Revista Cultura y Ocio

1% – @igriega_eme

Por De Krakens Y Sirenas @krakensysirenas

No soy ni el 1% de lo que era a tu lado.

El miedo a la soledad estuvo y me ha abandonado.  Fui de la mano con ella en tantos y tantos trayectos, que hemos conversado de lo que ni te imaginas. Se ha sentado a mi mesa y ha compartido conmigo los mejores vinos y manjares, se ha emborrachado hasta perder la conciencia y hasta creerse en compañía.

Ha soplado la vela de mi mesa de noche cuando de tanto llorarte, me han vencido los sueños de salir del abismo.

Ha viajado conmigo entre las hojas blancas, impecables, amarillas y aromáticas de los libros que procuraban ocupar mi presente y la memoria.

La soledad me decía entre susurros y sueños lo que el corazón ya sabía y los ojos se negaban a mirar, que tú eras tu propio mundo, tu presente, futuro y universo.

Ella, me miraba las lágrimas correr, mientras los ríos ennegrecidos por el rímel, hacían caminitos por mis mejillas hasta chorrear al corazón y suplicante rezaba porque con los ríos se borrara para siempre la imagen que de ti llevaban mis  pupilas.

Fueron sus años de compañía, su silencio, sus secretos, también su fe y sus rezos, los que me abrieron los senderos para dejar atrás las ruinas de lo que dejé y dejaste.

Hace un mes, no era la melodía del ruiseñor la que me despertaba, sonaba la campana del señor que acompaña al chófer del camión de la basura. Eran las seis y media de la mañana, el camión venía semivacío, porque de otro modo, no hubiera sido posible que se llevara todos esos escombros de lo que un día fue y fuiste.

Treinta días había tomado la demolición de todo aquello, de esas barreras y cimientos y sombras y obstáculos ridículos. Hoy eran solo trozos inservibles de un pasado en el pasado, que debía seguir su curso al tiradero de basura.

Más tarde, un espectacular halo solar y yo, le despedimos, como se hace con los grandes cariños, con abrazos invisibles, con besos al aire y con guiños.

Soledad ahora, tomó otro camino, que no es el mío.

Y vi, como en el mago de Oz, el camino amarillo, y lo sigo, y de pronto se abren preciosos instantes llenos de amigos, de brillo, de viajes y de sueños a colores, de felicidades y amores al noventa y nueve por ciento.

Ya no te siento, ya no te veo.

De mi alegría, ya estás muy lejos.

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