Cartel de propaganda nazi antisemita.
Los nazis en su objetivo de aniquilar a las consideradas razas inferiores desarrollaron una sofisticada maquinaria propagandística aprovechando la fuerza no sólo comunicativa sino también de incidir en las emociones del cine, el medio de masas más reciente y más fascinante de la época para el gran público. El régimen de Hitler, de la mano de su ministro de Propaganda y amigo íntimo, Joseph Goebbels, encargó el rodaje de películas y documentales en los que se presentaba a los judíos como parásitos infrahumanos, tan detestables como las ratas, cuya pretensión principal era apoderarse de la sociedad alemana, contaminando la raza aria y destruyendo su cultura, como lo haría una implacable plaga.
La deprimida sociedad alemana, que empezaba a ver la salida al túnel tras años de soportar las condiciones leoninas impuestas por los vencedores de la Gran Guerra, se había agarrado a las promesas de Hitler, de modo que no puso objeciones a la marginación y posterior aniquilación de quienes les insistían con todo tipo de propaganda que eran la reencarnación del mal.
No me cabe duda de que Esperanza Aguirre es una mujer estudiosa, conocedora de la historia, especialmente la política, y del potencial propagandístico de los medios de comunicación. Cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid, por ejemplo, no dudaba en utilizar TeleMadrid, el canal público, a su conveniencia. Después de todo, es lo que hacen todas las instituciones de gobierno con los medios públicos.
De modo que la lideresa del PP es una voz plenamente autorizada para analizar las técnicas de comunicación utilizadas por Podemos, la fuerza política emergente en el país. Asegura que la formación liderada por Pablo Iglesias utiliza las técnicas de la propaganda política cuyos maestros son los “genios de la maldad: Willi Münzenberg para el comunismo y Joseph Goebbels para el fascismo”.
La moda en el PP estas últimas semanas es comparar a Podemos con el nazismo y el fascismo. Pero lo hacen por una buena razón, puramente democrática e incluso humanitaria: nos quieren abrir los ojos ante la reencarnación del führer. Nos advierten de que confiar en el populismo de la nueva formación es caer víctimas de su propaganda manipuladora. Menos mal que los tenemos a ellos, ejemplo inmaculado de honestidad, juego limpio y transparencia.
No tienen vergüenza, pero eso ya lo sabíamos. Me remitiré a la respuesta que Pablo Iglesias ha dado a Aguirre: “Si de alguien era aliado Goebbels era del gobierno español de Franco, padre político de Aguirre y del PP”. Así de claro. El PP es heredero del franquismo, pero eso también lo sabíamos. Está bien que se lo recuerde un político políticamente no correcto.
Recupero ahora el argumento con el que iniciaba esta entrada, la nauseabunda campaña propagandística del régimen nazi con la que abonar el terreno para llevar a cabo el genocidio judío.
“Los judíos del Gobierno General están siendo evacuados hacia el Este. El procedimiento es un poco bárbaro y no es preciso describirlo detalladamente aquí. No quedarán muchos judíos. En conjunto puede decirse que el 60 por ciento tendrán que ser liquidados; quedan únicamente un 40 por ciento para utilizarlos en trabajos forzados (…) Sobre los judíos cae una sentencia que, aun siendo bárbara, la merecen por entero. Lo que el führer les profetizó por haber arrastrado al mundo a una nueva guerra, está convirtiéndose en realidad de la forma más terrible. Pero no es posible mostrarse sentimental en este asunto. Si no combatimos a los judíos, nos destrozarán. Es una lucha a vida o muerte entre la raza aria y el bacilo judío. Ningún otro gobierno o régimen tendría la fortaleza precisa para una solución global del problema (…) Afortunadamente, la guerra nos ofrece una larga serie de posibilidades que no tendríamos en tiempos de paz. Tenemos que aprovecharlas.”
Este miércoles el ejército israelí ha asesinado a varios palestinos más en su ataque despiadado sobre Gaza. Los bombardeos han matado ya a más de 200 personas y herido a más de 1.500. La imagen más impactante de la jornada ha llegado desde el puerto de la ciudad de Gaza, donde un navío militar israelí ha jugado al tiro al pichón con un grupo de niños que jugaban a fútbol, matando a cuatro de ellos a sangre fría, muy cerca del hotel donde se aloja la prensa desplazada a la zona. Ese es el derecho a la defensa al que alude Israel. A mí más bien me recuerda a esta sentencia de Goebbels: “Afortunadamente, la guerra nos ofrece una larga serie de posibilidades que no tendríamos en tiempos de paz. Tenemos que aprovecharlas”.
Procuro ser objetivo, no dejarme llevar por la rabia inmensa que me producen injusticias tan injustificables, tan bárbaras y absurdas como la que está perpetrando el gobierno de Israel en Gaza. De verdad que lo intento. Pero después de esto, y tras leer este interesantísimo artículo del periodista, escritor y activista por la paz israelí Uri Avnery, me quedan pocas dudas de que el objetivo del gobierno israelí es eliminar al pueblo palestino.
Judío nacido en Alemania, Avnery emigró a Palestina huyendo del régimen nazi. Fue diputado en Israel y a sus 90 años continúa reivindicando la paz, mostrándose muy crítico con la política de confrontación que lleva a cabo su gobierno. Ojalá hubiera muchos como él.
Ya ve, señora Aguirre, lo despreciable que era la propaganda política nazi. Una propaganda que preparó el camino para asesinar a millones de personas. Un poco gratuito comparar a Podemos con semejantes monstruos, ¿no cree? Fíjese que Podemos lo único que ha hecho en España es ganar algunos cientos de miles de votos a partir de un discurso tan sencillo e inocuo como es reivindicar los derechos de las clases más desfavorecidas de la sociedad, esas a las que ustedes han condenado a la miseria. A unos miles de kilómetros de aquí, en cambio, las víctimas de aquel terrible genocidio ideado por Goebbels y Hitler se ensañan con el pueblo al que llevan oprimiendo desde hace décadas. ¿Dónde están las voces que condenan el asesinato de niños por un gobierno supuestamente democrático? A usted, ni a su partido, ni al gobierno que dirige, ni al principal partido de la oposición, ni a la Europa de la libertad y la justicia, ni al emblema de la libertad en el mundo, esa gran nación que en tantas ocasiones ha ejercido de “salvador” de los pueblos oprimidos, a ninguno de ellos les he oído ni leído la más leve crítica. A Podemos sí, sin medias tintas, sin eufemismos.
Claro, quizás es que son antisemitas.
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