Sin rodeos, la automatización del almacén es una auténtica maravilla del mundo moderno. Han superado con creces no pocos de los más atrevidos guiones de Hollywood en todos sus aspectos. Y todavía estamos al principio del camino, ¿cuánto nos queda por avanzar?
Los automatismos sustituyen multitud de tareas repetitivas, reducen costes, eliminan errores, aumentan la seguridad, colaboran con humanos, cada vez son más rápidos, ven y escanean mejor y consumen menos energía. Además, como ocurre siempre con la tecnología, a medida que el tiempo transcurre, los costos de automatizar un almacén, sin dejar de ser una inversión importante, disminuyen.
Pero como toda inversión, la automatización del almacén no está exenta de riesgos. Aunque desde fuera del mundo empresarial automatizar no sólo parece sencillo, sino que aparenta ser el camino lógico que seguir, en realidad deben tenerse en cuenta una gran cantidad de condicionantes para evitar llevarnos sorpresas desagradables y sustos innecesarios.