10 preguntas a salvador biedma

Foto: Nora Lezano

Salvador Biedma es escritor y director editorial desde fines del año 2013, de Galerna, quien apoya este espacio desde sus  inicios.

Pueden ver aquí en el blog la reseña de su primera novela “Además, el tiempo” comentada por Anahí Flores.

Muchas gracias Salvador por el apoyo constante y por las respuestas que nos brindaste.

ENTREVISTA:

¿Cómo empezaste tu carrera como escritor y cuándo?

No hablaría de “carrera”, pero puedo decir que no fui un lector precoz ni mucho menos, empecé a leer libros a los 14 o 15 años y muy pronto me interesó la posibilidad de escribir. El interés por leer creo que surgió de los libros que nos daba un profesor de la secundaria (textos de Kafka, de Cortázar, por ejemplo). Ese mismo profesor, Andrés Allegroni, coordinó el primer taller literario al que fui y es uno de los cuatro editores de La Yunta, el sello donde publiqué hace poquito mi primera novela.

¿Te inspiró alguien en particular?

Creo que me sorprendió saber que la literatura permitía narrar ciertas cosas. Cosas muy sencillas y, a la vez, inquietantes. Ésa es la sensación que tengo, a la distancia, de mis lecturas adolescentes de libros como La metamorfosis o Final del juego.

¿A qué hora del día te surgen más ideas?

No lo sé. En general, le dedico tiempo a mi escritura por la mañana. Me levanto temprano, leo el diario y después me hago un rato para escribir o traducir (desde hace unos meses, estoy usando ese tiempo para traducir un libro), antes de salir para el trabajo. Pueden ser veinte minutos o cuarenta, no más de una hora, pero calculo que en ese rato tengo la cabeza menos contaminada (o contaminada de otro modo). Y me parece que leer noticias antes ayuda a no excederse con rebusques a veces medio aparatosos o recargados en la escritura.

¿En qué lugar de tu casa te gusta escribir? ¿Cómo está ambientado tu lugar de trabajo? 

Como escribo en la computadora, escribo en el comedor de mi casa porque ahí está mi computadora. Supongo que me costaría escribir en una notebook o netbook. En el escritorio, al lado del monitor, se fue armando un poco azarosamente un grupo de cuatro o cinco muñequitos medio artesanales que traje de algún viaje o me regalaron. Por ejemplo, un muñequito de barro o una figura de la Pacha Mama en metal que no debe tener más de cinco centímetros de alto.

¿Cómo surgió la idea de “Además, el tiempo”? ¿En qué te basaste para escribirlo?

Me interesaba la posibilidad de escribir algo que ocurriera en una ciudad o pueblo de la provincia de Buenos Aires y ese interés se reavivó en charlas con Manuel Moretti, el cantante de Estelares. Manuel me dijo en un momento que le interesaba en particular la literatura estadounidense porque tenía muchos libros situados en espacios rurales o semi-rurales. Después, cuando ya tenía cierto “plan de novela”, con todo lo vacilante que puede ser eso, surgió de pronto la imagen que empieza la novela: alguien llega, de noche, a una casa en un pueblo, golpea las manos, un perro ladra, sale una mujer a atenderlo… Con esa imagen, ya todo estuvo mucho más claro.

¿Cuáles son tus autores preferidos?

Juan José Saer, Cesare Pavese, Arthur Schnitzler, Juan José Manauta, Joaquín Giannuzzi, algunas cosas de Héctor Abad Faciolince, entre muchos otros. De Argentina, entre los que tienen una edad cercana a la mía y que he leído, sin duda Samanta Schweblin y Federico Falco.

¿Qué autores recomendás leer a tus lectores?

Aunque me cuesta un poco pensar en “mis” lectores, seguramente serían los que mencioné en la pregunta anterior. Podría agregar a Margarita García Robayo, a quien leí hace poco.

¿Qué libro famoso te hubiera gustado escribir?

Se me ocurre Tristram Shandy. Tal vez porque está muy claro que me sería imposible escribir un libro ni siquiera lejanamente similar.