No soy una persona con hábitos súper sanos. Ni me gusta salir a correr (lo siento, nunca seré una runner), ni podría dejar de comer pan o carne. La comida más copiosa del día para mi es la cena, porque si ceno ligero luego me despierto a las tres de la mañana con la tripa rugiendo, literalmente. Y no lo hago a diario, pero de vez en cuando voy a un sitio de comida rápida.
A pesar de todo eso llevo un estilo de vida bastante saludable, en parte porque “he nacido así”. Por ejemplo: nunca tomo refrescos con gas porque no me gustan, tampoco me vuelven loca los dulces ni el chocolate, y desde pequeña estoy acostumbrada a comer siempre de cuchara, así que me encantan las verduras y legumbres. Todo eso ayuda.
Como ya estoy más cerca de los treinta que de los veinte, este año he intentado hacer pequeños cambios para cuidarme un poquito más. Nada demasiado significativo, aunque estoy segura de que todos estos buenos hábitos que he ido incorporando durante meses me han hecho estar más sana:
1. Levantarme más temprano. Antes me levantaba a las 9, ahora lo hago una hora antes. Mantengo la hora incluso los fines de semana y los días en los que no trabajo (es más, muchos fines de semana me levanto prontísimo porque tengo cosas que hacer). Y todavía me gustaría bajar una hora más. He notado que madrugar de forma habitual me ayuda a empezar mejor el día y a tener la sensación de que he aprovechado bien el tiempo.
2. Dejar de tomar azúcar. Ya he dicho que no soy muy de dulces, pero he ido un paso más y ya ni tan siquiera añado azúcar al café. Tampoco uso edulcorantes. Cuando voy al súper me fijo y busco productos sin. Aunque me he vuelto un poco radical con el azúcar, si un día me apetece un croissant, me lo como, que tampoco hemos venido a este mundo para sufrir :P
3. Voy a todos los sitios andando o en bici. Y he vuelto a recuperar la costumbre de hacer como mínimo 15 km semanales con la bicicleta.
4. Limitar el tiempo que paso frente al ordenador. Ahora, todo el trabajo de ordenador lo hago por las mañanas y cuando es la hora de comer, lo apago hasta el día siguiente. Las tardes son para el trabajo creativo, como tejer, diseñar nuevos cursos, etc. No os podéis imaginar lo que ha supuesto esto para mi creatividad…
5. Beber un vaso de agua antes de acostarme y otro nada más levantarme. Por las mañanas bebo un vaso de agua tibia con el zumo de medio limón recién exprimido, en ayunas. Me costó un poco convertirlo en rutina, pero ahora me resulta extraño no hacerlo en cuanto salto de la cama (si queréis puedo hacer un post sobre esto del agua con limón). Por la noche, lo último que hago antes de acostarme es ir a la cocina y beber un buen vaso de agua.
6. No comer frente al ordenador. Es lo que tiene trabajar en casa, que coges muchas malas costumbres, en parte porque te pasas el día sola. Antes acababa de trabajar y comía sentada en el ordenador, viendo series o mirando Pinterest. Pero eso no es comer. Ni dejar de trabajar. Ahora como en el salón, me preparo toda la mesa y veo las noticias.
7. Alejar el drama de mi vida. Estoy muy orgullosa de este buen hábito. Seguro que tienes personas que atraen y generan drama en tu vida. Personas negativas que no hacen más que quejarse y lamentarse constantemente de la mala suerte que tienen (pero no hacen nada para cambiar las cosas que no les gustan). A mi esta clase de personas me deja sin energía y me hace entrar en un círculo de negatividad agotador. Por eso este año he dejado de tener personas así cerca de mí. Live a life without drama.
8. Acostarme temprano. Porque dormir poco no es sano y el cuerpo y la mente necesitan descanso. No es lo mismo dormir ocho horas acostándote a las tres de la mañana que a las doce de la noche, no señor. Salvo si estoy fuera con amigos o de vacaciones, a las doce estoy en la cama, lista para leer un rato antes de tener dulces sueños :D
9. He incorporado a mi dieta alimentos saludables. Me he vuelto una fanática del aguacate y del pan integral o con semillas. Todos los días de lunes a viernes, sin excepción, tomo un yogur blanco desnatado sin azúcar con una ración de muesli como postre. Y a media mañana, varias piezas de fruta.
10. Me esfuerzo por crear rutinas que me hagan sentir bien. Tanto por las noches como para empezar el día con ganas, me he dado cuenta de que crear rutinas es esencial (hablaré de esto en detalle pronto) También para ser más feliz. Cada noche apunto tres cosas de ese día por las que estoy agradecida y procuro reservar espacios para descansar, sobre todo mentalmente.
Como veis, son pequeñas cosas que parecen no hacer una gran diferencia. Pero lo cierto es que sí la hacen. No son costumbres difíciles de conseguir, aunque requiere tiempo integrarlas en el día a día. Lo mejor de todos estos buenos hábitos es que puedes escoger cualquiera de ellos y empezar hoy mismo. Simplemente con seguir uno o dos ya estarás haciendo algo bueno para ti :)
¿Cuáles son vuestros hábitos saludables sin los que ya no podéis vivir? Siempre estoy buscando nuevas metas para sentirme (y ser) mejor. Feliz fin de semana.
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