las sesiones del prestigioso doctor Jean-Martin Charcot, considerado el padre de la neurología moderna, en las que un puñado de médicos e internos varones la estudian como a un bicho raro, como objeto de diversión expuesto ante un público absorto, algunos escépticos, otros convencidos, pero todos unidos por la misma e insaciable curiosidad. Hay médicos, escritores, periodistas, internos, políticos, artistas...
De vez en cuando, el famoso ataque de histeria sacude el dormitorio, que disfrutaba de una calma temporal: en una cama o en el suelo, el cuerpo de una mujer se dobla, se tensa, lucha contra una fuerza invisible, se debate, se arquea, se retuerce, intenta escapar a su suerte, sin conseguirlo. Al instante, se forma un corro a su alrededor, un interno le aplica dos dedos sobre los ovarios, y la presión termina calmando a la loca. En los casos más graves, se le tapa la nariz con una gasa empapada en éter: los párpados se cierran y la crisis cesa.

Geneviève es la enfermera Veterana del centro, veinte años hace que trabaja junto a Charcot. Mujer seria, impasible, se ha puesto una coraza para no sentir pena, para distanciarse de ese tétrico lugar donde trabaja y de las que lo habitan. 
No piensa en las enfermas. No le interesan. Su desgracia no la perturba, sus historias no la conmueven. Tras lo que le ocurrió en sus inicios como enfermera, renunció a ver a las mujeres que hay detrás de las pacientes.

Curiosamente Eugénie y Geneviève hacen buenas migas, hablan, congenian, comparten alguna cosa en común (que no os puedo contar para no hacer spoiler) que las acerca. Además, es primavera y el baile de Media Cuaresma está cerca, una luz que les devuelve solo por unos días las ganas de sonreír y confiar en que pronto saldrán de allí.
Los puntos fuertes de la novela
El tema de la locura, de las enfermedades mentales en la ficción me resulta fascinante y si encima hay detrás ciertas dosis de realidad y veracidad en la historia que me están contando, pues doblemente me fascina. Aunque en “El baile de las locas” puede que al final demasiada locura no haya, sí que se basa en algunos hechos y datos reales. Os cuento. . .


En el siglo XVII se construyó en París un “Hospital general para el internamiento de los pobres y vagabundos de París” y tenía como propósito eso, internar a los pobres y vagabundos de la ciudad. En un principio tenía tres partes: La Pitié, para los niños, Bicétre para los hombres y La Salpêtrière para las mujeres. En 1684, la parte de La Salpêtrière fue ampliada con un edificio que servía como lugar de reclusión a las mujeres denunciadas por sus maridos o padres, pero denunciadas no porque hubieran hecho algo malo, sino por haber dicho o hecho algo inaceptable a los ojos del patriarcado imperante, cualquier cosa que pusiera en peligro su papel dominante o temas relacionados con la brujería, el más allá o los muertos.
Como si los obstáculos intelectuales no bastaran, también había que limitarlas físicamente. A juzgar por las barreras que les ponían, más que despreciarlas parecía que los hombres las temieran.

Después, durante el siglo XIX, que es la época en la que está ambientada esta novela (1885), pasó a ser un reconocido centro de Salud Mental, donde los estudiantes llegaban de toda Europa para estudiar en el hospital. Pero al final, en la La Salpêtrière se hacía lo mismo de siempre, se encerraba allí a las mujeres que se salían de la norma machista, que hablaban o decían cosas inapropiadas. Pero además se empezaron a llevar a cabo experimentos psiquiátricos con las mujeres recluidas, usando métodos novedosos como la hipnosis. Y lo más curioso. . ., cada año tenía lugar “el baile de la Media Cuaresma”, conocido por la prensa y la burguesía de la época como “el baile de las locas". En él, las internas se mezclaban con la sociedad, se exponían a ella, que no dudaba en asistir por el morbo y la curiosidad de ver cómo eran aquellas mujeres de las que tanto se hablaba y cómo era ese lugar tan misterioso.
Victoria Mas, una autora francesa hija de la cantante francoespañola Jeanne Mas y nieta de españoles, cuenta en una entrevista que he leído por ahí, que, paseando un día por los jardines del actual Hospital de la Pitié-Salpêtrière, se interesó por el majestuoso edificio e indagó: "Descubrí que había sido una prisión y después un psiquiátrico de mujeres en el que a finales del siglo XIX tenía lugar ese famoso baile de las locas" y decidió escribir sobre ello.
Por cierto, la historia me ha recordado mucho, me ha venido a la cabeza constantemente la serie "Ratched" (Ryan Murphy, creador, 2020), considerada una precuela serializada de la película “Alguien voló sobre le nido del cuco”. La temática es similar, inquietante.
Resumiendo: "El baile de las locas" es una novela muy interesante, sobre todo por estar ambientada en hechos reales, en un Centro de Salud Mental que existió y donde se encerraba de por vida a las mujeres que por diversos motivos molestaban, destacaban, o llamaban mucho la atención. En poco más de doscientas páginas, Victoria Mas nos muestra como era ser mujer en esa época y en ese lugar.
Las dos novelas me han gustado mucho, os las recomiendo. Mi nota es la máxima para ambas:
Reseñas 2x1: “LOS INGRATOS” de Pedro Simón y “EL BAILE DE LAS LOCAS” de Victoria Mas

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