Podemos fechar el inicio del cambio en la dieta mediática desde la aparición de los diarios gratuitos, hace ahora una década. Estos periódicos desplazaron a los de pago convirtiéndose en la nueva prensa popular, más manejable, rápida de leer y sin coste alguno. Los gratuitos transformaron la prensa de pago en un producto elitista y redujeron su consumo al fin de semana. Al mismo tiempo, allanaron el camino a Internet, que es el medio preferido por los jóvenes y los más exigentes, interesados en la información actualizada, personalizada y abierta a la participación.
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