Letras de 4.18 estrellas
Pastoral Americana es una amplísima crónica de la sociedad norteamericana de los años de la guerra de vietnam, ejemplificada por unas familias con vínculos todavía inmigrantes. El punto focal pueden ser las movilizaciones contra la guerra de vietnam, más el relato abarca mucho más tiempo, los recuerdos de los personajes abarcan varias décadas, toda una generación con sus relaciones familiares y sociales más cercanas.
La lectura exige compromiso, pues se narra de forma muy densa y descriptiva, el lenguaje no es sencillo, hay descripción y hay introspección, las primeras 100 páginas son un sendero cuesta arriba que no muestra lo mejor de la novela pero sí lo que más adelante sustenta la narración magistral.
Seymour Levov encarna el sueño americano, todo parece perfecto en la vida de este hombre, un negocio exitoso, una familia ejemplar, una nación en la cúspide que garantiza que todo marchará de maravilla, Levov encaja perfecto en el canon del éxito, todo parece perfecto en la vida de este hombre hasta que aparecen las desgracias por todas partes y entonces aparece también el narrador para contarnos todas las historias sucias que hay detrás, las historias ocultas, las desagradables. Pastoral Americana es una amplísima crónica que va alternando, amor con odio, admiración con envidia, lealtad con traición, verdad con mentiras. Philip Roth desarrolla un intenso relato de cómo tantas veces no se puede hacer nada contra el Karma de las personas que se aman, nada puede salvarlos de su destino, nadie puede proteger contra lo No protegible, la vida ejemplar que muestran muchos en la vida social no siempre es igual de ejemplar en la realidad de su casa, el sueño americano se cumple a cuentagotas por tres generaciones y se cae cuando le da la gana, por ejemplo al explotar una bomba cerca del jardín, hay fuerzas contra las que no se puede luchar con dinero o con poder. Seymour Levov el personaje focal ha logrado triunfar en algunas cosas, pero la vida le muestra que no está preparado para todo, y que su mundo puede caerse en pedazos sin que haya nadie que pueda ayudarlo.
(18agosto2019)
Por: Godofredo Oscós-Flores