Viajar con un niño de los 2 a los 4 años es una experiencia preciosa, pues ya muestra ilusión y curiosidad por todo lo que le rodea, sus caras de asombro resultan inolvidables. Pero es también en esta fase en la que empieza a manifestar sus deseos y reivindicaciones, aquí aparecen los ¡no quiero! ¡no me gusta! ¡yo solito!...
Recuerdo una rabieta en la estación central de Bruselas, sentía las miradas ajenas clavadas en "mi angelito" y en nosotros mismos, "los padres del angelito", miradas capaces de fulminar con un rayo al angelito a sus progenitores y a la señora que pasaba por al lado. A esto hay que añadir, en nuestro caso, la incertidumbre de no saber si Eric que se ha sentado en el suelo a doce metros, estará jugando con un muñeco o con el chicle que se acaba de encontrar pegado en el suelo... ¿Y con este panorama viajamos?, pues sí... Así que aquí van claves para que disfrutes de viajar con los peques de la casa , y no acabes pensando "¡¡quien nos mandaría venir, estábamos más guapos en casa!!!"
- A la hora de elegir destino no hace falta recorrer los parques temáticos de medio mundo, ni entregarse en cuerpo y alma al universo Disney; cualquier lugar que tu quieras conocer a los peques también les encantará, están empezando a descubrir el mundo así que cualquier novedad les resultará emocionante. Además siempre podrás encontrar alguna actividad pensada para ellos allá donde vayas.
- Ya en destino, se flexible con lo planificado, debes concienciarte que cuando viajas con un niño no se pueden hacer jornadas maratonianas, así que fuera frustraciones por no poder ver todo lo que habías planeado. Disfruta del momento con tus hijos, eso no lo encontrarás en ninguna guía.
- Siguiendo el anterior consejo, aparca por un rato al día las ganas de conocer todo lo que has leído en las guías y dedica un rato a jugar con los niños, un buen método es jugar al "pilla pilla" recorriendo un parque o entre callejuelas poco transitadas, puedes descubrir lugares fantásticos.
- Explica a los niños lo que estáis viendo, aunque aún podamos pensar que son pequeños, a ellos les encantan las historias, cuéntaselo de forma amena y fácil de entender, te sorprenderá todo el interés que pone
- Siempre que puedas intenta tener un plan B para los días de lluvia. Tener a los niños todo el día metidos en un hotel o apartamento puede acabar con tu paciencia y que aquello termine como el rosario de la aurora.
- Hacer colas no es para los peques, aquí se impone el reparto de tareas, mientras un adulto hace cola el otro se dedicará a hacer la espera lo más entretenida posible.
- En esos momentos en los que es necesario estar sentados, como un restaurante o un tren, procura tener siempre a mano juguetes, pegatinas, algo para colorear... Un niño entretenido igual a padres relajados.
- Lleva siempre en cima unos gusanitos o alguna chuche, hay lugares o momentos concretos en los que se requiere silencio... También te pueden servir como premios en un momento dado... y ya habrá tiempo de volver a comer sano tras las vacaciones.
- Respeta sus horarios de comida siempre que puedas, y si no se puede ¡que vivan los tuppers!... si alguien ve mi nevera es posible que piense que estoy "pelín obsesionada" con ellos... pero de verdad que llevar la comida del peque encima nos puede sacar de muchas; imaginaos un "mami tengo hambre" después de llevar media hora de cola, en un tren o en medio de un tour que se ha hecho más largo de la cuenta, pues se saca la comida del nene "y aquí paz y después gloria"
- Esto nos lleva a la madre de todos los consejos, cumple con sus horas de sueño, el más tierno de todos los angelitos se puede convertir en el mismísimo "demonio de Tasmánia" si está cansado y tiene sueño. Por ello no puedes viajar sin una sillita de paseo, aunque ya no la use habitualmente, créeme si te digo que la comida o ese estupendo capuchino te sabrá a gloria si tu retoño está a tu lado echándose su siesta plácidamente.
viaja con tus hijos sin miedo, con cada viaje que hagáis, aunque sean cerca de casa, conocerás que os va mejor y sin darte cuenta tu mismo tendrás tus propias claves para disfrutar viajando con los peques de la casa.