Revista Coaching

10 Técnicas contra la preocupación excesiva

Por Juan Carlos Valda @grandespymes

10 Técnicas contra la preocupación excesiva

¿Cuándo tiene sentido hablar de una preocupación excesiva?

Partimos de que hay veces en las que preocuparse es positivo. Denota interés y responsabilidad hacia el asunto en cuestión.

Pocas personas se preocupan por placer. Suele haber razones para ello. Por ejemplo: encontrar la solución a un problema, evitar problemas; darle a las cosas la importancia que merecen, etc.

Ese sería el aspecto positivo de la preocupación.

Sin embargo, la preocupación excesiva y/o constante es perjudicial. Te estresas. Y eso no sirve para que te sientas mejor, ni sirve para prevenir aquello que temes.

Aquí tienes técnicas para evitar preocuparse en exceso.

1. Acepta la incertidumbre

Tener controlados todos los aspectos de nuestra vida y de la vida de la gente que queremos es una utopía. Por tanto, algo de tolerancia a la incertidumbre habrá que desarrollar para vivir mejor.

La incertidumbre es muy dura. A veces llega a ser incluso peor que lo negativo que ocurra. Habrás comprobado alguna vez que la imaginación puede ser más terrorífica que la propia realidad.

Asumiendo esto y que hay pocas certezas en la vida, la alternativa más saludable para todos es la de evitar preocuparse por hipotéticas situaciones del futuro: aceptar la incertidumbre.

2. Establece un tiempo para preocuparte

Este hábito, aunque suene artificial, es efectivo.

Como todos los hábitos requiere de práctica. Pero una vez adquirido tiene ventajas considerables: la de reducir la ansiedad y la de aumentar la sensación de autocontrol (haciendo un bien a la autoestima).

Preocuparse solo por la mañana o solo después de la siesta, por ejemplo (nunca antes de dormir de noche) es más fácil que proponerse: " No me preocuparé más. "

Si, por ejemplo, yo elijo preocuparme de 4 a 5 de la tarde, aplazaré cada pensamiento negativo hasta que llegue la hora o los minutos destinados a la reflexión. Ahí está el tiempo necesario para analizar un problema o situación sin que abarquen el día completo.

Si decido postergar la preocupación unas semanas, podré estar tranquila durante más tiempo hasta que llegue la hora de preocuparse.

Todo está en fijar el momento para que la preocupación no se adueñe de más tiempo de la cuenta.

3. Cuestiona los pensamientos negativos

Hay una serie de pensamientos que no tienen razón de ser; son irracionales. Estos hacen que veamos aspectos de la realidad o del futuro de un modo terrorífico, pesimista.

La manera de hacer frente a estos fantasmas es dándoles la cara; cuestionarlos. ¿Por qué tiene que ocurrir eso? ¿Qué le diría a otra persona que se está preocupando por esto? ...

A cada respuesta (racional) más desarmados estarán.

4. Aprende a relajarte

Las personas con tendencia a preocuparse en exceso tienen en la relajación un recurso para descansar de tanto agobio.

Existen técnicas que, practicadas con constancia, son efectivas como, por ejemplo: ejercicios de respiración (lenta y profunda), la relajación muscular progresiva y la meditación.

También hay otras actividades o ideas que ayudan a desconectar. La combinación perfecta para relajarse bien podría ser una buena mezcla de varias opciones.

A ti te corresponde decidir su composición.

5. Cuida de ti mismo

No basta únicamente con satisfacer las necesidades biológicas básicas (comer, dormir...). Hay que esmerarse en ello. Los malos hábitos, nos hacen física y mentalmente más vulnerables a la ansiedad.

Una dieta adecuada, un sueño reparador, la práctica de ejercicio físico...

Sí, esos asuntos relacionados con el bienestar no son compatibles con la ansiedad.

Estas 5 técnicas para cortar con el exceso de preocupaciones vienen de Helpguide.org. A continuación tienes más ideas que son útiles para lo mismo.

6. Cíñete a lo real

Ante ti hay situaciones difíciles de resolver, aunque puede que tu miedo haya contribuido a agrandarlas especulando con desenlaces muy negativos.

Trata de mirar el panorama con objetividad, ciñéndote a los hechos. Y, si te resulta muy difícil, prueba con la técnica de la escritura.

Hazte con un papel. Divide la hoja en dos mitades. En una de ellas, escribe los hechos; en la otra, lo que te preocupa. Ahí podrás ver el problema desnudo y, si es el caso, cuánto se ha despegado tu mente de la realidad.

7. Supera los errores cometidos

Hay preocupaciones que surgen de errores cometidos en el pasado. Pasas tiempo recordándolos, re-analizándolos, sintiéndote culpable por ellos y pensando en lo mal que te afectarán a futuro.

En lugar de asumir el error y seguir adelante (rectificando, si hace falta), sigues dándoles vueltas.

El perdón es la respuesta para romper esa dinámica. Perdónate por ser humano y concéntrate en lo que vas a hacer ahora.

8. Piensa menos en el futuro

De vez en cuando, es útil levantar la vista para ver hacia dónde te estás encaminando. Aun así, no tienes ninguna certeza sobre lo que va a pasar.

Si la mente te pinta un futuro negro, desconecta de ahí y vuelve al presente. La mejor manera de ocuparse del futuro es actuar hoy, que es donde hay margen de acción.

Piensa menos en el mañana y haz lo que puedas hacer ahora.

9. Olvídate de lo que otros puedan pensar

Tienes debilidades. Cometes errores y fracasas. ¿Y qué? Todos estamos en las mismas, aunque cada cual tenga un lote distinto.

Si te critica gente a la que ni le vas ni le vienes (y mucho menos te van a echar una mano), no te lo tomes tan a la tremenda. Que te resbalen sus comentarios. No tienes porqué ser perfecto ni porqué esforzarte en mantener una imagen ante ellos.

Haz a un lado la preocupación por lo que otros piensen o digan respecto a tu situación y dedica esas energías a ocuparte de lo que tú quieres hacer.

10. Elabora un plan de acción

Piensa en lo que vas a hacer ahora respecto a esas situaciones difíciles. Haz un plan, aunque esté muy lejos de ser el plan perfecto.

En cuanto puedas, ponte con la primera acción del plan. Con eso estás encaminándote hacia la solución y así se aligera bastante el peso de las preocupaciones.

Conclusiones

  • Preocuparse un poco por aquello que te importa es prácticamente inevitable. Denota interés y, quizás, sirve para que te prepares para posibles obstáculos.
  • Preocuparte por todo, preocuparte en exceso solo sirve para gastar tiempo y salud, porque no resuelve problemas ni previene lo que temes.
  • Puedes armar tu propio repertorio de pequeños hábitos que sirvan para preocuparte menos, si se te va la mano con esto.
  • Espero que las ideas anteriores sean útiles para ese menester. Practica las que gustes.

Fuente: https://tusbuenosmomentos.com/preocupacion-excesiva/

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