Cine de 3.85 estrellas
Sobre bosques de Bariloche, se escurre esta cinta densa, inquietante, un cine que busca un público cuestionador, con locaciones en lo lejano de la Patagonia, casi lo más lejano del mundo, los cotos del mundo, con muchos personajes frustrados, imposibilitados a ser héroes, relegados, las escenas presentadas rehúyen ser conmovedoras, rehúyen ser graciosas, rehúyen ser impresionantes o extraordinarias, esto es lo extraño de la película, se instalan en una realidad más humana, más mundana, a veces el desasosiego pasa de los personajes y escenarios hacia los espectadores.
Checo Varese es un fotógrafo que no tiene que envidiarle casi nada a ningún fotógrafo del orbe cinematográfico. Su visión aporta detalles amplios, muestra el escenario acorde a las circunstancias de la trama, en este caso el bosque es también un personaje inquietante.
La vida se instala en una cotidianidad abrumadora de los personajes todos, y cuando digo todos me refiero a los poquísimos que sustentan la esencia de esta narración, la muerte llega sin efectos especiales, así, podría decirse que ni cruel ni despiadada, llega casi indiferente, Ricardo Darín, representa a un personaje incomodo, difícil de digerir y entender, poco locuaz en palabras, pero sabe de actuación gestual y corporal y con eso a veces dice tantas cosas, este es un personaje poco retratado en la cinematografía, esta cinta nos muestra escena a escena el problema introspectivo humano, en esta propuesta la inquietante futilidad humana pueda alcanzar su clímax ante el cadáver y el asesino (ambos imprevistos) observados por la soledad del bosque, espiados por el bosque, es el momento que enmarca un antes y un después, cierto, enmarca el momento y a su vez, también lo divide.
Fabián Bielinsky se nos adelantó cuando estaba por llegar lo mejor de su propuesta fílmica, conviene revisar sus últimos fotogramas para descubrir y retomar el camino que empezaba a trazar, lo recomiendo a los cineastas latinos que quieran superar su trabajo, dejó la vara alta, muy alta.
(2006-2019)
Por: Godofredo Oscós-Flores