Gracias al reverdecer del desierto, el país se ha convertido en la despensa del Medio Oriente.
Por Abigail Klein Leichman , originalmente publicado en Israel21c Niños corren por campos de cultivo en el Valle de Jezreel, en el centro de Israel. Foto de Anat Hermony/FLASH90.“Que el desierto florezca” no es sólo un deseo: es algo que han hecho realidad los agricultores israelíes, si importar todos los pronósticos, en menos de un siglo.
A pesar de frecuentes sequías, lluvias escasas e inconsistentes, suelo arenoso y condiciones áridas en gran parte del país, Israel se ha convertido en la despensa del Medio Oriente gracias a ingeniosas tecnologías agrícolas que ha desarrollado, entre ellas el riego por goteo y la reutilización de aguas residuales tratadas, para los cultivos.Los agrónomos israelíes han desarrollado varios tipos de cultivos mejorados, así como semillas capaces de resistir a enfermedades, condiciones difíciles y agua salobre.
Las principales verduras que se cultivan en Israel son tomates, tomates cherry, pimientos y hierbas.
Entre los cultivos más grandes abundan el trigo, girasoles, cacahuetes y garbanzos.
Manzanas, uvas, melocotones, mangos, ciruelas, peras y albaricoques son las frutas más vultivadas, además de mandarinas, naranjas, pomelos, melones y limones.
La agricultura orgánica del país, por otro lado, se centra principalmente en patatas, zanahorias, pimientos, aguacates, o palta, y cítricos.
Israel produce hoy alrededor del 95% de los cultivos necesarios para consumo interno, gran parte de los cuales son exportados. Las tecnologías agrícolas y la experiencia son exportadas también a países tanto desarrollados como en vías de desarrollo.