Revista Coaching
Ya seas free-lancer o tengas la oficina en tu hogar, trabajar desde casa tiene sus peculiaridades. A lo largo de los años he aprendido a adaptarme a trabajar en las circunstancias más diversas, incluyendo una fiesta en mi casa durante la que tuve que ponerme tapones para los oídos ¡y estar al teclado para poder cumplir el plazo de entrega de una traducción!
Es muy probable que tus amigos y familiares no comprendan que solo porque no vas a una oficina como “todo el mundo” no siempre estás disponible para charlar. Si tienes una habitación que puedes dedicar a oficina y cerrar la puerta, genial – yo la tuve y es lo mejor – pero si no, bienvenid@ al grupo de los que tenemos la suficiente determinación como para tumbarnos en la cama, rodead@s de almohadas, mientras hacemos nuestro trabajo lo mejor posible.
1.- Anota en tu agenda los días y las horas que vas a trabajar
Si eres freelancer y tu carga de trabajo y tus plazos de entrega varían, tendrás que hacerlo dependiendo del proyecto del momento.
2.- Arréglate aunque nadie más te vea
Mientras que es estupendo poder trabajar en pijama, encuentro que tengo más energía cuando estoy arreglada y que soy más asertiva por teléfono.
3.- ¡Sal de casa!
Hay quien prefiere trabajar siempre en el mismo sitio porque les ayuda a concentrarse. Sin embargo, a veces prefiero irme a la biblioteca, a una cafetería o a una librería porque ¡ahí no me puedo poner a limpiar o a dormir la siesta!
4.- Silencia tu teléfono o mejor aún, ¡apágalo!
Mirar tu correo electrónico y contestar el teléfono puede ser una gran distracción y luego tardas en volverte a concentrar cada vez que respondes a una llamada.
5.- Planifica tus descansos
Cuando me propongo tomar un descanso cada hora o dos, me resulta más fácil trabajar.
6.- Date vacaciones
Tener mayor libertad es de lo que se trata ser free-lancer o empresari@, pero resulta difícil separarte por completo de tu profesión cuando trabajas por cuenta propia. Es muy saludable darse vacaciones y apagar el ordenador y disfrutar de amigos y familia para recargar pilas.
7.- No te pases
Cuando era más joven, me asustaba decir que no a proyectos, así que los aceptaba todos e incluso los terminaba antes de tiempo. Ahora sé que no pasa nada por decirle a un cliente que no estaré disponible hasta dentro de quince días. Por lo general, pueden esperar y yo me siento más tranquila.
8.- Comparte tu profesión con tus hijos
Es posible que tus hijos no comprendan que tu trabajo es igual de importante que el del padre (o la madre) que tiene un empleo fijo. Explícales cómo te ganas la vida y si son muy pequeños y tienes que trabajar cuando están contigo, diles cuánto tiempo necesitas que te dejen tranquil@. Cuando mis hijas eran más pequeñas les decía: “Mamá necesita estar en el ordenador (o al teléfono) el tiempo que dura un episodio de (su dibujo animado favorito)”. Ahora lo entienden mejor.
9.- Trabaja cuando tengas más energía
Si tienes la suerte de poder escoger, trabaja en el momento del día cuando tengas más energía. No siempre puedo aprovechar esto, porque tengo dos nenas, pero rindo el doble por la tarde que por la mañana.
10.- Relaciónate con otros free-lancers o personas que trabajan desde casa
Y si tienes alguna sugerencia más que añadir por favor, ¡compártela!
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