Revista Opinión

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Publicado el 07 junio 2018 por Carlosgu82

El amor es un concepto universal tan antiguo y eterno como el mismo pensamiento. Las personas amamos, extrañamos, sentimos y padecemos como seres sensitivos por la enorme necesidad que tenemos de amar y ser amados.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Un sentimiento que cuando es expresado en toda su magnitud y totalidad nos nutre de la energía necesaria para enfrentar todo lo que venga; pero que será de nuestras sociedades ante una generación donde el amor es casi considerado un tema gastado. Un tema, que principalmente en el mundo artístico, no paga y no vende. Tratando así, de acomodarlo todos, al un nuevo arte y a un nuevo vocabulario en el cual, se  nos hace muy difícil encontrar nexos amorosos.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

En la poesía muchos consideran que todo  lo que se podía decir en cuanto a romanticismo ya se ha dicho y no encaja con la modernidad de estos tiempos. Esto en la poesía, porque en la música el daño también es visible, dado al aumento de géneros como el reggaetón; utilizado por muchos cantantes del medio para transmitir sus mensajes de violencia, promiscuidad ,degradación femenina y pocas veces, por no simplificar, muestran el merecido respeto hacia este sentimiento universal. Dejando en tela de juicio un género que posiblemente pudo hacer canción.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Vivimos el siglo XXI; aunque las sociedades hayan evolucionado muchísimo en los últimos años, jamás debemos restarle al amor su papel como  motor impulsor de nuestra existencia. Como la base fundamental que impulsa cada paso dado por el  hombre hacia su  crecimiento profesional e individual, siendo siempre su meta, proporcionar bienestar a las personas amadas.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Si bien, ese amor romántico al que nos acostumbraron los artistas de épocas pasadas no es el único eje, en torno al cual, gira toda esta reacción afectiva y el lenguaje utilizado para expresarlo no es el que normalmente se usaba y para muchos, es el menos apropiado; no se debe simplificar el valor y la importancia de su existencia en nuestras sociedades  contemporáneas y en el arte moderno.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

El amor debe ser la fuente de inspiración de los creadores artísticos en todos los tiempos y el exponente central en todas las manifestaciones del arte.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

La irresistible atracción entre dos personas capaz de comprometer una intensa diversidad de sentimientos afectivos, es lo que nos convierte en seres humanos; alzando su voz por encima de épocas, leyes, sociedades, credos y géneros musicales.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Cada joven se parece a su época y en cada época tratarán de complementarlo y visualizarlo a través de su contexto social. Debemos darles un voto de confianza a los chicos seguros de que, la educación, las buenas costumbres y su capacidad de amar, prevalecerán por encima de la vulgaridad que cada día, se vuelve más común en el entorno musical. Vulgaridad que degrada en gran manera su concepto individual sobre las relaciones de pareja, sobre el valor sentimental que poseen las expresiones de cariño hacia la mujer  y el respeto hacia la vida sexual como algo íntimo y hermoso.

Reconociendo el esfuerzo de muchos cantantes que tratan de mantenerse en la cima y en el ¡BUM! sin lanzar el amor al lodo; porque el problema no está ni en la música ni en el género sino en el lenguaje utilizado por algunos para llegar a los consumidores. El cambio solo es bueno cuando da buenos frutos; pero este mal ya es de raíz.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

“El amor no se gasta; evoluciona junto al ser humano”. Somos nosotros los responsable de que conserve su valor “sentimental “y de que el arte, continúe siendo ese vínculo seguro para hacerlo llegar al público; manteniendo el merecido respeto hacia su existencia en nuestra vida colectiva, cultural y emocional.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?

Siempre habrá mucho para decir respecto a este sentimiento, no solo en la música sino también en la poesía. La capacidad de amar con la que contamos es el eslabón principal sobre el cual se sustenta nuestra humanidad, nuestras sociedades y nuestra convivencia. Es algo que no podemos darnos el lujo de perder, porque su precio es muy alto para nuestra existencia.

-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?
-¡Amor!, ¿y cuánto pagan por eso?


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