10 preguntas a esther cross

Continuamos agrandando la sección de entrevistas a los escritores. En esta oportunidad, le hicimos unas preguntas a Esther Cross, la autora de “La mujer que escribió Frankenstein” (Emecé, 2013), libro que comentamos aquí en el blog hace unas semanas. A raíz de esto, estuvimos charlando con Esther y, mensaje va mensaje viene, muy amablemente nos respondió las diez preguntas que le hicimos.

Los dejamos con la entrevista, que la disfruten.

¡Gracias Esther Cross!

¿Cómo empezaste tu carrera como escritora y cuándo?

Siempre supe que iba a estar en esto. En un momento, para probarme, empecé  a mandar los cuentos que tenía a concursos. Tuve suerte y creo que empecé entonces.

¿Te inspiró alguien en particular?

Todos los libros que leía.

Mi padre, que era Profesor de Letras, también.  Cuando ya me dedicaba a escribir, me enteré de que   había querido ser escritor, así que a veces me gusta pensar que tomé la posta del incosciente familiar.  Es una ficción retroactiva, claro, pero él me inspiró, sin duda.  Su entusiasmo por la literatura era contagioso.  Creía en los libros. Con el tiempo, se volvió escéptico. Tuvo golpes fuertes y desilusiones pero nunca le perdió el respeto y la fe a los buenos libros. Otra inspiradora fue Clara Alonso Peña, una profesora de Literatura del Secundario.  Te acercaba a los libros, leyendo desde adentro.

 Y el Grillo dela Paollera, que coordinaba el taller al que fui. Era un genio.

¿A qué hora del día te surgen más ideas?

 A cualquier hora. Por un lado, mientras escribo, aparecen ideas, a lo mejor porque escribir es mi forma de pensar. Por otro lado, creo que todo el tiempo en la vida aparecen ideas como flashes, sólo hay  que pescarlas, tener las antenas en buen estado para captarlas por sinapsis, digamos. En situaciones insólitas también. A veces, por ejemplo, en un cumpleaños  –el mío, más que ninguno. Me aterran las reuniones familiares, entonces estoy y no estoy –atrapada físicamente; parada, en lo mental, en la salida-  y aparecen ideas, como si  viniera bien estar donde prefiero no estar, bucear la boca del lobo.  Así con todo.   Muchas veces las ideas vienen leyendo. A veces pintan el día en que me digo “hoy mejor no escribo”.

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir? ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo? 

Como una cueva con muchos libros.  También me gustan los bares, los rincones de los bares, como cuevas en los bares, sólo que en los bares tengo a veces el problema de los gritones; pero se compensa al mirar la calle.

¿Cómo surgió la idea de “La mujer que escribió Frankenstein”? ¿En qué te basaste para escribir la historia?

 Surgió cuando leí en una edición de Frankenstein una biografía que contaba que cuando murió Shelley y lo cremaron, le dieron el corazón a Mary Shelley y ella se lo guardó.

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Muchísimos. Algunos, los que me acuerdo hoy:  Arlt, Melville, Virginia Woolf –sobre todo sus ensayos aunque es raro decir esto-, Séneca, Richard Yates, Kafka, Carson McCullers, Flannery O’Connor, Dostievski, John Fante, Enrique Molina, qué mezcla rara, podría seguir pero mejor preservo la pregunta.

¿Qué autores recomendás leer a tus lectores?

Les recomiendo que agarren un libro que les gusta, que les importe,  y lo sigan.  Virginia Woolf dijo que los libros descienden de libros y es tal cual.  Descienden y dejan descendencia. Un libro te lleva a otro, a otro y otro. ¿Te gusta Bukowski, por ejemplo? Te lleva a Fante.  Fante te lleva a Sherwood Anderson.  Hay redes de lecturas invisibles tendidas en el aire. Los libros se asocian libremente.  Hay que seguirlos.

¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?

 No sé, sinceramente.