Entre los días 7 y 10 de marzo se ha celebrado en los madrileños cines Callao la 10ª Muestra de cine fantástico que organiza cada año el canal Syfy. En ella, los espectadores pudimos disfrutar de todo tipo de películas, desde grandes estrenos a pequeñas propuestas que no han llegado al circuito comercial., todas ellas vinculadas al género de la ciencia ficción, el terror y lo fantástico.
En la primera jornada, la del jueves, se estrenó en primicia Oz, un mundo de fantasía, la nueva película de Disney que cuenta con Sam Raimi (Evil Dead) como director. A modo de precuela, en ella se nos muestra el origen del mítico mago de las novelas de L. Frank Baum, cómo llegó al asombroso mundo de Oz y se enfrentó a las brujas que lo gobernaban. A pesar de su elaborado diseño de producción (que recuerda bastante a la Alicia de Tim Burton) y de una divertida y prometedora primera hora, la historia termina volviéndose demasiado insulsa y absurda, Mila Kunis, Rachel Weisz y sobre todo Michelle Williams están desaprovechadas y ni el talento de James Franco ni el cameo de Bruce Campbell consiguen salvar la función.
Al día siguiente la actriz Leticia Dolera (REC 3) recuperó su papel como presentadora de la Muestra y la jornada arrancó con Kenshin, el guerrero samurái. Adaptación del famoso manga homónimo, nos cuenta la historia de un antiguo samurái que ha prometido no volver a matar tras la guerra civil que dio paso a la era Meiji y la occidentalización de Japón en el siglo XIX. El problema surge cuando viejos fantasmas del pasado y un nuevo enemigo entran en escena para ponerle a prueba. Violenta y con una buena ambientación, Kenshin resulta bastante divertida, si bien su final termina cansando y le falta fuerza.
La sorpresa del día llegó con Grabbers, una modesta película que nos narra la llegada de una monstruosa criatura alienígena a una apacible isla de Irlanda, en la que sus habitantes tendrán que ingeniárselas para defenderse de ella. Heredera del cine de Steven Spielberg y de las ya míticas comedias de Edgar Wright (sobre todo de Shaun of the Dead), Grabbers consigue entretener en todo momento gracias a su disparatada historia, la combinación perfecta entre humor y terror, sus pintorescos personajes y unos dignos efectos especiales.
De todas las virtudes de Grabbers carecía la siguiente película, Boneboys. Secuela bastarda de La matanza de Texas, nos presenta a un grupo de psicópatas que se dedican a secuestrar a jóvenes que luego serán devorados en un restaurante de San Antonio, Texas, donde se sirve carne humana. Con una historia que carece de sentido alguno, una sucesión de eventos sin explicación, escenas que dan vergüenza ajena, mal rodada y peor interpretada, la eterna Boneboys (dura 86 minutos) es de las peores películas que he visto jamás. Insufrible. Suerte que todavía quedaba mucha más Muestra de Syfy por delante.