Revista Cultura y Ocio

10 preguntas a carlos ríos

Publicado el 22 octubre 2015 por Elalmacendelibros @almacendelibros
carlos rios 2 Foto original: Editorial Entropía

¿Cómo fueron tus inicios como escritor?
Hay, por lo menos, dos inicios: los de la escritura y la de los libros. La primera arranca en mi infancia, en las redacciones escolares, en un diario que se perdió y que destruí, ahora se continúa en la página diaria. La segunda, con la publicación de Media romana (2001) y se extiende en casi veinte libros.

¿Te inspiró alguien en particular?
El punto de partida, el mojón literario, digamos, fueron los Poemas en prosa de Baudelaire. A él le debo el impulso vital que no ha parado desde entonces.

¿A qué hora del día te surgen más ideas o pueden aparecer en cualquier momento?
En todo momento voy escribiendo en mi cabeza. Para la escritura física prefiero la mañana, bien temprano; en el verano; las últimas horas de la noche.

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir?
Vivo en un espacio reducido, por eso escribo sobre una mesa cuadrada, pequeña, una mesa multifunción. En realidad son dos mesas idénticas y puedo escribir en cualquiera de ellas. Mesas donde se escribe, se come, se dibuja y van acumulándose diversos objetos (por uso o novedad) que luego regresan a sus lugares o se extravían en territorios que no son los de ellos.

¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?
Es un lugar ecléctico, acumulativo y diverso. Una maqueta a escala del mundo.

¿Cómo surgió la idea de “Lisiana” y en qué te basaste para escribirlo?
Lisiana es el resultado de una experiencia íntima en relación a los talleres literarios. Entro y salgo de ese mundo, de esas dinámicas artificiales en las que una figura autorizada interviene escrituras ajenas. Hay negocio, tensión, frustración, plagio, envidia, seducción, éxito, rechazo y mucho más en la escena del taller. Es un libro multiforme, con apenas algunos indicios biográficos. En la biografía de los otros inoculo la propia.

¿Qué estás leyendo por estos días?
Voy a nombrar los libros que tengo en la mesa en este momento: Onnainty, de Ezequiel Alemian; Copyright, de Nadia Prado; Tradición y deseo, de Norman Bryson; La huevósfera, de Franco Dall’Oste; Leche merengada, de Paula Tomassoni; As fantasias eletivas, de Carlos Henrique Schroeder; Milton, de Manuel Díaz; y Antología, de Juan Grela. La lecturas, en octubre, andan por ahí.

¿Cuáles son tus autores preferidos?
Todos. Los que me interesan y los que desprecio. La preferencia literaria excede el gusto, lo trastorna.

¿Qué autores recomendarías leer?
Recomiendo leer lo que venga, todo lo posible. Andar todos los días con un par de libros en la mochila o en artefactos electrónicos. Necesariamente esas lecturas decantan. Uno arma su propia biblioteca, mental y física. No siempre se corresponden. Los libros que no leemos y de los que otros hablan también entrar con fuerza en los posicionamientos individuales. Nunca leemos solos.

¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?
Porque parece mentira la verdad nunca se sabe, de Daniel Sada.


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