¿Cómo fueron tus inicios como escritora y cuándo comenzó?
Cuando era chica llevaba un diario (que después utilizé como base para mi primera novela, aun inédita) y me encantaba jugar a hacer libros y revistas con papel y cartulina (me copiaba escandalosamente de los libros de la colección Robin Hood, por ejemplo de Mujercitas).
Como siempre me sentí vieja para empezar las cosas que me gustaban, dejé de escribir y dibujar de lado hasta que lo retomé a los 26 años, cuando ya no me importó tener la edad que tuviera y empecé sin tanto prejuicio a escribir pequeñas frases o poemas que subía aun fotolog que se llamaba Me gustás Tomás y luego a otro que se llamaba Nena de departamento (lo que luego sería el título de mi libro de poemas traducidos al inglés editado en Manchester por Dead Ink) una especie de alter ego mío. Después estudié poesía con Arturo Carrera, Daniel Durand y Vivian Lofiego y escritura narrativa en Casa de Letras y con Ariel Bermani.
Creo que siempre es necesario estudiar porque la inspiración no te la da nadie pero tampoco lo es todo, en la escritura como en otros oficios, hay técnicas.
¿Te inspiró alguien en particular?
Mi primera inspiradora es la música, el pop y la obra de ciertos letristas, desde siempre me gustaron los crooners (Morrissey, Bowie, Los Kinks, Neil Hannon, y un largo etc.).
En cuanto a la poesía, cuando era chica creía que solo se trataba de rosas rojas hasta que descubrí a Prevert con su poema “Desayuno”, que es narrativo, y me sentí muy idetificada con él.
¿Las ideas surgen en algún momento especial del día?
Las ideas siempre están, surgen en una ensoñación en el colectivo, en el lenguaje que utilizo y el que oigo utilizar a diario, en las frases comunes, lo que varía es mi atención para reconocerlas y anotarlas o recordarlas. Como ahora estoy estudiando una carrera universitaria, siento que ya no me inspiro como antes porque tengo la atención focalizada en otra zona del cerebro o algo así. De todas formas siempre trato de no perder la costumbre de anotar lo que me acuerdo que me gusta ya que es la materia prima que luego trabajo a conciencia.
¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir? ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?
En este momento mi Macbook es mi habitación, la tengo en un escritorio contra una esquina del living, siempre intento tener mi habitación propia como decía Woolf, alguna vez fue un lavadero, es en donde mejor pueda ser -y si hay una ventana cerca mejor-.
Eso para la parte en que trabajo con la computadora, porque está la segunda parte, la de unir las ideas para ciertos textos largos, ahí imprimo todas las fracesitas, las recorto y las tengo que sí o sí tender en una mesa o en el piso, para poder verlas a todas y relacionarlas, cuestión imposible para trabajar en una pantalla.
¿Cómo surgió la idea de “LUNES” y en qué te basaste para escribirlo?
Lunes es una continuación de Mucho fantasmo, en general también son poemas cortos pero esta vez me ocupé de las formas de un modo más tradicional, tomando clases de poesía por primera vez. El título se lo puse porque me encantaba el sonido de la palabra, como una campana dorada que despierta y que a la vez remite a la luna.
¿Qué estás leyendo por estos días?
Estoy leyendo El gato que venía del cielo de Takashi Hiraide, Filosofícula –fábulas y pequeños relatos- de Leopoldo Lugones, y , recomendada, La bella y la bestia -cuentos- de Clarice Lispector. Y hace poco descubrí a un poeta que murió en Rosario, a los 25 años, en 1932, muy moderno para su época: Nicolás Jozami, con sus Poemas a las cosas de la calle sucia.
¿Cuáles son tus autores preferidos?
Siempre nombro los que más me llegaron con su obra, muchos de ellos en la infancia y adolescencia; J.D. Salinger, Federico García Lorca , Oscar Wilde, Poe, Horacio Quiroga y siempre Manuel Puig.
¿Qué autores recomendarías leer?
A todos los que nombré como preferidos -¡Puig!- y a Joao Guimaraes Rosa y a Vladimir Nabokov.
¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?
El guardián entre el centeno.