Revista En Femenino

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Por Mamaenalemania
Mujer, blanca y (muy probablemente) soltera y sin follamigo.
Entre 50 y 55 años.
Rubia teñida. Boca fruncida. Caracelga.
Conduce (muy pero que muy mal) un turismo de marca desconocida azul índigo.
Razón: Atropello a la dignidad con resultado de pie dolorido.
Si alguien la reconoce, se ruega notifique de inmediato ubicación a [email protected], y se proceda a llenar hasta los topes el depósito del acelgamóvil con cantidades ingentes de azúcar y cambiar sus reservas de agua oxigenada por crema depilatoria.
El hecho:
En la soleadísima y despejadísima mañana de ayer en un párking al aire libre sito en la mierdaciudad cercana a su vivienda, se encontraba la pobre e inocente víctima (useasé moi), cargando el maletero de su coche con bolsas de la compra y objetos de transporte infantiles varios. Tal fue el susto de la denunciante cuando de pronto sintió un fuerte golpe en su pierna izquierda y un peso enorme e insoportable en el pie correspondiente, que no dio crédito en un principio a lo que estaba ocurriendo. Pensaba, afirma conmocionada, que eso sólo pasa en las películas y sólo a los pringaos de turno (en las películas en cuestión). Pero, efectivamente y tal como acabó reconociendo, había un turismo parado encima de su pie. La imprudente conductora, eso sí, sólo tomó conciencia de estar estropeándole la pedicura (y quizás algo más) a la víctima, cuando esta se puso a golpear frenéticamente el capó del coche y a gritar en modo tenor afónico “¡¡¡¡¡Está sobre mi pie!!!!!! ¡¡¡¡¡Dé marcha atrás!!!!” 5 segundos aprox. es lo que tardó la denunciante en liberar la pezuña (si les parece poco, por favor cuenten despacio 1…..2….3….4….5 con su pie debajo de la lavadora y se harán una idea de lo que sufrió la señorita).
Una vez liberado el pie, reporta la víctima que dio unos cuantos y humillantes saltos a la pata coja, intentando abrazar su malherida extremidad. Cuando se quitó el zapato y observó aliviada que podía mover sus pinreles (con dolor, pero podía moverlos), oyó a la psicópata con voz desdeñosa, apresurada y molesta preguntar si se había roto algo… Cuando la víctima contestó que no, pisó el acelerador y se perdió entre el tráfico.
Ni perdón, ni un está ud. bien, ni necesita ud. algo, llamo a un médico… Nada.
Supone la víctima que, por miedo a la denuncia, multa y sanción importante que le habría caído encima por atropellar a un peatón en zona peatonal, invadiendo una plaza de aparcamiento y pasando por debajo del maletero abierto de la víctima en cuestión (coche para grandes familias = maletero alto), la señora prefirió omitir el socorro que debía y ya de la disculpa ni hablamos.
La denunciante se encuentra bien, gracias a Gott, y aparte de un pie pelín dolorido y con sensación hormigueante, sólo tiene un poco de trauma psicológico: Por mucho que intentamos sacar algo en claro, el único retrato robot que se acerca a su descripción es el que sigue a continuación.
Rogamos colaboración cuidadana y agradecemos cualquier información.
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