¿Cómo fueron tus inicios como escritora? ¿A qué edad?
Cuando nacieron mis hijos comencé a llevar cuadernos en los que escribía imágenes, viajes, insomnios. Lo hacía sin pensar que pudiera tratarse del comienzo de un camino literario. Sin embargo, todo comenzó allí.
¿Te inspiró alguna persona en particular?
La lectura, me inspiró la lectura. De chica me fugaba leyendo. Cerraba el libro y me dejaba ir en la fascinación de esa magia hecha con palabras. Siento la intimidad de la escritura muy próxima a esos mundos que abre la lectura.
¿A qué hora del día te surgen más ideas para sentarte a escribir, en cualquier momento o existe un horario propicio para ello?
Escribo temprano por la mañana, mejor si todavía no hay luz. Mi concentración se dispersa cuando la ciudad se pone en movimiento. Entonces salgo a caminar y de alguna manera sigo escribiendo porque “rumio” escenas, frases. Después apunto notas, releo, pero no vuelvo a escribir hasta la mañana siguiente.
¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir?
En la mesa del comedor, frente a la ventana que da al parque. Me gusta levantar la vista y ver el verde, los árboles. Si trabajara en mi escritorio vería una pared. Lo intenté, pero no funciona.
¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo?
Durante la semana, la mesa se llena de libros, apuntes, cuadernos. La pava y el mate. Debajo de mi silla hay una alfombra pequeña y un ladrillo de madera sobre el que apoyo los pies. Si el fin de semana recibo amigos o vienen mis hijos a almorzar despejo todo eso hacia el escritorio. Pero el orden dura apenas hasta el lunes por la mañana.
¿Cómo surgió la idea de “Sillas en la vereda” y en qué te basaste para escribirlo?
Tenía un cuaderno en el que había escrito conversaciones con una tía muy querida durante sus últimos meses de vida. Cuando pude leerlo comenzaron a dispararse escenas que también quise escribir; pensé que de ese cuaderno podría surgir algo más: quizás una novela.
¿Qué estás leyendo por estos días?
La correspondencia de Calvino, y Hospital Posadas, de Jorge Consiglio.
¿Cuáles son tus autores preferidos?
Virginia Woolf, Eudora Welty, Chéjov. Poesía de César Vallejo.
¿Qué autores recomendarías leer?
Adhiero plenamente a la recomendación de Borges: “si un relato no los lleva al deseo de saber qué ocurrió después, el autor no ha escrito para ustedes. Déjenlo de lado, que la literatura es bastante rica para ofrecerles algún autor digno de su atención, o indigno hoy y que leerán mañana.”
¿Existe algún libro famoso que te hubiera gustado escribir?
Lo pienso de otra manera, hay libros a los que me gusta volver, libros que en algún momento necesito releer. Al faro, por ejemplo. Las palabras de la noche, de Natalia Ginzburg. Podría suceder que la lectura despertara imágenes y que esas imágenes buscaran mi escritura. Celebraría que sucediera de ese modo.
¡Muchas gracias Ceci Sorrentino por tus respuestas!