Revista Cultura y Ocio
*ROMA, (ZENIT.org).- Las reliquias de la Cruz de Cristo, conservadas en la Basílica romana de la Santa Cruz de Jerusalén, o al menos la inscripción «INRI», son verdaderas. Esta es la conclusión a la que ha llegado el experto Michael Hesemann, quien presentó hoy en la misma basílica romana la versión italiana de su libro «Titulus Crucis» (Editorial «San Paolo»).
Hesemann explicó que comenzó sus investigaciones en mayo de 1995, al recibir la autorización del entonces sustituto de la Secretaría de Estado, el arzobispo Giovanni Battista Re. Con fotos de los fragmentos de la Cruz de Cristo, en particular del «titulus», conservadas en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma, viajó a Israel, donde obtuvo de los expertos en arqueología tres respuestas.
Un estudioso judío, que analizó las fotos, dijo que el «titulus» se remonta «al período que va del I al IV siglo d.C.». Un perito griego lo encuadró en el siglo I d. C. con «absoluta» seguridad. Por último, un estudioso latino coincidió con este último.
De este modo, Hesemann pidió la ayuda del experto italiano, Elio Corona, quien examinó los fragmentos de madera, que llevó a Roma, según la tradición, Elena, la madre del emperador Constantino. El experto consideró que se trata de «madera de olivo».
Hesemann asegura que el Carbono 14 encuadra la reliquia en ese período histórico. Si las investigaciones del escritor alemán se confirman, nos encontraríamos «ante un documento histórico del proceso más espectacular de la historia del mundo». Y recuerda que las primeras narraciones de los peregrinos cristianos ya hacían mención al «titulus».
«La inscripción («titulus») encima de la Cruz de Cristo «Jesús Nazareno, Rey de los Judíos» (INRI) es, tras la Sábana Santa de Turín, la prueba más importante que confirma la veracidad de los Evangelios, en una época de escepticismo», concluyó hoy Michael Hesemann.
Hesemann afirma que el «título» que se conserva en la basílica romana es sólo la mitad del original. La parte derecha, que fue mencionada por varios testigos hasta el siglo VI d.C. ha desaparecido.
El autor presentó la versión alemana de su libro a Juan Pablo II el 17 de diciembre de 1998. El 11 de octubre de 1999, el obispo Stanislao Dziwisz, secretario personal del Papa, le escribió una carta en alemán en la que «expresa admiración y aprecio también en nombre del Papa Juan Pablo II».
-Fuente:http://www.zenit.org-Investigacion-Edicion:MERCEDES G SIMONIN-(EL CONTENIDO U OPINION DE LA FUENTE NO COINCIDE OBLIGATORIAMENTE CON LA DE FILEALIEN-46)