Revista Cultura y Ocio

"10 formas de amar de Adán Redondo": Una roomcon genuina

Por Miss_cultura @miss_cultura
Miguel vive solo y tiene que compartir su rutina diaria con la constante presencia de su mejor amigo Pablo, las visitas sorpresa de su madre, Maribel, y las pocas ocasiones que tiene para estar a solas con Sara, su novia. Según van transcurriendo los días Miguel se empieza a dar cuenta de varias cosas: Por un lado, que la relación de sus padres no va del todo bien. Por otro, que su idilio con Sara se está convirtiendo en una relación monótona en la que les falta algo y en último lugar, que el vínculo y la conexión que tiene con Pablo traerá alguna que otra sorpresa. Toda está situación que vive nuestro protagonista está aderezada con la ingenuidad de Pablo, el carácter fuerte de Sara y el Síndrome de Nido Vacío de Maribel, un buen Cocktail de emociones para esta entretenida comedia.

Una comedia de situaciones y personajes, muy divertida y original, A pesar de que los actores se hubiese aprendido el texto, las situaciones me parecieron tan reales que parecía pura improvisación o una charla real, no entre actores, sino entre amigos y que el espectador es un personaje más en la historia.

10 formas de amar destaca por las situaciones hilarantes y la naturalidad de los actores en sus interpretaciones. Es una comedia de situaciones que, a pesar de tener pocos monólogos, se aprovecha, de los hay, para anticipar pinceladas de las emociones y de las decisiones que pueden o no tomar los personajes.

Adán Redondo nos enseña el lado positivo de la vida, pero nos quiere hacer varias reflexiones sutiles sobre lo importante que es tener una buena comunicación y como nos complicamos la vida.

Nacho Antelo, Marc Bonnin, Marian Redondo y Nani Rodríguez, con su complicidad sobre el escenario, nos regalan momentos hilarantes

Me hubiese gustado ver más a Nani Rodríguez sobre el escenario, pues con su interpretación nos brinda una gran frescura a la trama y genera grandes dosis de conflictos a la obra. Su personaje, en su primera aparición, intuí que sería de gran peso, directa o indirectamente, y no me equivoqué.

El buen trabajo de Adan dirigiendo se nota en varios puntos. Uno de ellos es cuando los actores conectan con sus personajes. Otro aspecto es cuando las miradas, cargadas de interrogantes o de preguntas, hacen sentir al espectador que estamos descubriendo algo de la historia que se nos escapa, incluso cuando conocemos todos los detalles.

Nacho Antelo y Marc Bonnin son unos magos de gestualidad.

Marian Redondo es el personaje sorpresa de 10 formas de amar, da la sensación de ser un personaje estereotipado de comedia y paso a paso va desmontando este estereotipo cómico. La interpretación de la actriz es clave en la obra, pero lo que más me gusta es la manera en la que cambia las reglas de la obra.

Los cuatro actores cuando están juntos son una bomba de relojería y son la combinación perfecta. Pero, por separado, cada uno tienes su propia chispa.

Marc Bonnin es el personaje más impulsivo, el que dice lo primero que se le ocurre. Pero, es el personaje con más predisposición a escuchar y a estar cuando se le necesite. Su presencia escénica es magnética y su energía es arrolladora. En cambio, Nacho Antelo parece estar muy cómodo sobre el escenario, pero su versatilidad contrasta con su habilidad para sorprender por sus transformaciones radicales a la hora de hablar con su padre o enfrentar situaciones que le desbordan.

10 formas de amar transcurre en varios días. La única cosa que me ha sacado de la obra es el paso súbito de un día a otro. Puede que la intención del director sea que nos dé tiempo de recapacitar y pensar en lo que sucederá a continuación, pero en esos instantes me sacaba de la trama y, al volver a encenderse las luces, me volvía a sumergir en la historia.

Hay que abrir los oídos y dejaros llevar por la música elegida para narrar algunas escenas que no necesitan palabras. Esta banda sonora es muy sugerente y genial, así que os invito en que en estos instantes intentéis averiguar lo que sucederá.

Siempre veo obras que son dramedias o que mezclan varios géneros teatrales, pero hacía tiempo que no me acercaba a una comedia genuina en la que carcajada a carcajada el tiempo vuela y tú te dejas los problemas en la puerta y desconectas completamente.

No me hubiese importado que durase un poco más, ya que lo estaba disfrutando enormemente.

La recomiendo si necesitáis reír con una comedia de situaciones disparatada y con un humor para nada soez y muy fácil de entender, muy natural.


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