Muchos padres nos enfrentamos a las típicas rabietas o pataletas de nuestros hijos cuando éstos cumplen los 2 años, poco más o menos. Las rabietas a veces nos confunden y nos sobrepasan, éstas 10 verdades sobre qué son, qué las producen y cómo sobrellevarlas te ayudarán a manejarlas mejor la próxima vez que tu hijo entre en una de sus rabietas, ya sea en casa o en plena calle.
10 verdades sobre las rabietas que no debes olvidar.
- Las rabietas formas parte del desarrollo normal de todos los niños. Es sano que las tengan y no debe preocuparnos en exceso.
- Una etapa que cada niño tendrá que pasar. Es algo saludable, indica la formación de su propio yo, de su personalidad.
- Cuando un niño de entre 2 y 4 años tiene una rabieta no debemos sentirnos culpables por ello, solo están expresando su frustarción del mejor modo que saben. Todavía no dominan el manejo de sus emociones y su capacidad de expresión oral aún es muy limitada por lo que todavía no nos pueden explicar qué es lo que les desagrada con palabra.
- Se trata de una fase pasajera, que puede durar 2 o 3 años, pero las rabietas acabarán.Entre los 2 y los 5 años es normal que los niños tengan rabietas, unos más que otros, unos las expresan con mayor intensidad mientras que otros niños expresan su enfado con menos ruido. Depende del carácter y de cómo actuemos los padres ante sus berrinches.
- Las rabietas suelen producirse con mayor frecuencia e intensidad si el niño está cansado, tiene sueño, hambre o sed. No es buena idea acudir a un centro comercial un viernes por la tarde cuando sale agotado del cole o la guardería. Tienemos todos los números para provocar una rabieta en pleno centro comercial.
- Son el modo mediante el cual los niños de estas edades (2-4 años) expresan su disgusto o frustración por algo que no pueden tener 0 conseguir.
- La clave de su frecuencia, intensidad y duración es cómo las manejemos, es decir qué provecho saca el niño de su rabietas o, lo que es lo mismo, de cómo las utilice para influenciarnos o para conseguir determinadas cosas.
- Ignorar una rabieta no es ignorar al niño, es ignorar un modo incorrecto de expresar su disgusto. No desatendemos sus necesidades pero sí el modo cómo las expresa. A tener en cuenta que no es lo mismo una rabieta de un niño de 2 años con un mal dominio del lenguaje oral que la rabieta de uno de 6 que ya sabe explicarse perfectamente.
- El mejor modo de controlar las rabietas es prevenirlas. Si notas que tu hijo está especialmente irritable o cansado procura llevar un día tranquilo, no te vayas de compras con él. Las prisas de las mañanas tampoco ayudan, planifica.
- Cuando nos enfrentamos a una rabieta de nuestro hijo, lo más importante que hemos de tener en cuenta los padres es mantener la calma.