Desde hace años, siempre tengo algunos días guardados para conocer cada vez mejor el país en el que resido. Es una auténtica maravilla. Por eso, lo único que he hecho desde que le presto más y más atención es recibir sorpresas de sus tesoros turísticos. Hay pocas perlas que un viajero no pueda encontrar aquí, pues estamos en un país riquísimo cultural, natural y arquitectónicamente, variado y con algo que lo hace único: su ambiente. Hoy os traigo 10 destinos que te sorprenderán viajando por España. ¿Echas de menos alguno? ¡Soy toda oídos!
Huesca: un rincón natural sublime gracias al Pirineo
Si hay un destino que me haya sorprendido sobremanera en España es Huesca, una región naturalmente encantadora y con varios atributos que la hicieron ideal para una semana de verano activa, relajante y completísima. Allí me aficioné a las rutas, a volver a disfrutar del agua dulce en verano (¡nada como un ratito de baño en el río o en la piscina) y a ser feliz tan solo con un paisaje bonito, un picnic improvisado y una cámara de fotos.
El paisaje de montaña que ofrece el Pirineo Aragonés es imponente y cada rincón que descubrimos me pareció único y especial. Desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pasando por el Valle de Tena y hasta la zona de Biescas (no nos dio tiempo a más en siete días), nos deleitamos una y otra vez con un entorno que nada tiene que envidiar a los grandes de Europa a nivel de naturaleza.
Las Bardenas Reales: un paisaje muy especial en Navarra
¡Cuántas veces vería en Internet el paisaje de las Bardenas Reales antes de poder disfrutarlo a solo unos metros de distancia! Siempre me había parecido súper singular y cuando por fin lo vi ante mí, me reafirmé en lo que ya pensaba: que es un lugar único y que impresiona.
Con cerca de 42k de hectáreas, es un territorio donde poder disfrutar de un semi-desierto donde la erosión ha generado formaciones muy curiosas y ondulaciones sobre los escasos promontorios de la zona. El más llamativo es el ‘Cabezo de Castildetierra’, el lugar más icónico de este vasto trozo de naturaleza. Nosotros estuvimos un día festivo y apenas disfrutamos de un paseo por la zona, pero seguro que es muy interesante hacer una ruta guiada por allí (¡siempre acompañados que corréis el riesgo de perderos!).
Menorca: la isla que lo tiene todo
Fascinada es la palabra que elijo para contar cómo volví de esta maravillosa isla. Lo curioso es que cuando quería hablar de sus mejores atributos, a veces no encontraba las palabras. Y es que es Menorca lo tiene todo (quizás lo único que eché de más fue que como es normal, está algo hasta arriba de gente): playas impresionantes, paisajes, cuidado del entorno, turismo slow, condiciones ideales para un paseo en bici, miradores, fondos marinos límpidos, ciudades coquetas, cierto aire salvaje a pesar de todo… Menorca es y sugiere. Conserva y propone. Apacigua y anima. ¡Deja ganas de más!
Os recomiendo estar allí al menos una semana, recorrerla de norte a sur, en diferentes modos (barco, a pie, bici, en coche…) y hacerlo plenamente. Mis lugares favoritos: la Playa Cavalleria (imprescindible también su faro y alrededores), Playa de Son Bou y Ciutadella.
Riaño: en Castilla y León también hay montaña
Yo debería haberlo tenido claro desde el principio: en Castilla y León también hay montaña, ya que veraneo en la región leonesa desde que soy pequeña. Pero no es hasta que pasan los años que uno va asimilando muchas veces las cosas que tiene alrededor. No fue hasta el verano pasado que me sumergí en las montañas de Riaño, un impresionante paisaje que además permite sumergirte en alguna ruta donde divisar el entorno desde las alturas.
Esta es por ello seguramente la actividad más interesante que hacer en el pueblo: la ruta hasta el pico Gilbo, donde quedarnos embobados con el paraje que obtenemos desde sus 1.674 metros. Aunque hay tramos un poco complicados, en buen estado físico no hay realmente grandes problemas y merece mucho la pena. ¡No os arrepentiréis!
El Monasterio de Piedra: todo lo que el agua puede generar
Otra gran sorpresa que me llevé recientemente fue conocer el Monasterio de Piedra, un jardín plagado de cascadas y agua abundante en una zona de interior. Gracias a la aportación del Río Piedra, se logra una exuberancia única, acompañada de un cuidado que hace que esté precioso, dado que es un espacio privado. Desde luego que es una joya bien guardada.
Al paseo precioso de cascada en cascada, se suma en este lugar la visita al Monasterio de Piedra, uno de los nueve monasterios cistercienses que se construyeron en la zona bajo el auspicio de Alfonso II de Aragón.
Las Lagunas de Ruidera: el agua dulce también puede ser cristalina
Las Lagunas de Ruidera son un conjunto de acuíferos que dan lugar a grandes lagunas, saltos de agua y un paisaje en general súper especial. Lo que más llamó mi atención es que el agua de estas amplias zonas de agua es súper cristalina y unido al buen tiempo que suele hacer en la zona hace que aún sea más especial si cabe. Pasear por la zona es una pasada y en general, un fin de semana rural nos hará cargarnos las pilas.
La Gomera: una isla encantadora con naturaleza TOP
Fue también una gran sorpresa lo que La Gomera tiene que ofrecer. Esta isla canaria tiene una naturaleza única (bosque de Laurisilva y un valle precioso con vistas únicas al mar, el Valle del Gran Rey) y sobre todo, cuando estás dejando caer el día sobre la arena de sus playas, tienes la sensación de estar en el fin del mundo. Sería un buen lugar para decir adiós si ese momento tuviera que llegar… ¡es muy especial!
Cazorla: la naturaleza especial de la provincia de Jaén
Quizás también por situarse en una zona donde no esperaba tanta naturaleza, la sierra de Cazorla fue una sorpresa total. Ya de entrada, el paisaje de olivos y a un lado; y la montaña al otro son una genial puerta de entrada al lugar. Luego, una vez explorado, me sorprendió aún más.
Grandes árboles, el verde como telón de fondo en todo momento, bonitas cascadas y altas montañas de fondo nos acompañaron durante unos 12 kilómetros en la Ruta del Río Borosa, siempre cerca del agua. Sin duda, ideal para dejarse caer sin prisa y ahondar bien en todas las posibilidades que ofrece la zona.
Ferrol: punto de encuentro del graffiti
Gracias a este blog también me he llevado bonitas sorpresas y una de ellas fue cuando fui invitada a conocer los encantos de Ferrol, la ciudad gallega. Además de descubrir sus encantos históricos, gastronómicos y naturales, descubrí que es también punto de encuentro del graffiti a nivel mundial.
Todo empezó en el proyecto de Las Meninas de Canido, un barrio ferrolano, donde el arte encontró una buena manera de revitalizar una zona deprimida de la ciudad. Con el paso del tiempo, se hizo una bola que llevó la atracción del evento hasta el mismísimo Banksy (¿o no? ¿Quién sabe? Se conoce que nunca es verdad o mentira con el reconocido artista). De lo que no hay duda es que fue un éxito y hoy por hoy, esta área de la ciudad ha recobrado la vida y derrocha un color atrayente del cual es difícil quitar la mirada.
Albarracín: el pueblo de arquitectura imposible al que le sobra belleza
Si alguien nos hiciera imaginar un pueblo de cuento seguramente tendría los elementos característicos de Albarracín: piedra, casitas pequeñas, adornadas, formas irregulares… por eso, a los ojos de cualquier viajero curioso, Albarracín es un imprescindible.
Sobre todo, destaco su arquitectura, asentada sobre la verticalidad de la montaña y generando formas más cercanas a la ilusión que a lo que estamos acostumbrados a ver día a día. Por eso, cuando visitas Albarracín no puedes quitarle los ojos de encima. Es toda una sorpresa. Sin duda, una de las mejores escapadas para disfrutar por España.