En el famoso templo de Delfos figuraba la siguiente inscripción: "Conócete a ti mismo", pero de acuerdo con Benjamin Franklin, esto es más fácil decirlo que hacerlo. "Hay tres cosas increíblemente duras: el acero, el diamante y conocerse a si mismo." Escribió.
Para ayudarte un poco, a continuación te presento las 10 cosas que no sabías de ti mismo.
Quizá alguna más no conozcas, pero por algun lado hay que empezar.
Ah, las personas que me escriben diciendo que odian que de por supuesto que no conocen algo, no hace falta que sigan leyendo. O quizá si. :)
10. Su estómago es más inteligente de lo que piensa.
Su estómago tiene más neuronas de los que muchos animales tienen en sus cerebros reales, y el entramado de neuronas es tan complejo que algunos lo llaman " el segundo cerebro" de los seres humanos. Mientras que otras partes del cuerpo - las palmas de las manos, por ejemplo - también tienen altos niveles de neuronas, su estómago es único, ya que efectivamente puede pensar por sí mismo, lo que quiere decir que puede digerir la comida sin tener que pensar en ello. ¿Has estado alguna vez nervioso o irritable sin ninguna razón aparente? ¿Alguna vez ha sido incapaz de concentrarse después de una buena comida? Es probable que su estómago tenga parte culpa, lo cual es una razón más para comer sabiamente.
9. Eres tan peludo como un chimpancé.
Esta afirmación puede parecer que no sea cierta a simple vista, tan solo con echar echar un vistazo al espejo diríamos que no es verdad (a menos que sufra de hipertricosis o síndrome del hombre lobo), pero no se engañe. Es tan peludo como la mayoría de los primates, como los chimpancés, que tienen pelo por todo el cuerpo, la diferencia es que el nuestro es mucho más fino y más corto que el de nuestros primos peludos. Por pulgada cuadrada (2,5 cm) de piel se tienen un promedio de 500-1000 folículos pilosos. ¿Que qué criatura es la más peluda? La nutria de mar avergüenza a todos los demás, con cerca de un millón de pelos por pulgada cuadrada.
8. Usted es un milagro.
Los profesores de biología a menudo comienzan el año aplaudiendo a sus alumnos: "Bien hecho", dicen. "Ya habéis hecho lo más difícil que teníais que hacer." Cuando los estudiantes miran perplejos, el profesor se lo explica. Todo el mundo comienza como una bola perfectamente simétrica de células, pero todos hemos terminado teniendo una parte frontal, una parte posterior y dos lados. ¿Cómo puede una célula esférica formar orificios tan complejos como los ojos, los oídos y las fosas nasales? La célula tiene que aplanarse, girar y empujar para dar lugar a otra célula. Esto constituye el primer orificio que se tiene, el ano. Todos los seres humanos comienzan como asnos, pero algunos siguen siendo como asnos toda la vida.
7. Usted tiene partes de un virus.
Una de las descubrimientos del proyecto Genoma Humano ha sido toda una sorpresa. Parte de nuestro ADN ha sido aportado por los virus. Los virus no pueden reproducirse por sí mismos, por lo que algunos virus tienen que insertar su ADN en una célula huésped con el fin de ser copiados. Si los virus se insertan en una célula de esperma o huevo, la descendencia resultante puede transportar el ADN del virus en cada una de sus células. Esto ha ocurrido tantas veces en la evolución humana que no menos del 9% de nuestro genoma se deriva directamente de los virus.
6. No puede hacerse cosquillas a si mismo.
... A menos que tengas esquizofrenia. Las cosquillas se cree que son una parte clave de la vinculación humana, especialmente entre los niños y sus padres. Cuando crecemos podemos llegar a no tener cosquillas, pero la mayoría nunca supera el tic nervioso y las risas que nos produce el que otra persona nos toque de cierta manera y en ciertos sitios. Sin embargo, - como todos sabemos -, no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos, ya que nuestro cerebro sabe que somos nosotros los que nos tocamos. Para los esquizofrénicos, sin embargo, no es tan fácil reconocer el tacto como perteneciente a sí mismos, muchos se reirán con ganas si se tocan a si mismos con una pluma.
5. Su cuerpo es más joven que usted.
Estamos cambiando permanentemente. Inhalas, exhalas, comes y excretas. Tomas unas moléculas y expulsas otras constantemente. Si tiene una edad cercana a la pubertad, lo más probable es que ni una sola parte de su cuerpo perteneciera a su propio bebé. Esto lleva a un problema interesante, todavía muy debatida por filósofos: si cada parte de ti es diferente a la que era, ¿sigues siendo la misma persona que eras al nacer?
4. Estamos parcialmente ciegos.
Por desgracia, nuestros ojos tienen un fallo de diseño: ambos ojos tienen un punto ciego. Este punto ciego es lo suficientemente grande como para causar problemas a los que pierden la vista en un ojo. Afortunadamente para la mayoría de nosotros, el hecho de que tengamos dos ojos hace que los puntos ciegos nos pasan desapercibidos.
3. Podemos contar sin contar.
No, no es ningún acertijo. Cuando vemos grupos de hasta cuatro objetos, no es necesario contarlos para averiguar cuántos hay. Para estos grupos pequeños, tenemos una comprensión instintiva del número de elementos que los componen. Los miembros de la tribu Pirahã en Brasil, no tienen ningún número en su idioma, por lo que son incapaces de contar, pero incluso los Pirahã son capaces de comprender los números hasta el cuatro.
2. Es posible que no tengamos libre albedrío.
Es un debate apasionante: ¿somos libres de tomar nuestras propias decisiones, o estas decisiones están modeladas por fuerzas que escapan a nuestro control? Existen muchos argumentos a favor y en contra de ambas teorías, pero me centraré en la experiencia llevada a cabo en un paciente por Benjamín Libet.
Libet, mientras observaba el cerebro del paciente, le dijo que moviera la mano cuando quisiera. Libet descubrió que el cerebro registra el deseo de mover la mano, incluso antes de que el hombre fuera consciente de ese deseo. Esto sugiere que se puede actuar impulsivamente, sin llegar a tomar una decisión.
1. Tenemos rayas en el cuerpo.
Muchos mamíferos tienen rayas: los gatos pueden tener líneas más claras, o manchas, que se desarrollan debido a que ciertas células expresan un comportamiento genético diferente, y luego pasan la variación a otras células. Los seres humanos no son diferentes, simplemente nuestras bandas suelen ser invisibles. Por lo general, sólo se pueden ver estas rayas - llamado Líneas Blaschko, cuando una enfermedad afecta a un tipo de célula, pero no a la vecina.
Fuente.