Nuestras redes sociales nos alimentan y nos apoyan, nos permiten adquirir conocimiento e información y nos posicionan con quienes nos rodean y consideramos iguales pero vengo observando que (en mi entorno 1.0) el comportamiento de las personas que destacan en la red social tiende a una "acaparación" de la información de todo tipo obtenida por múltiples vías y con diversas habilidades para usos meramente egoístas escusados en un supuesto 'bien común' que se desmorona entre las incongruencias del día a día y las difíciles circunstancias actuales.
Es por esto que lo mejor parece que es salir de casa como si uno fuese a un "theatre" y procurar ayudar participando sólo en las heridas que curan y dejando que el río de la rumorología con su sonido de egos que chocan se confunda con el sordo clamor de los que sólo hablan y hablan sin ofrecer NADA.
En las redes 2.0 he coincidido (y los he seleccionado tras apartar a "cacerolistas virtuales" y "vengo con mi libro" ) con gente que hace más de lo que dice, que participa arrimando el hombro, que genera ilusión y debate, que se equivoca y lo acepta... mucho me temo que mi experiencia en la red 2.0 y su reflejo en la 1.0 contradice aquella conclusión que destaqué de la tesis de Pilar Marqués:
El grado de prestigio sí aumenta con el grado de relaciones externas, de lo que se deriva que el acceso a información no redundante e innovadora otorga al individuo una posición de reputación en su equipo.Dirán los "grandes" del gurusismo que es una visión cetrina y observacional de mi red... y no les faltará razón por eso estoy diciéndolo aquí, en la soledad de mi montaña.
