Revista En Femenino

Somos novios...

Por Mamaenalemania
Después de la crítica de ayer a los abuelos, voy a romper hoy una lancita por ellos.
Una de las (pocas) ventajas que tiene no vivir en la misma ciudad ni país que mis padres son las temporadas de otraveznovios que (muy) de vez en cuando disfruto con mi marido.
Reconozco que desde que ha nacido el segundo no hemos podido disfrutar de una de esas temporaditas (10 días como mucho), ni me he atrevido a sugerirlo. De momento.
La primera vez que dejé a mi hijo en casa de mis padres y me volví a marchar a mi casa en mantequillalandia (todavía vivíamos en Berlín, así que la oferta de ocio era considerable en comparación con el mierdapueblo en el que estamos ahora) estaba bastante nerviosa. El niño se quedó acompañado de una lista que parecía la constitución sobre todo lo que sí, lo que no, el cómo, cuándo, dónde y por qué. No hace falta decir que a mi madre le sentó como una patada en estómago la listita famosa, sobre todo las indicaciones tipo “cortar las uñas cada 3 o 4 días”, pero era la primera vez que me separaba de mi bebé de 7 meses y me sentía… no sé cómo me sentía.
No hace falta decir que esa primera vez no la disfruté nada. Llamaba más o menos cada 2 horas a casa de mis padres para todo: ha hecho caca? Ha hecho pis? Le habéis puesto crema? Ha llorado hoy? Y estuve toda la semana deseando ir a buscarle. Cuando vi que todo había ido sobre ruedas, que el niño estaba feliz y estupendamente cuidado, que me seguía queriendo y no me guardaba rencor, que mis padres lo habían disfrutado un montón y que yo podría haberlo disfrutado también, aprendí la lección para las siguientes veces.
No lo he hecho mucho. 3 o 4 veces más en los 3 años y medio que tiene el niño, pero lo que lo he disfrutado, oye. Más que irme de viaje con mi marido a un lugar exótico y romántico. Ha sido disfrutar de mi casa y mi marido casi como si las noches sin dormir, los horarios imposibles, las verduras, los dragones y los príncipes no existiesen. Digo casi porque mi nivel de histeria en comparación con la primera vez había descendido considerablemente, pero aún así seguía pensando constantemente en mi niño, llamando, no cada 2 horas, pero sí cada 4 para ver qué tal estaba, cómo iba todo, si preguntaba por mí y demás.
Al niño le ha venido estupendamente para reforzar el vínculo con sus abuelos lejanos, mejorar su español, disfrutar del buen tiempo y la buena comida. A mis padres les ha venido estupendamente para disfrutar de su nieto a tope y mimarle sin la sargento de su mamá delante y quejándose. Y a nosotros pues es obvio para qué nos ha venido bien, no? Para dormir, salir a cenar, dormir, ir al cine, dormir, dormir, dormir, dormir…

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Dossier Paperblog