Por: Elianne E. González
¿Te ha pasado que hubieras querido que alguien te explicara cuando eras más joven cómo funcionan las finanzas? ¿La falta de esa información te ha hecho cometer errores, unos tontos y otros costosos? No eres el único. Pero ahora que estas aprendiéndolas, puedes ayudar a que tus hijos las aprendan también y no tengan que pasar por lo mismo. Aquí hay 10 lecciones:
1. Explícales que el dinero no aparece por arte de magia.
Para un niño es difícil entender que un papel tenga el poder de conseguirle un helado o un juguete y que la familia tenga una cantidad limitada de éstos. Según me explicaba un chico de 5 años, “el dinero sale de una maquinita en el banco y mi mamá lo usa para comprar, llevarme al cine o ir al mall”. Ellos no ven la conexión entre el trabajo de sus padres, el dinero, o cómo éste llega a la maquinita. Muéstrales el proceso haciendo un viaje al banco para depositar y luego, con la máquina, sacar el dinero. Explícales -según la edad – cómo, cuándo y a cambio de qué llega el dinero al banco y cuánto de ese hay que usar en pagar las cuentas antes de usarlo en ir al cine o un juguete. De a poco, inclúyelos en la toma de decisiones financieras de la familia, comenzando con asignarles un papel en la preparación del presupuesto familiar, acorde con su edad.
2. Asígnales una mesada.
La mayoría de consejeros financieros y sicólogos concuerdan que si se asigna una mesada a los chicos, se les instruya en cómo administrarla. Los chicos necesitan saber cómo se espera que usen ese dinero, en qué podrán gastarlo, cuándo lo recibirán, y muy importante, qué tendrán que hacer para merecerlo. Cuanto más jovencitos son, más sencillas deben ser las instrucciones; el monto debe estar acorde con la edad y aumentar según aumenten sus responsabilidades. Pueden empezar en $5 a la semana cuando están en 5to. grado y cada año agregar un dólar semanal según el grado escolar: $6 en 6to. grado, $7 en 7mo., etc. Anoten las condiciones que debe cumplir cada parte y sean consistentes: si tú no cumples lo acordado, no podrás moralmente exigir a tu hijo que cumpla su parte.
3. Déjalos cometer errores y sufrir sus consecuencias; se llama aprendizaje.
Se aconseja enseñarles a dividir la mesada en tres partes: una para gastar, una para ahorrar y una para donar. Pero, también déjalos que experimenten con ese dinero y cuando hagan errores no sucumbas a sacarlos de sus aprietos. Déjalos que experimenten las consecuencias. Ahora es un buen momento para cometer equivocaciones, no estará arriesgando quedarse sin casa o sin auto.
4. Incúlcales la costumbre de que el primer “pago” es al cochinito.
Si tu hijo recibe un dólar y se gasta un dólar, estará aprendiendo a vivir de día de pago a día de pago; no dejes que aprenda este comportamiento erróneo. Los expertos sugieren que les ayudes a crear ahorros a corto plazo y para planes a largo plazo. Esto puede ser muy abstracto o aburrido para un niño. Así que muéstrales la diferencia usando dos tipos de “cochinito”. Uno que luego será vaciado en una cuenta de banco para cosas a largo plazo. Para los ahorros a corto plazo prueba usar una jarra transparente que permita ver acumularse las monedas. Pero sea cualquiera el mecanismo de guardar el dinero, lo importante es que aprendan que antes de otra cosa deben “pagarse primero a ellos”.
5. Deja que aprendan a valorar el dinero ganándoselo.
Evita que vean la mesada o el dinero que les das como un derecho adquirido, que llega sin esfuerzo. Enséñale el valor del dinero que recibe estableciendo claramente cuándo pone en peligro su mesada, porqué razones recibe ésta, y dejando que se gane un dinero extra haciendo otras actividades o trabajos en la casa. Introduce el concepto de los impuestos cuando les pagues por trabajos adicionales. De cada “pago” reduce unos centavos y explícale que es para contribuir al presupuesto de la familia, como hacemos los contribuyentes cuando aportamos al presupuesto del país.
6. Que aprendan a diferenciar entre lo que necesitan y lo que quieren.
Esta es una de las cosas más difíciles de aceptar, ¡a cualquier edad! Ayúdalos a entender la diferencia acordando que sus necesidades las pagarás tú, pero que sus gustos se los comprarán ellos con su dinero. Por ejemplo, si tú les compras la vestimenta, establece un monto máximo; si tus hijos quieren una marca particular o más cosas, que lo paguen de su propio dinero. Te sorprenderás saber que al pagarlo de su dinero, ya no “necesitan” esa franela adicional o esos zapatos de marca.
7. Enséñales con el ejemplo, el tuyo.
No vale decirles que tienen que ahorrar una porción de su mesada y que tú no lo hagas. Tu ejemplo también les enseñará a comprar con buen criterio. Comienza en el súper: explícales la diferencia de precios y calidad entre los productos y que practiquen tomando decisiones de cuál producto comprar. Observa moderación en cómo usas tus recursos para que ellos aprendan, de lo contrario, pudieran captar el mensaje equivocado de que “es normal comprar todo lo que uno quiera”.
8. Muéstrales el valor de planificar su dinero.
Encuentren un proyecto que tus hijos quieran lograr y muéstrales cómo calcular el costo y cuánto tendrán que ahorrar cada semana para lograrlo. Una forma divertida de ver cómo logran sus metas es haciendo una gráfica como las que usan en las campañas de recolección, y cada semana anotar cuánto más cerca de la meta están. Una vez lograda la meta, establezcan otras y que ellos hagan estos planes por sí mismos.
9. Explícales el poder de los intereses.
Aún si no saben sacar porcentajes, puedes enseñarles que los intereses ayudan a aumentar sus ahorros aportando tú unos centavos a sus esfuerzos. Por cada dólar que ellos ahorren, ofréceles 5 centavos; o 10 centavos si es para planes a largo plazo. No te extrañes que decidan ahorrar a cambio de 10 centavos adicionales. No sabrán que una es al 5% y la otra es al 10%, ¡pero saben cuál les conviene más!
10. Exponlos desde pequeños a instituciones financieras.
Llévalos contigo al banco y si puedes abre una cuenta a su nombre. Explícales el concepto de un préstamo y el pago de intereses por éstos, dejando que de vez en cuando te pidan por adelantado parte de su mesada. Eso sí, no tengas reparo en cobrarles una tasa de interés bien alta – es lo que se encontrarán en la vida real. Y de vez en cuando pídeles dinero prestado pagándoles intereses, así comenzarán a experimentar con las ventajas de invertir y las desventajas de pedir prestado. Si quieres hacerlo más “formal” pongan por escrito las transacciones y los acostumbrarás al valor de los contratos escritos sobre los contratos verbales. Tú no los estafarás, pero ¡es una jungla allá afuera!
Y recuerda, para aprender a tomar decisiones acertadas, sean niños o adultos, hay que practicar. Permite que tus hijos vivan estas situaciones y déjalos, aún si es entre pruebas y errores, que aprendan a tomar sus decisiones, hasta en las finanzas.
Elianne E. González es columnista, escritora y editora especializada en Finanzas Personales. Por los últimos diez años también ha escrito sobre ciencia, salud, familia e historias relacionadas con los hispanos en Estados Unidos y son publicados en su sitio Saber de Dinero.com. El contenido de este artículo no pretende servir de asesoría financiera o fiscal. Para dudas y consejos fiscales, acuda a un preparador de impuestos calificado.
Fuente: http://familiaafectoyamor.blogspot.com.ar/2010/08/10-trucos-de-dinero-para-los-ninos-y.html
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