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10 años de la primavera árabe

Publicado el 12 abril 2021 por ArÍstides

En 2021 se cumplen 10 años de la conocida como Primavera Árabe. El 17 de diciembre de 2010 un vendedor de fruta tunecino se quemó a lo bonzo para protestar por su situación de miseria. Sin saberlo, estaba lanzando la primera piedra contra la situación de pobreza de las naciones árabes. Fueron levantamientos populares liderados por jóvenes que creían en el poder de las protestas con métodos pacíficos. Las manifestaciones surgieron de manera inesperada y sacudieron el Norte de África y Oriente Medio. Los jóvenes se movilizaron por medio de las redes sociales y soñaron un mundo diferente, al igual que otros lo hicieron en la Plaza del Sol de Madrid.

Diez años después, en Siria, el conflicto generado por las revueltas ha ocasionado un éxodo de 5,5 millones de personas a terceros países y un desplazamiento interior de 6,7 millones de personas. Miles de personas que se oponían al gobierno fueron detenidas y a muchas otras se las ha hecho desaparecer.

En Egipto el presidente Hosni Mubarak fue derrocado al grito de "el pueblo quiere que caiga el régimen". Después de unas elecciones que ganaron los Hermanos Musulmanes, el actual presidente Abdel Fattah al-Sisi dio un golpe militar y ha endurecido la libertad de expresión y de reunión pacífica. Hace uso de la tortura y de detenciones arbitrarias, así como de juicios sin garantías procesales. A pesar de todo ello, los activistas pro derechos humanos han seguido organizándose y continúan con su labor tanto dentro como fuera del país.

En Libia se rompió el país en mil pedazos y quedó en manos de grupos de poder armados, cada uno con su zona de influencia. Los líderes de estas milicias son responsables de crímenes de guerra y graves abusos contra los derechos humanos. En Túnez los movientes populares han realizado un gran trabajo contra la impunidad de las prácticas corruptas. La Comisión de la Verdad y Dignidad no ha logrado la colaboración de la administración, pero ha servido para crear un cauce para rendir cuentas con las malas prácticas del pasado.

La Primavera Árabe fue un viento de libertad que llegó de forma inesperada y que asombró al mundo por su fuerza y reiteración. Hoy el panorama es sombrío y triste. Yemen y Siria siguen con un conflicto armado interminable, la anarquía y los señores de la guerra gobiernan Libia, mientras que Bahréin (con el apoyo militar de Arabia Saudí) y Egipto, han dado un cerrojazo a los derechos humanos.


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