Las alergias son reacciones a sustancias que en un sujeto sano no producen ningún efecto. Es una reacción antígeno-anticuerpo, que a menudo se origina en la liberación de histamina o sustancias similares de las células dañadas.
Es básico identificar los elementos (sustancias que ingerimos o respiramos) que provocan la reacción. Esto puede hacerse a través de un análisis de sangre o con pruebas cutáneas. A menudo, el hongo conocido como cándida albicans puede hacer que algunos alimentos nos produzcan una reacción alérgica de tipo respiratorio. O puede ser el alimento en si mismo (p.e. los melocotones) el que provoque la respuesta alérgica.
Para las personas sensibles la reacción puede llegar con una fase de asma. Los pacientes con alergias respiratorias (ácaros, polen, gramineas), ven empeorar sus síntomas con la llegada de la primavera y la mayor concentración de estos componentes en el aire. “La primavera, la sangre altera” es un viejo refrán que nos dice que estamos en una época propicia para las reacciones alérgicas. Es el momento en que la sangre está más “sucia”, por los alimentos más fuertes consumidos durante el invierno, y el organismo organizará la fase depurativa para liberarse de tóxicos.
Mientras estos estén en la sangre, el ánimo estará más sensible y nervioso y la tensión será más acentuada. No hay que olvidar tampoco el componente emocional es estas reacciones. Cuando uno se pone muy cabezota, tratando de salirse con la suya, a poca predisposición que tenga, es probable que tenga una respuesta alérgica respiratoria. Por lo tanto, no se pongan muy cabezotas, tener razón no signifi qua tener que salirse a la fuerza con la suya.
1. No se ponga cabezota, el componente emocional influye en la respuesta alérgica.
2. Comprenda que otros tienen otro punto de vista.
3. No tome leche animal, produce más mucosidad y por lo tanto agrava el pireo respiratorio.
4. No tome leche de soja transgénica.
5. Intente evitar los aditivos. El aspartane, el glutamato monosódico y los sulfitos que se encuentran en múltiples productos son inocuos para la mayoría de las personas, pero se comportan como alérgenos para los sensibilizados.
6. Detecte los alimentos generales que le producen o agravan la alergia y evítelos.
7. Alimentos como los chocolates, las naranjas y la mandarina, así como los fritos (debido al aceite
calentado para la fritura) deben eliminarse en caso de sufrir alergia respiratoria. No causan un efecto inmediato, pero en unos días la respuesta respiratoria se verá dañada y se acentuará la alergia.
8. Los preparados de fitoterapia pueden ayudarnos a purificar y reforzar el organismo de cara a la
alergia primaveral.
9. Tomar vitamina C al final del invierno, ya que mantiene las defensas en orden (puede encontrarse en forma natural en la acerola, el escaramujo, etc.) Los bioflavonoides potencian la acción de la vitamina C. La vitamina E produce un efecto antihistamínico y el molibdeno parece controlar bien los sulfitos, con lo que su consumo tiene un efecto preventivo.
10. A menudo, estas alergias primaverales pueden ser controladas a través de una alimentación específica Los lactobacilos acidófilos y los bífidos, y alimentos tales como la berza, espinaca y pimiento morrón, perejil y col rizada, son muy recomendables.
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