Durante el período vacacional, el comportamiento debe, si cabe, incluso mejorar. Es un error pensar que porque uno no paga la factura del agua del hotel, puede darse el gusto de tomar un baño y derrochar agua. Conducir el coche en trayectos cortos por lugares que normalmente no se conocen es peligroso y así lo muestran las estadísticas. Este es un motivo más para desplazarse en bicicleta o caminar más, hacer ejercicio y no contaminar.
1- Elegir, siempre que sea posible, transportes no contaminantes
Una vez se ha llegado al destino deseado, si se ha viajado en coche, hay que evitar volverlo a coger. Para desplazamientos cortos, utilizar siempre la bicicleta, caminar, y si es posible, dar un paseo a caballo. Se trata de aprovechar el tiempo libre sin contaminar y de paso, hacer un poco de ejercicio.
2- Conservar el paisaje
Pasear por la playa siempre es algo fabuloso, ser testigo de un atardecer sentado en la arena es algo maravilloso. Pero nuca será igual si la playa está llena de vasos de plástico, colillas o demás residuos domésticos. Una actitud ecológica pasa siempre por recoger los residuos que se han ocasionado, dejar el sitio donde se estuvo tan limpio como se encontró. Se aconseja hacerse con un saco de tela para llevar los residuos hasta el punto de reciclado más próximo.
3- Reciclar los residuos
Si en casa somos capaces de bajar a la calle y llevar papel, vidrio y embalajes a los contenedores de reciclaje, ¿por qué no hacerlo en vacaciones?
4- El aire acondicionado, si no se puede evitar, debe utilizarse con moderación
Aunque en el coche o en el hotel haga calor, no hay que abusar del aire acondicionado. Se trata de uno de los aparatos que más energía consume. En el coche, conectar el aire acondicionado conlleva un consumo adicional de 3 litros por cada 100Km en ciudad, y de un 10% en carretera.
5- Comer productos locales
En vacaciones hay que aprovechar para conocer la cultura local y sobre todo, la gastronomía. Comer productos locales es una de las mejores fórmulas para reducir la huella ecológica.
6- Oledlas, observadlas, pero no cortéis las flores
La biodiversidad es importantísima: si cada buzo se llevara un coral y cada paseante arrancara una flor de la montaña, el resultado sería catastrófico. Las flores son preciosas, pero hay que dejarlas en su sitio natural para que otros puedan seguir disfrutándolas.
7- Optar, siempre, por una crema solar ecológica y libre de química dañina
El sol hay que tomarlo con mucha precaución. Entre las 12 y las 15h del mediodía se desaconseja tomarlo, sobre todo a los adultos. Si está en contacto con el sol a diario, protéjase con cremas solares ecológicas. Los filtros solares de las cremas convencionales resultan mortales para microorganismos como el plancton, base de la cadena alimentaria marina, con consecuencias graves para el conjunto de la vida acuática.
8- Los cosméticos siempre en envases recargables, nada de usar y tirar
Los cosméticos que se venden en formato “de viaje”, de usar y tirar, resultan muy contaminantes. Demasiado embalaje para sólo unos minutos de uso. Mejor optar por pequeños tarros o tubos recargables que, una vez lavados, pueden usarse de nuevo.
9- Ahorrar agua
En vacaciones, continuad con esos gestos tan valiosos como son: cerrar el grifo al cepillarse los dientes y optar siempre por la ducha antes que por un baño.
10- Respetad la cultura local
Ser ecologista es respetar la cultura local. No hace falta ir a comprar al mercado del pueblo en bikini. Resulta mucho más sencillo comunicarse con los habitantes de cualquier pueblo pequeño si se les hace entender que los respetamos. Conocer gente y aprender peculiaridades de su forma de vida son los mayores tesoros que un viajero puede llevarse como recuerdo.
Fuente: Revista Uakix