El reino de Aragón hace honor a su título nobiliario ya que todo aquel que lo visita termina palpando los placeres de la nobleza. La perfecta comunión entre naturaleza, gastronomía y cultura hacen de su turismo rural, una de las experiencias más acogedoras que el interior de España puede ofrecer.
Una tierra marcada por su trepidante historia que comenzó en la época de Carlomagno, erigiéndose como la resistencia cristiana a la expansión musulmana en la Península Ibérica. Aunque esto no evitó que un particular estilo mudéjar se instaurase en Aragón, a la par del románico, resquicios del apasionante testimonio de este territorio que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. Así, cualquier viajero que desee descubrir qué ver en Aragón no puede pasar por alto los siguientes enclaves indispensables para conocer esta comunidad.
Zaragoza
La Basílica del Pilar – Flickr: Juanedc
La capital, Zaragoza, es una ciudad de contrastes que combina su casco histórico con las modernas infraestructuras de la Exposición Universal de 2008. Este evento internacional dio visibilidad a la urbe con el objetivo de dar a conocer al agua como un derecho humano. El majestuoso Acuario Fluvial, el más grande de Europa, la inusual arquitectura de los puentes erigidos para la ocasión y el resto de infraestructuras edificadas para la ocasión componen la Zaragoza más moderna.
En contraposición, la Aljafería es uno de los edificios que más testimonio puede prestar de la evolución de la urbe. Este monumento, declarado de Interés Histórico-Artístico, está compuesto por un crisol de estilos entre los que destacan el Palacio Islámico y el Palacio de los Reyes Católicos. La Basílica de Nuestra Señora del Pilar y la Seo del Salvador son citas ineludibles para todo aquel que pisa Zaragoza. La primera es símbolo del catolicismo y alberga a la Virgen del Pilar, mientras que la segunda, fue erigida sobre la mezquita y su estilo oscila entre el románico hasta el neoclásico. De otro lado, el románico en su máxima expresión se encuentra en el Teatro Romano de Caesaraugusta.
Cómo llegar: Es posible ir en ave desde Madrid a Zaragoza. El trayecto que da comienzo en la estación Madrid Atocha con destino Zaragoza-Delicias, tiene una duración de 1 hora y 15 minutos saliendo el primer tren a las 12:20 horas y el último a las 21:30 horas. Otra opción es el ave desde Barcelona a Zaragoza con una duración de 1 hora y 23 minutos.
Teruel
Plaza de Torico – Flickr: Vfersal
Al sur de Aragón se encuentra Teruel, la ciudad mudéjar, y una de las joyas arquitectónicas más hermosas del interior español. El centro histórico de esta ciudad conserva un valioso legado medieval, mientras que el paso del Islam ensalzó a Teruel tras dejar el patrimonio monumental mudéjar más importante del mundo, reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Una clara muestra de estos tesoros eclécticos es la Catedral, arteria principal de la ciudad, y símbolo de la estética turolense. Su torre cuadrada decorada con cerámica es el miembro de este santuario más popular. Esta simbiosis del románico con el gótico y la arquitectura musulmana también se hace patente en la Torre de San Martín. Esta construcción junto a la Torre de El Salvador destacan por su exuberancia y por albergar la fábula de los Amantes de Teruel.
Cómo llegar: Una de las mejores formas de llegar es cogiendo el tren desde Zaragoza a Teruel. Los trenes, que salen con bastante frecuencia desde la capital aragonesa hacia Teruel, tienen una duración aproximada de 2 horas y media.
Jaca
Paseo de la Cantera – Flickr: Gaudencio Garcinuño
Pero hablar de Aragón sin mencionar los paisajes del Pirineo sería un auténtico sacrilegio. Entre tanta belleza montañosa se halla Jaca, rodeada por el monte Oroel, esta localidad es una parada imprescindible. Una ciudad con más de dos mil años de historia en la que destaca su imponente Ciudadela, una infraestructura que conserva casi intacta su forma original que está compuesta por puentes levadizos y fosos. En Jaca también se encuentra la primera catedral románica, su construcción está vinculada a la fundación de la ciudad. La arquitectura del edificio conserva su diseño primitivo y armonioso, aunque la influencia de otras civilizaciones a lo largo de la historia se hace patente en ciertos detalles de su interior.
Pero Jaca también se erige como buen punto de salida para conocer el entorno natural del Pirineo aragonés. En las inmediaciones de la urbe se encuentra el Parque Nacional de Ordesa y el Valle del Tena, en el cual se establecen las estaciones de esquí de Panticosa y Formigal.
Cómo llegar: El autobús desde Zaragoza a Jaca se presenta como una de las mejores alternativas para llegar a la ciudad aragonesa. Otra opción sería el tren desde Zaragoza a Jaca con una duración un poco superior a la del autobús 3 horas y 20 minutos aproximadamente.
Calatayud
Plaza Mayor – Flickr: emubla
Otro enclave ineludible que conocer de la región aragonesa es Calatayud, la “muy noble, leal, siempre augusta y fidelísima”. Bañada por las aguas del Jalón, el gentilicio de esta localidad, bilbilitano, proviene de la antigua ciudad de Bílbilis. Ahora yacimiento arqueológico, esta vieja ciudad celtibérica se extiende por las laderas próximas a la actual ciudad.
Fuera de los dominios romanos, el Castillo Mayor y la torre de Santa María son los edificios más representativos de Calatayud. El conjunto fortificado islámico es el más antiguo que se conserva de la expansión musulmana en la Península Ibérica, el Castillo Mayor es el que domina este conjunto. Por su parte, la torre de Santa María responde al estilo propio del mudéjar aragonés. Una imponente construcción de 70 metros de altura y su planta octogonal que no se emplea en el resto del mudéjar hispánico.
Cómo llegar: Se puede llegar en autobús a Calatayud saliendo desde Madrid con una duración de casi 3 horas. Al mismo tiempo otra opción sería coger el tren a Calatayud desde Zaragoza desde la estación Zaragoza-Delicias.
Albarracín
Albarracín- Flickr: Andrea Garzarán Lázaro
Para sosegar los encantos del buen vino, acompañado con una suculenta comida, se recomienda visitar la localidad turolense de Albarracín. Considerado uno de los pueblos más bonitos de España, Albarracín es una ciudad medieval compuesta por callejuelas a las que sólo se pueden acceder caminando. Sus murallas albergan el Castillo del Andador, antiquísimo edificio que dispone de un mirador desde el que se puede observar cómo la silueta del rojizo pueblo está en perfecta armonía con su entorno. Esta peculiar geografía ha propiciado la germinación de pasadizos y callejuelas de difícil trazado. Además, Albarracín es uno de los puntos más fríos de la región por lo que su gastronomía más característica, además de ser exquisita, está diseñada para aportar todas las calorías que requieren las bajas temperaturas.
Cómo llegar: Se puede ir en tren a Albarracín saliendo desde Zaragoza hasta Cella, siendo esta la estación más cercana a Albarracín.
Huesca
Castillo de Loarre – Flickr: Juanedc
Más cómoda para pasear es Huesca. Coqueta y bella, esta ciudad deja patente en su rico patrimonio que allá en la Edad Media fue un enclave estratégico. Digno de mencionar es el estilo románico que impera y convive en la zona. Su máximo exponente en la región es, sin duda, el Castillo de Loarre ubicado en la sierra oscense. La joya del románico aragonés se encuentra en perfecto estado de conservación, y es símbolo de fortaleza cristiana frente a la expansión del Islam. Este recinto amurallado posee dos torres con arcos de medio punto. De otro lado, el Convento de San Miguel junto a la Iglesia de San Pedro aseveran la importancia de estilo románico en Huesca.
Cómo llegar: El ave a Huesca se presenta como una de las mejores alternativas de transporte para llegar a la ciudad. El ave desde Madrid a Huesca sale a las 19:05 horas y tiene una duración de 2 horas y 13 minutos.
Barbastro
Barbastro – Flickr: Jesus Abizanda
Si tanta carga monumental apabulla al visitante, quizás sea hora de visitar Barbastro, capital del Somontano y cuna de buenos vinos. La comarca de Somontano bautiza a una denominación de origen de vino en Aragón, la vid es eterna protagonista de esta tierra que dispone de varias rutas del vino por sus diferentes bodegas. Tras visitar la Catedral de la Asunción y admirar la historia de la Calle Mayor y la Plaza del Mercado de Barbastro, es más que recomendable deleitar el paladar con los caldos autóctonos. En la misma ciudad existen salas en las que se muestra la variedad y calidad de este producto, además de disponer de un Espacio del Vino de la Denominación.
Cómo llegar: Los autobuses desde Huesca a Barbastro salen a diario con bastante asiduidad y con una duración de 1 hora.
Aínsa
Dentro de los dominios oscenses se encuentra la ciudad medieval de Aínsa. La armonía de su paisaje urbanístico en el que predomina la piedra y la madera. Como si de un escenario de cine se tratase, la Villa de Aínsa compone el casco antiguo de la ciudad y presenta una estética cuidada al detalle que transporta al visitante a la época de las luchas entre cristianos y musulmanes. La Fortaleza, síntoma de estas luchas, asoma desde lo alto del casco histórico que protegía la frontera aragonesa. Con motivo de estos combates, Aínsa celebra en septiembre La morisma, una representación histórica que recuerda la victoria del Rey Garci-Ximenez con la ayuda de la Cruz sobre los árabes. Otra edificación de referencia es la iglesia románica de Santa María, a sus pies se encuentra la torre que vigila con celo sus dominios.
Cómo llegar: Se puede ir en autobús a Aínsa gracias a la compañía Avanza que cubre el trayecto entre Barbastro y la misma Aínsa.
Alcañiz
Alcañiz – Flickr: manelzaera
Ya en el Bajo de Aragón, la arquitectura renacentista tuvo un antojo llamado Alcañiz. Capital de esta comarca y ubicada en un enclave privilegiado, la ciudad cuenta con un enorme patrimonio artístico entre los que destacan el Ayuntamiento y la lonja. La casa consistorial combina piedra, ladrillo y madera, obra de arte renacentista con connotaciones mudéjares. Además de su arquitectura, Alcañiz es famosa por estar dentro de la ruta del tambor, una particular forma de celebrar la Pasión de Cristo tocando el bombo y el tambor durante Jueves y Viernes Santo. La Semana Santa del Bajo Aragón ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Dejando a un lado las tradiciones más arraigadas, esta localidad también posee el circuito de velocidad Motorland, resultado de una actividad socioeconómica muy rica.
Cómo llegar: El trayecto de autobús desde Zaragoza a Alcañiz se presenta como una de las mejores opciones, siendo 92 kilómetros la distancia entre ambas ciudades y teniendo el trayecto una duración de 1 hora y 45 minutos.
Utebo
La guinda de esta ruta por Aragón la pone Utebo, situado al margen del Ebro, esta ciudad de origen romano cuenta con una gran actividad económica gracias a su cercanía al río. La belleza de esta ciudad se halla sobre todo en las torres mudéjares más espectaculares de la comunidad. El colorido de la cerámica de la torre adosada a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Dentro del casco antiguo se encuentran interesantes casas palacio con más de seis siglos de antigüedad. Cabe mencionar la importancia del patrimonio escultórico que se encuentra en esta localidad aglomerado en gran parte en el Centro Cultural Mariano Mesonada – Museo Orús.
Cómo llegar: Para llegar a Utebo se puede ir en tren hasta Zaragoza y desde allí se puede coger el cercanías a Utebo o el autobús interurbano.
(Fuente: GoEuro Blog)