Procrastinar es algo que todos hemos enfrentado en uno u otro momento de nuestra vida. Todos hemos retrasado, evitado y/o postergado los problemas o tareas que importan o tienes que finalizar. Muchas veces, prefieres ver esa serie que tanto te gusta, pasar horas y horas en las redes sociales (aunque no compartas nada), jugar a tu videojuego favorito, o simplemente, no hacer nada.
Cuando la procrastinación comienza a ser excesivo y la productividad decae, las consecuencias pasan factura a tus actividades del día a día: acumulación exagerada de tareas por terminar, estrés laboral, cansancio, bloqueo mental, desorganización y muchas otras señales que te indican que tienes que hacer algo para trabajar de forma eficiente y dejar de postergar.
Sin embargo, debes saber que procrastinar es un hábito muy común, de hecho, lo es cada vez más, sobre todo con las nuevas tecnologías y las tendencias actuales donde cada vez más personas pueden estudiar o trabajar a distancia, siendo los propios jefes, sin que nadie esté supervisando el cumplimiento del horario.
Si eres una persona que procrastina frecuentemente y deseas tomar acción para evitarlo, aquí tienes 10 consejos para dejar de procrastinar. Ahora bien, recuerda no aplazar estos consejos sobre cómo dejar de procrastinar para mañana y empieza a ponerlo en práctica hoy mismo.
Identifica tus distracciones
Puede que en más de una ocasión hayas visto cómo caes en círculos de distracciones que, en un principio parecen inofensivas, pero que finalmente, te apartan tus tareas y te hacen perder la concentración. Por ejemplo: notificaciones del teléfono, publicaciones en redes sociales, una persona en tu entorno que no deja de hablarte, paseos a la cocina para buscar algo en el frigorífico, etc...
Si quieres decirle adiós a la procrastinación, el hábito de postergar lo importante, el primer paso es identificar tus propias distracciones y poco a poco, ir cortando con ellas durante tus horarios de trabajo o los espacios en los que deseas ser más productivo.
En resumen, si es el teléfono lo que te distrae, déjalo lejos de tu escritorio, incluso en otra habitación, o desactiva el sonido de las notificaciones; si te distraes navegando en internet, utiliza aplicaciones en el navegador que bloqueen los sitios que más visitas; si hay alguien que te habla mucho, pídele amablemente que no te moleste durante determinadas horas; si tienes el hábito de mirar cada cierto tiempo las redes sociales, desactiva las aplicaciones y reinstala todo cuando hayas terminado el trabajo.
Identificar las distracciones que más te hacen procrastinar es un buen comienzo para empezar a tener el control sobre tu tiempo y hacer lo que tienes que hacer si postergarlo más.
Encuentra tu estrategia de productividad ideal
Existen muchos trucos de gestión del tiempo y podrás leer una gran variedad de consejos para ser más productivos y dejar de procrastinar, así que de seguro alguna de esas estrategias pueden ayudarte a dejar de postergar.
De hecho, más que recomendarte algún truco de productividad como la estrategia perfecta, puedes explorar por tu cuenta aquellas que mejor se ajusten a tus necesidades y descubrir si realmente te ayudan a dejar de procrastinar.
Desde trabajar durante cortos periodos de tiempo, tomar descansos entre tareas, clasificar tus tareas por bloques, hasta imponerte la presión social de tener que cumplir con el trabajo a una hora específica porque te has comprometido con alguien más. Cuando hablamos de estrategias de gestión del tiempo, hay de todo y para todos.
En este artículo te contamos 10 estrategias de productividad entre las que seguramente encontrarás alguna que pueda ayudarte.
Comienza por la tarea más difícil
Hablando de estrategias de productividad, hay una que por lo general no falla y puedes usarla en compañía de otras técnicas de la lista: iniciar por la tarea más difícil del día.
Empezar el día ejecutando esas tareas más complicadas o que llevan más tiempo realizarlas, es como resolver la mitad de los problemas de un solo golpe, ya que está comprobando que cuando realizas esa actividad que venías procrastinando a toda costa, el resto de las tareas parecen "pan comido" y te sientes más ligero a la hora de abordarlas.
Muchas veces se nos va el día pensando en lo complicado que va a ser realizar un actividad concreta, invirtiendo más tiempo en imaginar lo pesada que será y el tiempo que llevará, en lugar de enfocarnos en hacerla y ponernos en acción, así que esta técnica es la forma más sencilla de romper con este hábito y por ende, con la procrastinación.
Divide las grandes tareas en partes pequeñas
Para esos momentos donde "hacer todo de golpe" no funciona, en general, porque la tarea que tienes por delante es demasiado grande como para ser realizada en un día, también existen soluciones que obviamente son mejores que procrastinar hasta la hora límite de entrega.
¿A quién no le ha pasado que evade algunas tareas con tan solo verlas? Por ejemplo, imagina que tienes que redactar un ensayo de más 100 páginas y la misma idea de la longitud ya hace que tomes distancia, ignores esa tarea de la agenda y vayas directo a procrastinar haciendo alguna tarea que te produce más placer y distracción.
Sin embargo, ¿qué pasa si en lugar de ignorarlo, empiezas a trazarte el objetivo diario de redactar (sin falta) al menos 10 páginas? De este modo, serás mucho más productivo que dejando todo "para mañana".
No dejes ni un día sin organizar tu tiempo y tareas
Este consejo parece básico, pero te sorprendería conocer la cantidad de personas que se levantan por la mañana sin rutinas, horarios ni listas de objetivos que marquen el sentido, orden y ritmo de su día.
A partir de ahora, si deseas dejar de procrastinar, comienza por evitar empezar un día sin una lista de tareas y un horario establecido que puedas respetar. Cuando realizas una lista de tareas y organizas tu día por horas, estás ayudando a tu mente a instaurar nuevos hábitos, siendo capaz de definir el control sobre tu tiempo, conocer el nivel de importancia de las tareas y tomar las riendas de tu vida laboral, académica y/o personal, sin dejarte llevar por cualquier distracción esporádica.
Utiliza la regla de los dos minutos
Parece que la procrastinación es cosa de tareas muy grandes, pero la realidad es que puede presentarse hasta en tareas más pequeñas, aquellas que no necesitan tanto tiempo para realizarse y que lo único que requieren de nosotros es una mínima chispa de energía para cumplirlos.
Por ejemplo, tareas como regar las plantas, hacer una llamada rápida, responder un correo de confirmación, fregar los platos, y muchas otras actividades que pasamos demasiado tiempo posponiendo sin ninguna motivo, ya que en la práctica, son tareas que no demandan muchas horas de nuestro día.
Sin embargo, postergar estas tareas simples, provoca que se acumulen y al final del día representan un gasto innecesario de energía al tener que acometerlas todas a la vez.
La próxima vez que te encuentres procrastinando actividades de este tipo, aplica la regla de los dos minutos y reserva un bloque de tu tiempo para liberar de la lista todas aquellas tareas que te tomen solo unos minutos en su realización antes de pasar a tareas más grandes.
Verás que haciendo cada cosa a su tiempo tienes la sensación de calma y control sobre el momento presente.
Crea tu ritual para antes de trabajar
Muchas personas necesitan momentos de preparación antes de pasar a la acción, en este caso, antes de comenzar a atender las tareas y responsabilidades de la lista. Para ello, crear tu propio "ritual" antes de trabajar, te ayudará a programar tu mente e indicarle que se acerca la hora de concentrarse y de dejar de lado las distracciones.
La idea es que no sea un ritual muy difícil que te incite nuevamente a procrastinar. Es preferible que definas tareas sencillas, como dedicar un par de minutos a estirar el cuerpo, hidratarte, realizar ejercicios de respiración, limpiar el escritorio, entre otras actividades simples que vayan centrando tu mente en lo que debe hacer y no en lo que le distrae.
Lo importante es que identifiques cuál es el mejor ritual para ti y lo repitas cada día antes de disponerte a trabajar.
Delimita y prepara tu espacio
Si eres de los que tienen la oportunidad de trabajar o estudiar desde casa, es muy fácil sentirte demasiado libre a la hora de atender tus tareas. Por ejemplo, olvidarte de designar un espacio especial para realizar tu trabajo o las tareas de la lista.
Sin embargo, los espacios juegan un papel importante a la hora de aumentar nuestra productividad y dejar de procrastinar, por lo que es necesario aprender a ser firmes a la hora de construir espacios adecuados, limpios y organizados para desarrollar el trabajo o las responsabilidades del día a día.
Además, está comprobado que trabajar en la cama, en el sofá o en la mesa donde comes, solo genera que procrastines mucho más, ya que tu mente asocia esos espacios con tareas vinculadas al ocio y al descanso y no con lugares en donde debes cumplir con tu trabajo.
Primero las tareas, luego el ocio
Una vez más, cuando trabajas en remoto o puedes estudiar a distancia, es más fácil ser permisivo con tus tareas y horarios. Anteponer las actividades placenteras con la excusa de "más tarde tendré tiempo para acabar el trabajo".
Esto en la práctica hace que tu mente empiece a priorizar erróneamente actividades de ocio como ver series, jugar a videojuegos, navegar en internet, hablar por el chat de amigos/familia, u otras distracciones comunes en tu vida, por encima de responder activamente a tus obligaciones.
Lo ideal es anteponer las responsabilidades frente a aquellas tareas que disfrutamos hacer en nuestro tiempo de ocio, no solo porque así no estarías procrastinando y serás más eficiente en la gestión de tu tiempo, sino porque además, recibirás una recompensa al final del día por haber trabajado activamente en tus objetivos.
Por otro lado, esta manera de priorizar tus tareas hará que tu cerebro asocie el trabajar sin distracciones con emociones más positivas y placenteras.
Trabaja en tu capacidad de concentración y enfoque
Muchas veces, los problemas de procrastinación parten de problemas de concentración y falta de foco, es decir, que tienen su origen en dificultades de atención que debemos atender.
Cuando los niveles de atención son muy frágiles o vulnerables, es muy fácil dejarnos seducir por las distracciones y los placeres instantáneos, para evitarlo, requieres indagar en aquello que consume tu energía mental y roba tu capacidad de enfocarte y poner atención en las actividades que estás realizando.
Esto puede ser consecuencia de un descanso poco apropiado, estrés, escasa actividad física, falta de motivación, entre muchas otras razones. Es conveniente analizar el porqué de esa falta de concentración y motivación para que puedas entrenar tus habilidades y concentrarte en las tareas que transformarán significativamente tu vida profesional, académica y/o personal.
Conclusiones sobre cómo dejar de procrastinar
Ahora que ya conoces las estrategias y herramientas que te ayudarán a dejar de ser esa persona que no cumple con los objetivos que se traza, que siempre va tarde con las tareas o que por lo general, tiene una excusa para dejar todo "para luego", solo queda poner un poco de voluntad para pasar a la acción y romper con ese espiral de malos hábitos de productividad.
Somos conscientes de que esta es la parte más difícil de dejar de procrastinar, sobre todo porque ya sabemos cuál es el siguiente paso y aún así puede ser complicado al inicio, pero así como la procrastinación en sí misma, es un hábito que hemos desarrollado con el tiempo, las formas de vencerla, también constituyen un hábito, que al igual que un músculo, se entrenan y moldean hasta que trabajan a nuestro favor.
En definitiva, si logras aplicar estos consejos para dejar de procrastinar, tendrás parte del juego ganado, así que... ¿qué tal si en lugar de empezar mañana, comienzas a desarrollar estos hábitos a partir de ahora? ¡Sí! Aplícalos en la siguiente tarea de tu lista, esa que puedes comenzar en 3, 2, 1... ¡Ya nos contarás cómo te ha ido!
Fuente: https://trabajarporelmundo.org/10-consejos-para-dejar-de-procrastinar/