Con la tecnología al alcance de un click, a veces no necesitas conocer fisicamente a una persona para conectar en un millón de cosas y lo más curioso es cuando una sola cosa en común, desencadena un sinfín de similitudes.
La culpable de lo que hoy escribo es Karin Hauswaldt una chica chilanga de unos treinta y tantos años a la que nunca he saludado de beso y abrazo. Nos hemos visto por Skype y hemos platicado infinidad de veces. Karin es la hermana del mejor amigo del cavernícola y nuestra relación básicamente empezó por eso. Saludos cordiales (a distancia claro está) y poco a poco descubrimos que no solo compartimos profesión si no gustos, confidencias y hasta conocidos en común que nada tienen que ver con su hermano o mi hubby. Hace un par de días Karin me lanzó el reto vía Facebook para escribir 10 cosas que nadie o casi nadie sabe de mi. Pues bien Karin, reto aceptado.
- Odio los chicles. Más que odio, es asco. Detesto a la gente que los mastica, detesto que hagan bombas, detesto el olor. Conclusión: ODIO el chicle. Si por mi fuera viviría en un país donde estuvieran prohibidos. Por cierto ese odio siempre o casi siempre me ha llevado a pisarlos, y a “pegarme” uno que otro en el pelo, ropa, manos. YIAIK!
- A los 15 años una amiga cercana de la familia me dijo que si quería ser alguien en la vida, crecer, madurar, y hacer ese algo que hace que tu vida tenga sentido, tenía que irme lejos y alejarme del hogar. A los 17 años salí de la preparatoria y lo primero que hice fue abrir el mapa de la República mexicana y buscar el punto más alejado (en ese momento) de mi familia. El resultado, comencé la universidad a 999 kilómetros de distancia. ¿Lo conseguí? Aún lo sigo descubriendo pero definitivamente, ha sido de los mejores consejos que he seguido.
- Mi número favorito es el siete.
- No soy miedosa, lo que le sigue. Creo en algo muy bueno y en algo muuuuuy malo así que ese malo llámese fantasmas, espíritus, malas vibras, energías, pingos, diablos UFFF me pone a temblar. Aunque el cavernícola se ría y siempre le encuentre el lado racional a los ruidos extraños, prefiero esconderme bajo las sábanas y cantar.
- Soy de esas locas románticas que ama escribir y recibir cartas. Si, si por correo postal. Ahhh y odio que no me respondan por la misma vía.
- Uno de mis libros favoritos es Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. Lo leo cada año a veces en inglés a veces en español, a veces ambos al mismo tiempo. Los veranos Austen forman parte de mi desde los 10 años. Leer las seis obras de Jane acompañadas de una taza de té y macaron de frambuesa, de los placeres más ricos y reconfortantes que hay. ¡Vaya freak!
- Tengo 10 primas, 21 sobrinas y hasta una sobrina-nieta. Todas cercanas y en el argot familiar, sería algo así como familia de primer grado. Y sí, tengo una preferida. Se apellida Alanís.
- Frase favorita: A esta vida venimos a tomar decisiones. Se la escuché a una de mis tías mientras aleccionaba a su hija. La frase, es genial y cada que puedo, la digo, la repito y sobretodo trato de seguirla todos los días.
- La mayoría de la veces me cuesta mucho trabajo entender a las mujeres. Sobretodo esa parte de apuñalarse y después saludarse como si nada hubiera pasado. Te hablo mal, te critico, te detesto y cuando te veo, – chulis pero cómo has estado, me encanta cómo te ves –. Esa hipocresía femenina me molesta. Quizá por eso tengo pocas amigas.
- Soy una verdadera fan del trabajo. De ese que te saca sonrisas, te levanta en la madrugada porque se te ocurren cosas para mejorar, del que sin que te de para vivir te llena. Me encanta poder crear y ver crecer ideas. Conocer gente que se arriesga y ayudarlos a que su negocio prospere, UFFF es alucinante. A ratos mi trabajo solo consiste en escuchar problemas y aunque casi nunca tengo la respuesta, la gente se libera y con eso me doy por bien servida.