Revista Cultura y Ocio
10 de febrero.
Año 1932: en el Vaticano, el Papa Pío XI recibe con gran pompa al dictador fascista Benito Mussolini con motivo del décimo aniversario de su ascensión al poder.
Una frase suya: Mussolini es "un hombre enviado a nosotros por la Providencia". En febrero de 1929 el Papa firmó con el dictador italiano el Tratado de Letrán, por el que se reconocía el Estado del Vaticano. Al mes siguiente animaba a los ciudadanos católicos a votar en las elecciones a Benito Mussolini. Este fue también el Papa que bendijo a las tropas que iban a la conquista de Abisinia. Pío XI fue el Papa del período de entreguerras, al coincidir su mandato entre 1922 y 1939, tiempos difíciles, de crisis y de ascenso y consolidación de los regímenes totalitarios. Fue un fervoroso anticomunista y aunque estuvo más preocupado por el papel de la Iglesia y la situación de los fieles en el mundo, que por las injusticias en general que soportaban los que vivían bajo el yugo del fascismo, al final de su periplo como Papa, sus relaciones con la Alemania de Hitler se enturbiaron al criticar el racismo y el antisemitismo de la doctrina nazi.